Capítulo 3

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Luego de unas cuantas cuadras más llegaron a la casa de los Jeon.  Jugkook no se podía sentir mejor al encontrase justo al frente de su cuarto, su hábitat, su preciada cueva, secó algunas lágrimas imaginarias y abrió lentamente aquella puerta de madera que se intervenía entre él y su habitación e inmediatamente se tiró sobre su cama besando esta como si no la hubiera visto en años.

Pues si, aveces podía llegar a ser un poco exagerado.

-Yo...permiso?- se alcanzó a escuchar la tímida y suave vos como un murmullo desde la puerta de aquella habitación, Kook lo miró de reojo, con un aura totalmente oscura ante la interrupción.

Jimin no podía negar que se sentía sumamente incómodo no solamente por la penetrante mirada de odio que le brindaba el pelinegro sino por lo...inquietante de aquel lugar, las paredes estaban pintadas de un color azul oscuro, un póster de alguna banda que gritaba ser de rock pesado, aquellas cruces invertidas que se encontraban en el cabezal de su cama...era legal tener muñecos vudú? Sólo esperaba no ser algún día uno de aquellos muñecos de su colección.

-Linda ha...habitación- era la mejor estrategia para Jimin decir eso, no debía dejarse caer mal por el pelinegro...miraba una y otra vez aquellas calaveras y el estómago se le revolvía pensando el por qué había decidido entrar en la habitación de un desconocido.

Desde lejos Jungkook sentía el miedo, era la misma sensación de antes cuando lo conoció hace unas pocas horas y le encantaba. Tuvo un mal día, se merecía un poco de diversión.

-Te gusta enserio?- fingió aquella emoción de niño en busca de aprobación.-No me lo dicen muy seguido- fijó su mirada oscura en los ojos del contrario.

La situación era muy extraña, Jimin antes de todo esto estaba tranquilo leyendo los pasajes de la biblia y relajándose con el hermoso día de primavera que le había brindado la vida, ahora se sentía inseguro y quería escapar de aquel hueco oscuro.

-Enserio- su voz salió entrecortada y mas aguda de lo normal observando la gran sonrisa que tenía el pelinegro, este aplaudió riendo alegremente.

-Me alegra que sea así- musitó levantándose lentamente de la cama dirigiéndose al mas chico hasta posicionarse frente a él, Jimin retrocedió abruptamente trando de alejarse instintivamente de aquel muchacho que profanó su espacio personal.

Dios como le encantaba infundir miedo en aquella personita, quería más y no sabía el por qué, no sabía qué estaba haciendo pero su cuerpo se lo pedía mientras que el pequeño agachaba su cabeza no queriendo ver o saber que estaba frente a él, hasta que sintió unos dedos levantar su barbilla, encontrándose con su mirada oscura mientras que sus ojos brillosos de miedo relucian en tan absorta oscuridad.

Se escuchó la puerta principal abrirse y unas voces femeninas resonaron en aquel lugar.

- Kook ya estamos aquí bajen por favor- la voz de la señora Jeon se hizo escuchar por los dos jóvenes e inmediatamente cuando eso sucedió Jimin dio media vuelta para lugo salir corriendo y perderse en las escaleras, dejando a un encantado Jungkook alejado de su mal humor habitual.

No fue un mal día después de todo.

PECADO (kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora