-"¿Qué estabas haciendo Gallen?"- a Eiven le sorprendió que su alma susurrante regresara de la nada. Era normal para ella verlo ir y venir de un lugar a otro, pero casi siempre era de una forma un tanto "normal", caminando por la habitación, los pasillos o la jardinera...intentando imitar a los seres humanos aun que ellos no pudieran verlo. Sin embargo, fue hasta que se dio cuenta del brillo en sus ojos que se sorprendió. Ella no lo había visto de esa manera desde hace ya mucho tiempo y sabía que ese brillo violeta significaba que su alma susurrante estaba dejando fluir parte de su poder. – "Gallen..."-
"Esta bien Eivy" su voz era dulce, pero no la miraba, estaba mas concentrado en su entorno que en la chica en sí –"Sólo daba un paseo"-
-"¿Un paseo hizo que activaras el poder de los ojos violeta?"- Gallen dejo salir una pequeña sonrisa al escuchar esa pregunta, lo que provocó que Eiven se molestara y frunciera el ceño- "¿Qué te parece divertido?"-
"A veces dices cosas muy románticas sin darte cuenta Eivy"
La chica se sonrojó, desvió la mirada y se concentró en su profesor que dictaba las clases de ese día. En muchas ocasiones Gallen le parecía molesto cuando trataba de irritarla o ponerla incomoda, pero también sabía que él era parte de su vida...si no es que su vida entera. Era curioso pensarlo pues para los demás el chico de cabello negro no existía, incluso para Eiven a veces era extraño porque siempre estuvo presente y al mismo tiempo ausente, considerando que era alguien a quien no podía tocar, o eso imaginaba pues no recuerda haber tenido algún contacto directo con él.
Es decir, Gallen podía tocar las cosas de los humanos o incluso a los humanos mismos...pero ella, no recuerda haberlo tocado nunca, ni por accidente pues el chico de alguna extraña manera cuidaba ese aspecto con especial ímpetu. Confesaba que a veces le gustaría sentirlo, quería saber que tan suave era su piel, si es que se encontraba frío o cálido, si el sentiría el tacto de ella o si alguna vez podrían tener, solo por un segundo, un contacto más "humano".
La hora continuó de los más normal, la castaña dejo de prestarle atención cuando el profesor de economía les pidió resolvieran un ejercicio en grupos. Era de las clases más sencillas que tenía siempre y cuando le prestará la atención debida. Afortunadamente esa clase no la compartía con Beth o Ed, de lo contrario temía que la distrajeran con cosas sin importancia; Gallen por otro lado se limitó a sentarse junto a ella y recargar su mentón en la mesa de trabajo, dejándose caer en señal de un terrible aburrimiento. Sus ojos se desactivaron y volvieron a la normalidad apenas el de cabello rizado estuvo más cerca de su ama.
"Eivy..." susurró su acompañante, no la miraba, pero ella podía distinguir que estar a su lado lo había tranquilizado de cualquier cosa que hubiera sido lo que lo altero en primer lugar. No respondió ni hizo nada, solo dejo que continuara por sí solo. "¿Recuerdas aquel sueño en el que dijiste haber escuchado un violín?". Eiven asintió delicadamente, esperando la explicación de esa pregunta. "¿Pudiste ver a alguien?".
- "Solo la silueta"- dijo en sus adentros, la forma normal de hablar con Gallen- "pero eso ya te lo había dicho...¿Por qué lo preguntas?"-
"Quería tener la esperanza de que fuera Morfeo" la chica dejo de escribir cundo escuchó el nombre. Gallen casi nunca hablaba de Morfeo pues era como un sacrilegio para él como alma susurrante, incluso se había limitado en explicarle con precisión quien era, como era y cual era su papel en todo eso.
-"¿Qué sucede Gallen? ¿Por qué tan de pronto preguntas por él?"- y aun que no supiera mucho de lo que en su mundo llaman el Dios de los sueños lo poco que conocía de él gracias a su alma susurrante le bastaba para temerle, por el simple hecho de saber que tiene el poder suficiente para hacer que Gallen desapareciera para siempre por simple placer y eso justamente es lo que le hacía preguntarle por qué tanto interés, para ella mientras más lejos se encuentre ese Dios o mejor aún, mientras nunca se le ocurra aparecerse frente a ellos mejor.
