El sueño

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—Yaho~

El pelirrojo estaba junto enfrente de mí con una sonrisa socarrona. No disimulé el fastidio que me provocaba verlo, aunque el no le dio importancia a mi expresión. 

—Kobayan, ¿has visto últimamente a Hanayan? —me preguntó.

No reparé a verle y comencé a alejarme de donde él estaba. Inoue me había pedido que buscara y vigilara a Hanasaki por si Nijuu Mensou intentaba hacer algo con él de nuevo, aunque aún seguía sin dar con él, no sabría decir si eso era algo bueno o malo.

Había ido a su casa, por la hora imaginaba que lo encontraría ahí, pero me equivocaba. Inoue me había dicho que le había llamado, pero que no había recibido respuesta, y como no cargaba su placa, no había forma de rastrearlo. Era como si Hanasaki hubiera desaparecido, cosa que no me inspiraba confianza.

—¡Ey! ¡No me ignores así, Kobayan! —el pelirrojo se apresuró a alcanzarme.

No me detuve, ni siquiera volteé a verlo, pero el caminaba alegremente a mi lado como si no fuera de él de quien trataba de alejarme. ¿Por qué no sólo me dejaba en paz?

—Lo estás buscando, ¿me equivoco?

Lo ignoré.

—No hace mucho que lo vi caminando por unos callejones oscuros, sosteniendo un arma en manos, parecía deprimido —la forma en lo que lo dijo me irritó.

Chisté mientras me frenaba de repente, haciendo que el pelirrojo se frenara también, y lo miré con rabia a los ojos.

—Hanasaki —comencé a decir—. ¿Sabes dónde está?

—¿Dónde está? —repitió con ese deje de tono infantil que me parecía irritante—. Dijo algo sobre esa desaparecer en un lugar donde nadie lo viera, o bueno, eso estaba murmurando, creo que ni siquiera vio que estaba detrás de él. Podrían asaltarlo si...

—Esa no fue mi pregunta —lo interrumpí. Mi voz había sonado más amenazante de lo que había esperado.

El pelirrojo también pareció sorprenderse un poco. A pesar de mi expresión amenazante, mi tono de voz hasta el momento había sido bastante neutra.

—Lo vi caminar por las calles de allá —me señaló el lugar—. Si no me equivoco, hay varios edificios abandonados al norte del lugar.

Volteé a ver el lugar que me señalaba, pero antes de avanzar hacia él volví a mirar al pelirrojo. En ese baño... ellos dos habían... él... 

La presión en mi pecho se hizo presente, aunque la ignoré.

—¿No vas a ir con Hanasaki? —pregunté con un tono indiferente forzado—. Ese idiota... está apunto...

—Ah, Kobayan, creo que me malinterpretas —su expresión del rostro se tornó un poco más seria—, no me interesa lo que le suceda o no a Hanayan.

Estuve a punto de decir algo, pero él volvió a hablar antes de que pudiera quejarme.

—Si tanto te preocupa, creo que deberías ir tú, nosotros debemos encargarnos de un tema de importancia —sacó su móvil de su bolsillo y escribió unas palabras en él antes de alejarse.

Mi primer instinto fue ir tras él y golpearlo en la cara, pero no podía hacerlo.

Corrí lo más rápido que pude al lugar que él me había dicho. Hanasaki había intentado quitarse la vida después de lo de Nijuu Mensou con un trozo de cristal. Pero ahora, con un arma, podía imaginar perfectamente lo que planeaba hacer. En mi sueño... no, en mi pesadilla...

Apreté los dientes y apresuré el paso. No dejaría que ese idiota lo hiciera.

———


La luna estaba brillando justo sobre mi cabeza, a pesar de que hace poco había estado cubierta por las nubes, ahora se alzaba brillante y orgullosa en el cielo nocturno.

El edificio en el que estaba Hanasaki lo encontré casi por instinto. Era el mismo del de mi sueño. Aunque el camino hacia arriba era mucho más largo, y había más viento del que esperaba.

—¡Hanasaki! —le grité apenas vislumbré su silueta.

Él estaba mirando por el borde de la azotea con el arma en manos y, apenas escuchó mi voz, se giró preocupado.

—Kobayashi... —sus ojos se llenaron de lágrimas en cuanto me reconoció.

Caminé hacia él, pero ante el peligro de que perdiera estabilidad y cayera opté por mantenerme donde estaba.

—Te lo dije, ya no puedo cumplir mi...

—No —lo interrumpí—. El arma en tus manos... si me disparas ahora, podrás darme lo que más deseo con sólo tirar el gatillo.

Hanasaki temblaba mientras me escuchaba hablar, ¿qué demonios estaba diciendo? Apreté los puños y di un paso hacia él.

—No... —murmuró.

—Al menos cumple tu promesa antes de morir, idiota —mi voz sonaba dura y cortante, aunque ni yo entendía el motivo. Comportándome así, ¿qué ganaría?—. ¿Cómo te atreves en pensar irte sin haberlo intentado?

Las lágrimas desbordaron sus ojos azules y resbalaron por sus mejillas.

Él miró hacia el arma que tenía en las manos, aprovechando ese momento de distracción, me coloqué justo frente a él e hice que apuntara el cañón del arma a mi frente.

—Dispara.

Si uno de los dos iba a morir, ese debía de ser yo.

—¡Dispara! —repetí.

El arma sólo tenía una bala. No tenía idea de por qué lo sabía, pero si tenía razón, esa bala debía ser utilizada contra mí.

Hanasaki me miró a los ojos y sacudió lentamente la cabeza.

—Kensuke...

—Perdón —murmuró acercando el gatillo a su sien.

Pero antes de que tuviera oportunidad de jalar del gatillo, desvié el arma con mi mano haciendo que la bala se perdiera en alguna parte de la inmensa oscuridad. Aunque no calculé bien el impulsó. 

Terminé abalanzándome hacia él, haciendo que ambos terminamos cayendo por el edificio con una gran velocidad, incapaces de hacer algo en ese momento.

Rodeé su cuerpo con mis brazos y hundí mi rostro en su pecho. Si iba a morir, al menos lo haría junto a él. 

Sentí sus manos rodear también mi cuerpo mientras ambos seguíamos cayendo. Juntos. Los dos. Al menos cumpliría su promesa.

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Hola~ :3 debería haber dormido hace tres horas, pero ¿cómo hacerlo sin actualizar el fic? (para que vean que soy responsable(?)

Si les gustó, no olviden dejar sus comentarios, votos, criticas, etc, etc, etc

Bueno, nos leemos en un rato^^)/




¿Qué fue lo que cambió? (Hanayashi) (yaoi) (Trickster) #ConcursoSol2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora