𝐒𝐨𝐲 𝐥𝐚 𝒄𝒐𝒔𝒂 𝒃𝒆𝒍𝒍𝒂 𝐪𝐮𝐞 𝐯𝐢𝐯𝐞 𝐞𝐧 𝐞𝐬𝐭𝐚 𝐜𝐚𝐬𝐚

09

Querido lector:

Quiero que sepa que la historia verdadera que narrará éste libro
me la dictó directamente Polly Parsons,
la joven que vivió,
pero,
vaya,
no la sobrevivió.

Para ser fiel a nuestra heroína,
a mí heroína,
he escrito todo lo que se molestó en relevarme.

Todo excepto el final,
el cual ella no podía o no quería contarme.

O tal vez ella ya no podía verlo.

Y aunque fue mucha la tentación,
me abstuve de precionarla para que me lo dijera.

Aunque parece seguro aseverar que,
en lo que respecta al final,
el de Polly no fue uno bonito.

Pero Polly se negaba a contármelo,
y no me pareció correcto inventar un final.

Por eso lo he omitido.

Por respeto a los muertos,
usted lo comprenderá.

Porque sí,
querido lector,
Polly Parsons,
la protagonista de éste libro,
está muerta.

Está muerta,
pero no enterrada.

Descuidadamente escondida en una tumba
que ni siquiera es tan profunda como para llamarla tumba.

Mejor llamarla... un escondite.

Pero ya he dicho demasiado,
así que el resto se lo dejaré a Polly,
como era mi intención inicial.

Iris Blum,
Braintree,
Massachusetts,
1960.

Leyó Lily la última hoja de la novela.