Pretty Eyes. (Gay)

CAPÍTULO 1: 'La Confesión de Alley'

-¡Hazlo de nuevo!-habló Alley entre risas.
Miré la televisión, donde estaban trasmitiendo la dichosa película 'Buscando a Nemo'. Tomé aire y volví a repetir aquella ridícula actuación del idioma 'cetáceo' de Dory.

Alley se revolcaba de risa. Sus bellos ojos castaño se cerraban y abrían de vez en cuando entre tantas carcajadas que soltaba.

Verlo así me mantenía feliz. Me senté en el sofá satisfecho de mí mismo y miré la TV. Alley se sentó en mis piernas y se acurrucó en mi pecho. Estaba acostumbrado a ello. Conozco a Alley desde que mudé a éste lugar. Pasaba el mayor tiempo de mis días con él, con Kion y su novio o sino los cuatro juntos. Rara vez mi padre llegaba antes que yo me durmiera, así que tenía libertar para hacer lo que quisiera.

Revolví su cabello y lo acomodé de nuevo. Sonrió y soltó un pequeño suspirito de felicidad. -Eres muy divertido, Jo -me sonrió-Me haces tan feliz, eres el mejor amigo que tengo -me dió un suave golpecito en el abdomen y se volvió a acurrucar.

Temblé ante aquellas palabras. Amigos. Maldita sea, amigos. Alley era gay. Yo era gay. ¿Por qué me seguía viendo como amigo? ¿Qué tenía Ganya 'Mamadas Locas' Yorôkov que yo no pudiera darle a él? No comprendo aún.

Sumido en mis pensamiendo, sentí que Alley se movió en mis piernas, acomodándose. Fué un movimiento involuntario, pero por muy suave que se acomodara, rozaba partes sensibles en mi ser. Partes que de repente reaccionaban. Ello causaba en mí algo que costaba disimular. Mis pensamientos hicieron que comenzara a acelerarse algo mi corazón.

Alley tenía que salir de arriba mía ahora mismo. No quería tener que explicarle de una jodida erección o porqué me pasa ello con él.

-¿Todo bien, Joseph?-habló-Tu corazón está latiendo alto mas rápido de lo normal...-me miró con algo de preocupación.

-No te preocupes, Ojos Bonitos -le sonreí, intentando calmar mi pecho y desviar mis pensamientos -Pensaba en los exámenes finales. La materia de Química no la comprendo mucho-suspiré.

Siguió mirandome. De la manera en que lo hacía, parecía como si pudiese ver mis pensamientos. -A ti te pasa algo más. ¿Por qué no quieres decirmelo? ¿Acaso no confías en tu mejor amigo?-hizo un puchero digno de un Oscar. Aún teníendo casi 16 años, Alley parecía y actuaba como un niño. Un adorable y bellísimo niño.

-Claro que confío en tí, Ojos Bonitos. Te lo acabo de decir, estoy preocupado por los exámenes de Química-formé mi más convincente sonrisa.

Me miró unos segundos más. Sonrió. -Quizás Kion y Lucian nos ayuden a estudiar. Ese par son unos cerebritos en Química-se levantó de mis piernas y rió- Iré al baño, vuelvo enseguida -sonrió una vez más y subió las escaleras hacia el cuarto de baño. Sentí el grifo abrirse.

Suspiré y afirmando mis codos en mis rodillas y las manos en mi cabeza, miré el suelo.

Había perdido la cuenta de cuando éste simple sentimiento de cariño y amistad hacia All se había convertido en amor. No lo sé, todo alrededor de él se sentía genial.

Quizás fué porque no me criticó al conocerme, porque no se cabreó con mi comportamiento de hijo de puta que tenía. Quizás fué porque me ayudó y mantuvo con el ánimo alegre tras la muerte de mi madre. O quizás estabamos hechos para el otro.

Negué con la cabeza. Si estuvieramos hechos 'uno para el otro' el no estaría enamorado de su otro mejor amigo. La amistad es apoyar y decir la verdad al otro. Pero simplemente no podía abrir la boca y decirle 'Oye, Ojos Bonito, Ganya es la puta del colegio y tiene una relación con el subdirector'.
Para empezar, se cabrearía conmigo. Segundo, lloraría. Sólo una vez lo ví llorar, pero con ello bastaba. Verlo tan triste y las lágrimas corriendo por su cara me producieron una terrible sensación por el cuerpo. Nunca más lo vería llorar, o al menos, impediría todo lo que lo hiciera entristecer. Lo único que podía y puedo hacer es apoyarle, aconsejarle en intentar conquistar a un chico que jamás lo verá como algo más que un amigo. Es preferible verlo feliz con alguien ajeno a mí que a verlo triste.