"Necesito decirte algo Eivy... quiero hacerlo antes de que suceda algo de lo que me pueda arrepentir"
- "¿Cómo que arrepentirte?"- Sin importarle más ella lo fulminó con la mirada, su compañero de trabajo lo distinguió, pero no le tomó importancia y siguió con lo suyo. – "Acaso... ¿Lo contactaste? ¿Hablaste con él?"-
"Preferiría hablarlo en casa"
-"Gallen ¿Lo contactaste?"- Eiven estaba molesta, contactar a Morfeo significaría tener que enfrentarlo y si no esta de humor podría deshacerse de él y de todos los recuerdos que ella tenga y que lo involucran y es algo que le aterraba.
"Lo hice Eivy, pero tengo mis razones" le respondió Gallen contestándole la mirada fulminante, solo que la de él era más eficiente, los ojos violeta eran hermosos pero también peligrosos.
Por unos segundos el ambiente entre ellos se tenso significativamente, eso hasta que el chico suspiró y se acerco aún más a la castaña. A pesar de no respirar, no sentir su calor o siquiera... sentirlo a él, podía ser capaz de identificar esa presencia a la que tanto se aferraba, no se movió, pero tampoco hizo otra cosa.
"Necesito protegerte" esas palabras fueron suficientes para que ella desistiera. Gallen era la persona mas importante en su vida y, aunque sabia que muchos de sus actos eran precisamente para protegerle no recuerda haber escuchado esas palabras salir de él con tanta seguridad, libertad y determinación como en ese momento. "Y sobre todo necesito que confíes en mi".
-Eiven, faltan unos minutos para entregar el pendiente, ¿Ya está tu parte? –
Gallen miró el trabajo de la chica sin moverse ni un solo centímetro de esa cercanía. Ella prestaba atención en lo que su alma susurrante hacía, como si aquella platica nunca hubiera existido.
"Si, está listo"
-Esta listo-
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- ¿Qué tienes Ev? Te noto muy distraída- Ed como siempre estaba al tanto de sus amigas, de hecho, ellas consideraban que Ed sería el novio perfecto.
-No es nada...-
-Por supuesto que es algo- fue Beth la que se unió a la conversación – Normalmente no eres así de seria, sueles ser un poco más molesta-
-WOW Beth, eso sí que da ánimos-
La risa de ambos se escuchó, sin embargo, una tercera persona seguía en silencio. Gallen la miraba desde atrás, entendía su enojo y hasta el momento no había dicho nada pues a él también le aterraba la idea de, en un movimiento en falso, hacer enojar a Morfeo y desaparecer; no podía permitir que lo alejarán de Eiven.
-Me siento incómoda...-
Eso no tomó por sorpresa al ojivioleta, también pensaba que sería incomodo para cualquier humano que la persona con quien se molestó estuviera siguiendolo.
- ¿Por qué Ev?- fue Beth la primera en preocuparse. Generalmente los tres salen juntos de la facultad y toman camino juntos hasta la estación de autobuses a 4 cuadras. Dónde se queda Ed para tomar su autobús, posteriormente Beth y Eiven toman caminos diferentes una cuadra más adelante.
Ese día no era diferente, estaban los tres amigos camino a su destino, con sus maletas colgadas en el hombro. Ed tomaba zumo de naranja con una mano mientras con la otra sostenía su maqueta de arquitectura gótica, Beth comía de esas barras de proteína que sus amigos tantos odiaba y Eiven..ella solo camianaba.
-Creo...- su cuerpo estaba tenso, realmente se sentía incomoda y podría decirse que comenzaba a expresar un poco de temor. Gallen comenzaba a sentirlo.
"Eivy, ¿Qué sucede?" – lo sintió tanto, a tal manera que, con posibilidad a empeorarlo se arriesgó a perguntar.
Eiven lo miró, temerosa y dudosa, eso solo logró él se pusiera más a la defensiva.
-Creo que alguien nos ha estado siguiendo desde que salimos...-
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❝Ojos Violeta❞
FantasyEiven creía que su vida ya no podía dar mas giros desenfrenados desde que se entero que Gallen, su "amigo imaginario" resultó ser un alma susurrante tipo A cuya existencia era nula para las demás personas. Que equivocada estaba. Con los Ekinox recl...