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Disclaimer: Los personajes de Inuyasha no me pertenecen sino a Rumiko Takahashi.

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. -indica cambio de escena.

Indica el pasado.

—indica tiempo actual-

—"Indica diálogo de bestia interna".-

"Indica pensamientos"

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Era un hermoso día, Kagome caminaba por los hermosos jardines del palacio del oeste acompañada por Rin, que no dejaba de saltar y cortar flores para trenzar y hacer una corona de flores.

El día de su boda ya había sido fijado para dentro de dos días y estaba sumamente nerviosa, no sabía porqué pero lo estaba, le gustaba pasar tiempo con él trío de inus que parecían un trío de niños pequeños e indisciplinados.

La labor de Kagome empeoraba cuando la hora de comer llegaba, eran de muy buen comer todos, en especial Inuyasha, era como un barril sin fondo. Tuvo que recurrir a comida de su época y grandes cantidades de comida, con eso conquistaba el estómago de los tres hambrientos machos y se ganaba su admiración.

Grande había sido la sorpresa de Kagome al vivir al lado de Sesshomaru y poder presenciar lo que, ni en sus más locos sueños, habría imaginado era todo lo contrario a cuando estaban fuera del castillo o con alguien distinto a su familia, esto la ponía feliz, ese era el Sesshomaru joven que conoció.

— Señorita Kagome. -llamó la pequeña sacándola de sus pensamientos.

— ¿Sí? -preguntó mientras se agachaba para estar a la misma altura.

— Si usted se casa con el abuelo ¿será mi abuela? -preguntó con curiosidad mientras un pequeño rubor se adueñaba de sus mejillas.

— Así es, ¿no te parece lindo? -preguntó con ternura.

— ¡Es fabuloso! -saltó la pequeña para colocarle la linda corona de flores que había terminado.

La pequeña Rin corrió alegre en el jardín al saberse parte de la familia.

— Es tan linda. -habló alguien al lado de Kagome.

Kagome miró a Sesshomaru a su lado, se veía tan relajado.

— En efecto, Rin me recuerda a mi cuando era niña. -rió mientras miraba a la niña.

— Si yo no supiera que es huérfana juraría que son madre e hija. -se burló el demonio- Solo espero que los hijos que tengas no sean tan traviesos.

Dicho esto llamó a Rin y se retiró dejando a Kagome en un estado de shock por sus palabras.

"¿Eso qué quiere decir?" -se preguntó a ella misma.

"Creo que es más que obvio" -le respondió su bestia.

Kagome no pudo evitar ruborizarse.

Minutos atrás llegó Toga y se llevó una alegre sorpresa al ver que su primogénito platicaba abiertamente con su futura esposa, él llegó al final de la conversación llevándose una grata sorpresa.

"Él espera más cachorros" –comentó feliz.

"Eso quiere decir que debemos darnos prisa" -alentó su bestia.

Inu Taisho dejó de lado la charla con su bestia y se aproximó a su amada.

— ¿En qué piensas, Kagome? -preguntó cuando llegó y le abrazó por sorpresa.

Antes de los Nuevos TaishoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora