MI CORAZÓN DE HIELO

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Siendo solo una bebe fui encontrada por los cazadores del reino sur en medio de un gran ventisca de nieve, adoptada por los gobernantes, odiada por el pueblo y previamente abandonada.

Recuerdo claramente, ese día, el día en que selle mi futuro. había una gran tormenta,justo como la de ahora.. el frió que entraba por las puertas y ventanas era sobrenatural, sin embargo para mi era muy placentero. Escape de la vista de mi nodriza para poder salir a sentir la lluvia, ese sentimiento de alegría y tristeza que solo la lluvia podía transmitirme, al estar sumergida en ese sentimiento tan extraño para mi, pude vislumbrar a la distancia como una puerta parecía incendiarse, la niebla en ese momento era muy espesa y el frió era mas intenso.

Al acercarme a esa parte del palacio vi como unos de los cazadores golpeaban algo,que parecía ser un caballo.

-que es eso?- me pregunte a mi misma mientras me apoyaba en la puerta que se sentía muy caliente. Al ponerme en puntillas para poder ver bien, la puerta se abrió y caí de nariz al suelo, todos se sorprendieron al verme, intentaron cubrir con sus cuerpos lo que estaban golpeando.

-como es posible que ella este aquí?- reclamo mi padre, pero se sorprendió al ver mi expresión de terror en el rostro, ese monstruo que estaba detrás de ellos no era un caballo. Ya que los caballos no tiene alas.

No recuerdo muy bien que paso en ese instante, pero pude ver como el monstruo mato a todos allí con solo mover una mano, sus garras afiladas los dejo destrozados, mi padre en su ultimo instante me pidió que huyera, pero no me pude mover, estaba aterrada.

-mi niña sal de aquí huye, avisa a tu madr..- fue callado por la imponte bestia quien me miraba con desprecio en sus ojos. inmóvil sin saber como reaccionar solo mire fijamente al monstruo, quien se me acerco y solo exhalo vapor de sus fosas nasales, subió su cara y salio del lugar, a cada pasa que daba el agua de la lluvia parecía evaporarse. reaccione y fui corriendo tras el, ya que se dirigía al palacio, intente detenerlo tomando unas de sus patas pero era tan débil que me tiraba como si fuese un insecto.

Vi a mi nodriza que observaba aterrado por la ventana para luego huir de esa habitación, sin mas la bestia derrumbo la pared como si se tratase de simple papal, corrí delante de el y extendí mis brazos para que e detuviera, pero solo se limito a lanzarme por los aires, por suerte mi nodriza no me dejo golpear agarrando antes de que yo tocara el suelo, enfurecido lanzo sus garras hacia nosotras, pero mi nodriza salio corriendo rápidamente conmigo en brazos al cuarto de mi madre quien se encontraba enferma, una vez allí mi nodriza dijo lo que sucedía, ella lo sabia todo por antelación, mi madre me tomo por los hombros y me dijo

- niña tienes que empezar a hablar, dime que paso? DIME!!!-mientras sus ojos se llenaban de lágrimas. pero antes que yo abriera mi boca escuchamos un estruendo que provenía de afuera, mi madre me miro con odio en sus ojos llenos de lágrimas hizo la señal a mi nodriza de retirarse, pero tenia tanto miedo que no quería dejarme sola con mi madre. Al salir mi nodriza mi madre me dio una bofetada tan fuerte que me derribo su rostro se veía lleno de ira

-yo no quería tenerte aquí, haz sido la peor desgracias que a llegado a este reino, no eres mi hija, nunca lo seras, desde que llegaste los dragones han incrementado... debí devolverte al cruel invierno cuando pude.. ENTIENDES LO QUE TE DIGO!!! HABLA!!!! PORQUE NUNCA HABLAS FENÓMENO!!!- en ese instante me tomo del cuello intentando estrangularme, mis pequeñas manos eran inmunes ante ella, solo pensé "porque mami, yo no he nada malo, perdóname".

De repente la puerta salio volando de la habitación, era ese monstruo, ese dragón, mi madre volteo a verlo, parecía como si se conocieran de mucho tiempo atrás, ella me lanzo hacia los pies del dragón el cual solo me ignoro y se lanzo sobre ella devorándola lentamente, oía sus gritos de agonía, es lo ultimo que recuerdo de ese momento. Cuando desperté era muy tarde hacia mucho frió, vi el cuerpo destrozado de mi madre, era irreconocible, salí de la habitación para encontrarme con lo peor, todos absolutamente todos estaban destrozados,quería gritar pero no podía, salí del palacio corriendo hacia el pueblo, el cual estaba casi igual, muy pocos sobrevivientes, de repente la luz que reflejaba la luna me hizo creer que yo era ese monstruo, pues mi sombra se veía muy grande y con alas, pero era el dragón quien se encontraba a mis espaldas, todos creyeron que era mi culpa que yo lo había enviado.

-esa niña es un demonio, ella lo ha enviado- dijo el monje, mientras todos se amotinaban con temor, mientras se disponían a terminar lo que mi madre no pudo. pero sucedió algo que me sorprendió.

-Esta niña tiene el corazón de hielo, como osan a creer que mi especie me humillaría ante esta insignificante humana que ni es capaz de pronunciar palabra alguna- dijo el temible dragón entre rugidos. Aun así la gente me miraba con miedo y desprecio como si yo fuera el monstruo y no el dragón, en ese instante mi corazón latió de una manera extraña, el dragón se percato tal vez de eso y salto apartándose de mi, el frió se hizo notorio nuevamente pero acompañado con lluvia, todos se asustaron de mi nuevamente, solo quería un abrazo y no miradas de rechazo, empecé a llorar y pareciera que a cada grito que daba de tristeza la tormenta se tornaba mas agresiva, mas fría, de repente un rayo cayo matando a la fiera imponente y callan mis llantos,todo me miraron aterrados mientras la tormenta parecía calmarse.

-fuera de aquí pequeña monstruo- gritaban todos enfurecidos, solo quería estar a salvo pero ellos no lo entendía, camine de vuelta al palacio, allí no había nadie, o eso creía asta que vi a mi nodriza, estaba buscándome.

-creí que esa fiera te había devorado mi niña- mientras me abrasaba, llore tanto en sus brazos mientras ella me contaba toda la verdad.

Mi familia, la que creí que era, se dedicaba a cazar, a domar los dragones, estaban en los calabozos, me dijo como llegue al palacio, me dijo todo. pero a la mañana siguiente la vi colgada de un barandal, quede sola desde ese día, desde ese día mi corazón fue de hielo.

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