El café solo sobre la mesa cansado de besar labios tristes.
El mechero en una mano quemando cartas de amor.
Desnudez interior envuelta en piel y sufrimiento y un bolígrafo descosiendo cada herida.
Ya no sé ni qué escribir solo grito libertad sobrevolando tus lunares...
fijándome en cada uno de ellos y intentando unirlos con un hilo invisible para que no se desvanezcan en la noche.
Quiero ser uno de ellos y permanecer en tu piel, que la mía ya me esta quemando.
Tampoco sé a quién le escribo, mis musas se cansaron de tanta tristeza y se apagaron en mi último cigarro.
Pero enciendo otro y el humo deja su rastro como las cenizas de aquellas cartas.
Cartas nunca abiertas y no del todo cerradas.
Y de pronto me pongo esa canción y fluye el blues vibrante en este cuarto.
Contemplo la luna desde la cama y incluso intento tocarla.
Algún dia la alcanzaré de momento me quedo aqui dibujando constelaciones en tu espalda.