Capitulo 6

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Observo sin interés como todos por comida se quitan el brazalete, algo que en lo personal me parece curioso, pero más de eso no me interesa, he pasado varios días sin comer en el Arca y estoy dispuesta a soportarlo en la Tierra. Además, tengo ligeros conocimientos acerca de la vegetación, así que puedo fácilmente buscar un arbusto con bayas no venenosas y vivir a base de eso.

— ¿No te vas a quitar el brazalete? —no me esperaba que Blake iba a sentarse a mi lado, pero lo hace, toca mi mano, que está en mis rodillas y me pasa un palo con carne de la pantera en el borde. Alzo una ceja, confundida, pero él solo sonríe e insiste en que lo agarre, no hago más que aceptar el alimento y él vuelve a mirar la fogata y como todos se desprenden del Arca, haciendo caso omiso a su recomendación u orden, como quieran tomarlo— Dijiste que no tenías a nadie ¿Así que por que no te la quitas? —es verdad, debe de ser confuso para todos, que me han escuchado decir infinidades de insultos hacia el cielo, pero Finn tiene razón. Y aunque me esfuerce en ocultarlo, mi lado sensible siempre sale a la luz, mi debilidad.

—Quiero restregarle a Marcus Kane que estoy viva— le doy un mordisco a la carne, está deliciosa, y eso que la carne nunca fue lo mío, prefería ir a trabajar o robas a los sectores agrícolas— Además, de un sentido u otro, siento que no me lo puedo quitar, no lo sé, me he llegado a encariñar con esta cosa de metal— rio, seguida por él.

—Eres agradable— me dice, sin mirarme, sin decir más, me toca la mano que no afirma el palo y entrelazamos nuestros dedos, mientras él observa la fogata y yo como.

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Al otro día, Wells, Finn y Clarke salen a buscar antibióticos para Jasper, que para mi pesar, está más muerto que vivo, pero vivo al final. La gente se empieza a ver intimidada y enojada con los, no lo niego, molestos gritos de dolor del aviador, que toda la noche estuvo quejándose, de todos modos, no hago más que ignorarlo, pero al parecer los otros humanos no pueden, no lo sé, o sea, no evito decir que si es desesperante, sí, esa es la palabra, pero da igual, está respirando y eso es lo importante.

— ¿Nos quieres acompañar? —escucho la voz de Bellamy a mi espaldas, creo que empieza a gustarle aparecer por detrás, como una clase de ninja.

— ¿Qué van a hacer? —pregunto, sin interés, aunque encuentro más divertido salir que quedarme todo el día haciendo figuras con madera en mi carpa u observando como los otros idiotas terminan un muro para protegerse de los terrestres, idea no tan mala, pero yo creo que si los terrestres nos encuentran como amenaza, estaríamos más que muertos.

—Salir a cazar y ver qué pasó con dos chicos que salieron y no volvieron— susurra, acercándose— Nos vamos ahora... Que bonitos— veo como agarra una escultura, la última que hice y que está basada en la pantera que vimos, está en la posición lista para atacar. Detengo el tallar con mi cuchillo para observar como él aprecia la figura que está en sus manos. Afirmo el cuchillo y lo guardo entre la ropa interior y el pantalón, como siempre. Me levanto, él deja la madera en su lugar y se gira sonriendo.

—No sabía que eres buena para esculpir— murmura, encaminándose a mí. Cabe aclarar que después del momento intenso en mi carpa y cuando nos tomamos de las manos, no hemos vuelto a tener más allá de algunas palabras nada sorprendentes, comunes. Los dos, mejor dicho él, hemos estado muy ocupados, ya que él es una clase de líder para los 100, algo ejemplar y que siempre tendrá inconvenientes.

—Ya deberías saber que soy buena para todo— él me aparta el cabello del rostro y lo coloca detrás de mi oreja, nos miramos a los ojos y nos acercamos hasta que sentimos los labios del otro sobre los nuestros. Mi cuerpo se estremece, como no me había pasado cuando nos besamos por última vez, un leve cosquilleo aparece en mi estómago que no hace más que aumentar mis ganas de seguir besándolo. No es salvaje, al contrario, es lento, nos tomamos el tiempo de saborear al otro, disfrutar el momento, dirijo mis brazos a su cuello, enrollándolo y a la vez fundiéndonos más en el otro, él toca con suavidad la parte de mi abdomen que no es cubierto por una camiseta negra con manga hasta el codo. Por lo menos yo no tengo el propósito de terminar desnudos, partiendo porque tenemos que salir y terminando en que me gustó este tipo de besos. Nos separamos y Blake besa con lentitud mi frente, que es cubierta por cabellos que hacen como de flequillo, así que realmente besa mi pelo. Nos separamos aún más y nos sonreímos, cómplices, mi corazón aun late apresurado, pero no al punto como si hubiera corrido un maratón, es más bien la sensación de sentir el corazón en la garganta, como si me llega a besar o tener un contacto fuera de lo normal con él, mi órgano bombeador de sangre saldría a saludar a todos.

 Nos separamos aún más y nos sonreímos, cómplices, mi corazón aun late apresurado, pero no al punto como si hubiera corrido un maratón, es más bien la sensación de sentir el corazón en la garganta, como si me llega a besar o tener un contacto fuer...

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Ángel -Bellamy BlakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora