Eiven creía que su vida ya no podía dar mas giros desenfrenados desde que se entero que Gallen, su "amigo imaginario" resultó ser un alma susurrante tipo A cuya existencia era nula para las demás personas. Que equivocada estaba. Con los Ekinox recl...
Antes que nada quiero agradecerles por el puesto #675 en fantasía. No se en que momento pasó pero muchas gracias :3 ¡Disfruten el capítulo!
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La mejor parte del día para ambos era cuando estaban en la universidad. Mientras Gallen jugaba a esconder las cosas de los compañeros que a la castaña no le caían nada bien, Eiven se centraba en platicar de los eventos transcurridos todo el fin de semana con sus mejores amigos, mismos que compartían gustos completamente iguales con relación a temas triviales como el clima, lo mucho que odian al profesor de historia con enfoque en la política y hasta de la ropa interior que las chicas traían puesta.
-¿Y bien Eivy?- encorvó una ceja beth. La chica poseía unos ojos verdes extravagantes y un cabello rubio por debajo de los hombros; según Gallen ella era la chica más cotizada de humanidades.- ¿Estudiaste para el examen?-
La chica asintió con aura molesta. Una de las cosas que más odiaba, además de las tartas de durazno era definitivamente no dormir bien. Beth quien ya conocía a Eiven desde hace diez años no pudo evitar reír al ver sus muecas que según desde su punto de vista no habían cambiado nada desde la escuela básica.
-Juro que si vuelvo a ver una taza de café frente a mi voy a vomitar-proclamó. Gallen la miró desde donde estaba y con aire travieso decidió caminar hasta su dueña, ella lo examino discretamente; que el chico sonriera de esa manera no quería decir nada bueno ni para ella ni para las personas de su alrededor.
-Eivy, sabes que tomar café para no dormir no es buena idea- interrumpió su amigo de a lado.- ya sabes que causa adicción-
Las chicas pusieron los ojos en blanco, sin embargo la que más lo hacía con desdén era Eiven que añoraba dormir aún que fueran unos minutos en completo silencio.
Una risa traviesa hizo eco en su cabeza, Gallen disfrutaba cada momento rodeado de humanos que no podían verlo. Las almas olvidadas que vagaban por la Universidad optaban por ignorarlo puesto que muchas veces él los amenazó de tan sólo acercarse; su vida era perfecta en cierto punto, podía molestar a los humanos con cosas triviales y aquellos que si podían verlo no se molestaban por el miedo a ser lastimados más de lo que ya estaban.
Georgina era una de las peores enemigas de su ama, la mujer con cabello rizado gozaba de la atención puesta en ella por su encanto. Aunque Eiven argumentaba que no le interesaba no era capaz de mentirle a su alma susurrante que sabía a la perfección el motivo de su molestia: se acostaba con los profesores por calificación extra.
Beth sonrío descaradamente en dirección a la rizada cuando noto que sus libretas estaban en el suelo y su café gozaba de las curvas de su cuerpo como lo hacían los profesores. Eivy miro a Gallen con una sonrisa divertida.
-"¿Debo pedirle disculpas?"- se burló y la chica negó discretamente. - "Sería conveniente que apareciera de pronto con un ramo de rosas ¿Verdad?"-
