Veintidós Rosas.

Aún no hay rosas.

-¿No me dejarás verdad?

-Jamás te dejaría.-Acaricia mi mejilla con sus nudillos y luego deposita un beso en mi frente.

-¿Y qué si ''jamás'' es mañana?-Una lágrima se escapa de mi ojo izquierdo.

Esta lluvia de invierno me recuerda a muchas cosas.

-Jamás es nunca, Amparo.-Toma mi rostro con sus dos manos.

-No predices el destino.-Aparto sus manos de mi cara y doy un paso atrás.

-¿Que es lo que te sucede?

-No quiero salir lastimada otra vez.-Agacho mi cabeza.

-Yo no soy como Jason, ya te lo he dicho.-Se acerca a mí.-No te defraudaría jamás.

-¿Y si no es así?-Me aparto otra vez.-¿Y si un día te cansas?

-No te das cuenta de que por pensar en el futuro, te estás perdiendo el presente.-Toma mi mano y entrelaza sus dedos con los míos.

-Tu no me amas, Danny.

-¡Basta!-Grita caminando hacia su casa y abre la puerta.-¿Por qué no confías en mi?

La lluvia comienza a ser mas fuerte y levanto la capucha de mi chaqueta.

-Confío en ti, no confío en tus sentimientos del futuro.

-¡Es lo mismo!-Eleva sus brazos y se adentra en la casa.-Te llamo luego.-Cierra la puerta.

Sé que puedo ser paranoica, pero es por mi bien.

Estoy cansada de preocuparme por la felicidad de los otros y jamás por la mía.