Eiven creía que su vida ya no podía dar mas giros desenfrenados desde que se entero que Gallen, su "amigo imaginario" resultó ser un alma susurrante tipo A cuya existencia era nula para las demás personas. Que equivocada estaba. Con los Ekinox recl...
Sé que no necesito presentarme puesto que mi nombre no es ningún misterio; estoy seguro que más de una vez me haz visto entre las penumbras de tu desesperación o entre las risas de una felicidad inalcanzable. Algunos me respetan como lo hacen las almas susurrantes; otros me tienen miedo como es el caso de las almas olvidadas; por supuesto no puedo evitar mencionar a los Ekinoxcuya existencia sólo se basa en jugar a hacer mi trabajo y, por último, están ustedes los humanos, que dependen de el solo hecho de aparecerme por ahí de vez en cuando.
Resulta divertido por que en pocas palabras su vida es desgraciada sin mi aún considerando que mi única responsabilidad con ustedes es dejarlos en el estado más débil que sufre la humanidad.
La mayor parte de mi inmortalidad la pase sólo; odiar a los mortales por la envidia que me atormentaba era algo normal. A pesar de ser quien soy y de tener un poder ilimitados sobre los que antes mencione más de una vez me imagine a lado de una humana y no una cualquiera ¡por supuesto que no! Ella era especial. Quería cuidarla y enseñarle que su realidad no es más que otra en un millón; que idiotez ¿no?; ningún humano es capaz de aceptar cosa tan descabellada y no perder su cordura en el proceso.
Eiven y Mina tenían vidas completamente diferentes; sus gustos terminaban por ser opuestos y los ideales de una siempre se determinaban por los contrarios de la otra. Lo único que tenían en común, ciertamente, eran sus almas susurrantes (en términos generales puesto que yo, por razones obvias, no soy un alma susurrante)
Debes ser valiente para entrar aquí y atreverte a descubrir cosas que sólo una mente abierta y con un don en particular podría llegar a comprender.
Quiero que sepas que cuando empieces a leer esto te tendrévigilado seas quien seas y sea cual sea el lugar donde vivas. Tal vez mis ojos no sean violetas como todas las almas susurrantes que conocerás o dejaras de conocer pero recuerda... Te visito todas las noches en cada uno de tus sueños.
Con especial disgusto y sinceros deseos de un sueño eterno Morfeo.
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