Tenía 14 años de nuevo.
Estaba afuera de la oficina de Sacha, el líder de la elite, esperando a que papá saliera. Llevaba alrededor de una hora adentro, había faltado a las clases de Nadir para ver a papa; era rara la vez que el o mamá venían a la isla.
Siempre estaban fuera en alguna misión y mamá aun no volvia de la suya, era extraño porque ella había salido antes que papá.
Recuerdo cuando estaba pequeña y mi mama me leia cuentos para dormir cuando estaba aquí, tenia una voz angelical que me arrullaba al dormir; o cuando ella y papá jugaban conmigo a las escondidas fuera del complejo, alla en el bosque.
El sonido de la puerta abriéndose alejo los recuerdos y me levante rápidamente del suelo, voltee a ver a mi papa que me veía con ojos cansados y rojos, como si hubiera estado llorando.
La barba le estaba creciendo y estaba despeinado, tenia su traje negro puesto pero no lograba ver donde tenia las armas escondidas.
-¿Qué haces aquí Eli?- pregunto con seriedad mientras se ponía de cuclillas para estar a mi altura, su mirada se suavizo al ver mi rostro.
Papá tenia el cabello negro azabache y mamá era rubia dorada; seguía sin entender de donde había salido mi cabello rubio blanquecino.
-Vine a verte antes de que te vayas, ¿Esta todo bien papi?-pregunte con preocupación y vi como sus ojos se llenaban rápidamente de lagrimas y me atraía hacia el en un abrazo.
Adoraba cuando mi papá me abrazaba sentía que tenia alguien que me amaba en el mundo, alguien que daría hasta su ultimo aliento por mi bienestar; la protección y amor paternal que transmitían sus abrazos no se hizo presente en ese momento.
En vez de sentirme inundada en amor, sentí una fuerte tristeza y melancolía; mi hombro donde mi papá había enterrado su rostro se sentía húmedo y podía oir los sollozos silenciosos que el profiraba.
-¿Papi?-dije con voz entrecortada-¿Qué pasa?
Él levanto el rostro y sin soltarme me dijo:
-Atraparon a tu madre-rotundamente sentí una fuerte presión en el pecho; a pesar de que nunca fuimos una familia sumamente unida porque ellos siempre estaban en alguna misión, ellos eran lo único que yo tenia aparte de mi mejor amiga Kiranina; los amaba con todo mi corazón sin importar que estuvieran lejos.
Sentí como las lagrimas comenzaban a escocer tras mis ojos y como el respirar se volvió mas difícil como si el aire se hubiera hecho solido y el que pasar por mis pulmones doliera.
Lagrimas descontroladas salieron de mis ojos mientras papá me abrazaba y me decía al oído que todo estaría bien. Me sostuvo el rostro entre sus manos y viéndome a los ojos me informo.
-Ire a buscarla, esta en las Filipinas en su ultima misión; parece ser qu
que se encontró con fuerzas americanas alla y no pudo sola contra todos ellos, no sin revelar sus poderes que no hubieran hecho mas que condenarla a una vida como rata de laboratorio para esos estúpidos americanos-dijo las ultimas dos palabras con un odio que se hizo tangible en el aire- volveré, lo prometo y traeré a tu madre conmigo. Eli, volveremos a estar todos juntos otra vez, lo prometo.Después de eso no quedamos abrazados un rato hasta que las lagrimas me dejaron y mi papá me solto y se fue después de darme un beso en la frente.
Se alejo de mi caminando, veía su fuerte espalda y sus grandes brazos con hombros rectos, la decisión de encontrar a mi madre y devolverla a casa con nosotros conmigo. Lo vi hasta que se perdió en la distancia al dia siguiente cuando partio a Filipinas.
Esa fue la última vez que vi a mi padre.
La última vez que me había sentido segura y amada. La última vez que recordé que alguna vez había sido feliz.

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Balas perdidas
Ficção AdolescenteEleni. Karenina. Dos espías. Ambas han entrenado toda su vida para salir en una misión. Juntas desde niñas. Blanco y negro. Fuego y agua. Dos lados de una misma moneda. Unidos para matar.