Capítulo 16 - "Bipolar emocional"

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Deambulo de nuevo por este lugar, donde una vez estuve sin llegar a estar.
Veo fuego y nieve, conviviendo en el mismo sitio sin que uno afecte a otro.

Los lamentos y súplicas se me clavan en el alma como puñales, les oigo gritar y llorar pero no veo a nadie.

Está todo caliente, oscuro y tétrico.

Sigo caminando por los inmensos pasillos y algo sisea tras de mí, y de nuevo esta sensación de peligro.

Me giro asustada y sólo hay oscuridad. Espesa e impenetrable oscuridad que se va abriendo paso, cosumiéndolo todo en su avance, acercándose más y más a mí para engullirme.

Corro tan rápido como mis pies me lo permiten, de nuevo entre estos pasillos y con la compañía de mis jadeos y los lamentos en el aire, mientras la oscuridad empieza a dividirse en fragmentos detrás de mi; fragmentos que siguen su misión intentando alcanzarme.

Tengo miedo.

Sigo corriendo y choco contra algo, algo familiar. Levanto la vista y sus brazos me rodean, la misma estampa familiar pero esta vez, sus ojos me miran sin tanta alegría como la otra vez. Su rostro está contrariado y con una de sus manos acaricia mi pelo.

-Lo siento tanto.. -besa mi frente y se queda apoyado en ella- No debí hacerlo..

Me siento como en una nube de confort, pero algo en mi arde.
No consigo distinguir qué es, pero arde muchísimo y se extiende.
No puedo moverme ni puedo ver.
Oigo un pitido constante a un lado de mi cabeza, dos respiraciones diferentes y juraría que huele a humo y antiséptico.

El pitido aumenta a medida que aumenta mi frustración. Quiero abrir los ojos, quiero moverme.

¿Dónde estoy?
¿Por qué no me responde el cuerpo?

-Su pulso está aumentando, doctor- oigo la voz de una mujer.

-Shhh, tranquila Lya.. -una mano cálida y robusta está sobre mi hombro- Sé que puedes oirnos, tranquila.. está todo bien..

Los pitidos se ralentizan.

-Eso es, muy bien Lya -la voz del doctor parece contento de que me calme, pero necesito saber dónde estoy.

Tengo miedo, pero la sensación de sueño regresa.

La compañía ha desaparecido, y sigo aquí, postrada en lo que supongo que será una cama de hospital y conectada a chismes que ni siquiera sé qué son. No recuerdo porqué estoy aquí, ni siquiera qué diablos hago en este lugar.

Consigo, con mucho esfuerzo, abrir los ojos en varios intentos.

-Hey.. -una sombra se acerca a mi en susurros, no le distingo pero el aroma que desprende es inconfundible- Bienvenida dormilona.. -una vez consigo enfocar la visión, le veo sonreír de medio lado pero sus ojos y su cara, reflejan verdadero cansancio.

-Hey.. ¿Dónde estoy?- balbuceo intentando recobrar el control de mi misma.

-Te traje al hospital.. ¿no recuerdas nada?- me mira extrañado.

-Hmm.. -gruño intentando moverme- Me arde el brazo..

-Fui a verte a casa y tenías unas heridas horribles en el brazo.. -me acaricia el pelo intentando apaciguar mis ganas de revolverme- Shh, estate quieta...

-¿Fuiste a verme?- algo en mi se conecta, dejándome ver en mi mente todo lo sucedido- Mi madre me arañó..

-Lya, esas marcas son demasiado profundas para unas uñas..

El Abrazo Del Infierno [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora