Capítulo 2

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Cuenta la historia que un día de verano se fue de compras y apareció en la casa con un vestido ideal. Estaba confeccionando con telas de colores brillantes y tenía dos volantes de encaje que quitaban el hipo, la mona se lo puso entusiasmada y fue corriendo a verse en el espejo.

-¡Oh, es increíble, pero que guapa que estoy!

La muy guapa se colocó en su cabeza un sombrerito de fieltro azul, y se encontró tan, tan elegante, que pensó que todo el mundo tenía que verla. Por eso, sin pensar bien las consecuencias, tomó una alocada decisión; escaparse por la ventana esa misma noche y cruzar el estrecho de Gibaltar para llegar a África. Su destino era Tetuán, la tierra en la que había nacido y donde aún vivían sus familiares y amigos de la infancia.

Mientras se alejaba de su confortable vida, por su cabeza, solo rondaba su pensamiento;

-¡Quiero que todos mis amigos vean lo guapa y estilosa que soy! ¡Me lanzarán miles de piropos y seré la envidia de todas!

No se sabe muy bien como lo hizo, pero el caso es que al amanecer, la mona apareció ante todos sus congéneres. Como había imaginado, la rodearon boquiabiertos y ella se pavoneó de aquí para allá como si fuera un pavo real. Monas de todas las edades comenzaron a aplaudir y a exclamar mirada.

-¡Oh, que guapa está!

-¡Que vestido tan bonito! ¡Debe ser carísimo!

-¡Que envidia!... ¡Nosotras desnudas, y ella luciendo un atuendo digno de una princesa!

La orgullosa mona estaba encantada con el recibimiento. Notaba que había causado sensación y que hablaban de ella como si fuera alguien realmente importante ¡Escuchar continuos halagos le producía tanto placer!...

-Debe ser una mona muy famosa en España, porque esas ropas no las lleva cualquiera.

-Si, seguro que sí... ¡Qué fina es y qué gracia tiene al andar! 

-¡Además tiene una pinta de ser muy inteligente! ¡A lo mejor es la presidenta de España y nosotros sin enterarnos! 

La fascinación que ejercía sobre todos era evidente porque incluso los machos del clan tampoco pudieron resistirse a sus encantos. De hecho uno de ellos, el mono más viejo y sabio, tuvo una idea que compartir con los demás. Se subió a una roca y alzó la voz.

-Como sabéis, hoy hemos tenido el honor de recibir a una miembro destacada de la comunidad que, por lo que se ve, ha llegado muy lejos en la vida. Mañana partiremos todos hacia el sur del continente y propongo que sea nuestra ilustre invitada quien dirija la expedición.

¡El aplauso fue unánime! todas las familias de monos y sus crías a las espaldas iniciaron una larga caminata con la pizpireta mona al frente. Por supuesto tomó el mando encantada de ser la protagonista y les fue llevando por donde mejor apareció: atravesó bosques, valles,desiertos, ríos y fangosos pantanos, pero lo único que consiguió, fue perderse. Su sentido de la orientación era nulo y no tenía ni idea de como llevar al grupo a su destino.

Lo que iba a ser un viaje de pocas horas se convirtió en un horrible periplo de una semana. Los pobres animales vagaron durante días de un lado para el otro, sin comida, escasos de agua, y con mallugaduras en todo el cuerpo. Cuando por fin llegaron al sur de África, las familias agotadas y con la sensación de que no había perdido la vida de milagro.

El anciano mono, como líder que era, volvió a dirigirse a la manada.

-¡Llegar nos cuesta un disgusto! Nos hemos dejado engatusar por la belleza y elegancia de esta mona, en vez de por su experiencia. Dimos por sentado que, como era una mona distinguida, también era una mona inteligente. De todo esto, debemos sacar una enseñanza: las apariencias engañan y al final, siempre se descubre lo que es uno en realidad.

La mona, avergonzada, se quitó las lujosas ropas reconoció su ignorancia. No por ser hermosa y por vestir ropas carísimas dejaba de ser una mona como toas las demás. A partir de ese día se integró con humildad en el grupo y regresó a la vida que le correspondía junto a los de su especie.

MORALEJA: Cada persona es como es, todos debemos sentirnos orgullosos de nuestras cualidades, pero no sentido de aparentar que poseemos talentos y habilidades que no tenemos. Y es que con razón dice el refrán: ¨Aunque la mona se vista de seda, mona se queda¨.


                                                                      FIN

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⏰ Última actualización: Mar 06, 2017 ⏰

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