La mañana transcurría de una manera extraña. Cris se había levantado y desde entonces Daniela y yo habíamos adoptado el papel de desconocidas de nuevo. En realidad, no éramos más que eso, dos desconocidas. No podía parar de pensar en lo que había pasado. Tenía novia... tenia novia y lo cierto es que me daba igual. Ella actuaba como si nada hubiese sucedido, y yo ya estaba empezando a pensar que no volveríamos a hablar de ello. Sin duda era lo mejor, tampoco iba a pasar nada entre nosotras. Lo mejor era olvidarse de lo que había pasado y disfrutar del tiempo que me quedaba de mi fin de semana de desconexión. Después de comer llegamos a un punto muerto del día, yo estaba cansada y lo único que me apetecía era, sin duda, dormir.
-¿Vemos una película, chicas?- Propuso Cris.
-Si queréis... - No era lo que más me hubiese gustado, pero era mejor que nada.
-Sabes Cris, creo que deberíamos ver una película que le va a encantar a tu amiga...- Dijo Daniela con una chispa en los ojos. Me pregunté en que estaría pensando.
-¿Sí? ¿Cuál?- Preguntó Cris, curiosa.
-Se llama La vida de Adele.- Hizo una pausa antes de seguir, yo sonreí.- Va de...
-Lo siento... ya la he visto.- Le confesé.
-Vaya vaya... me sorprendes. Parece que te has nutrido de cultura LGTB.- Me dijo mientras sonreía.- Te propondría Habitación en Roma pero... creo que no es el momento.
-No, creo que es un poco pronto para esa también.- Reí.- No la he visto, quizá en otro momento.
Era el primer guiño de complicidad que Daniela me hacia en todo el día. Era extraño, pero me gustaba mucho lo que fuese que estaba surgiendo. "Tiene novia. No lo olvides. Te quedan horas aquí, disfruta de tu pequeño oasis". Mi conciencia no paraba de bombardearme a mensajes.
Finalmente subimos de nuevo a la habitación y Cris encendió la televisión. Daniela se tumbó en el colchón que habíamos compartido toda la noche, y yo inconscientemente fui detrás. Me paré un momento a reflexionar... Cris estaba también allí.
-Ven Paula, vamos a tumbarnos tu y yo en la cama. Deja ahí a Daniela que seguro que se queda dormida.
-Si... yo voy a dormir. Si quieres venir... te hago sitio.- Otra vez, ahora era una indirecta muy clara y yo debía rechazarla. Maldita conciencia.
-Puede que luego... ahora prefiero ver la televisión.
De todas maneras, me tumbé en el lado de la cama que quedaba pegada al colchón. Mi teléfono vibró. Mire la pantalla y vi que tenia un mensaje de... ¿Daniela? Tenía mi numero desde hacia unas semanas, cuando Cris nos metió a todas en un grupo para preguntarnos quien asistiría finalmente a las fiestas del pueblo y quien no. Abrí el mensaje con cuidado de que Cris no viese nada. "Creo que quiero besarte". Se me paró el corazón. Me mordí inconscientemente el labio inferior y la miré... mi mirada emanaba deseo, y era evidente. Me mantuvo la mirada antes de volver a escribirme. "Y ahora creo que también" No sabía que decir... así que no dije nada. Hice como si no estuviese pasando nada, y dejé el móvil a un lado. Así afronto yo las situaciones complicadas y así me va.
-Dani... ¿puedes mirarme si funciona el amplificador de señal del wi fi?- Preguntó Cris. Cuando me giré me di cuenta de que estaba intentando conectarse con el portátil, pero por lo visto no le iba muy bien.
-Si claro, pero necesito que vayas abajo a mirar si tienes la caja... para ver que es lo que puede estar fallando, vendrán algunas instrucciones dentro, seguro.
Cris le dio el portátil y bajó sin ninguna queja. Yo estaba temblando, solas otra vez. Solas. Me miró. Se acercó a mi y rozó sus labios contra los míos. Luego se separó y sonrío, antes de sentarse de nuevo sobre el colchón. Cris tardó apenas 2 segundos en cruzar el marco de la puerta.
Después de que Dani arreglase lo que fuera que estaba arreglando, se durmió y Cris una película en el ordenador. El problema estaba en la forma en la que Daniela se había dormido: agarrando mi mano. No me atreví a moverme ni un centímetro, no quería despertarla... también estaba preciosa dormida. Cris no reparó en ese pequeño detalle, estaba demasiado centrada en la película. El sueño se apoderó poco a poco de mí y así me quede dormida, sobre el hombro de Cris mientras sujetaba la mano de la chica desconocida que me había perturbado los pensamientos.
***
Me desperté a las 8 cuando sonó mi móvil. Era Natalia, venía a buscarme. Supongo que se había quedado preocupada por la discusión del viernes. Yo tenía el coche en la acera de en frente, pero no estaba muy centrada como para conducir. Agradecía que mi amiga viniese a por mi. Me vestí y recogí mis cosas. Dani seguía durmiendo... pero necesitaba despedirme de ella. Le di un toquecito con el pie para moverla, y en seguida reaccionó.
-Si, eh, que pasa... estoy bien, estoy bien. - No sabía ni lo que estaba diciendo.
-Dani despierta... se va Paula.
-¿Que? No. ¿Y ahora como me despido yo de ti?.- Me quedé helada. No por lo que había dicho, si no porque lo había dicho delante de Cris. No quería que ella supiese nada, no quería que pensase que yo estaba entrometiéndome en una relación. Sabía el desprecio que todas sentían por Sofía por lo que había pasado...No quería que también me odiase a mi.
-Pues me dices adiós... - Dije en tono de burla. Esperé que se diese cuenta y en cuanto se despejó un poco lo comprendió.
-Venga, te acompaño yo a la puerta. Cris está muy cómoda ahí con la peli... yo te abro la puerta.
No pude rechazar su invitación. Bajamos las dos las escaleras en silencio. Oí la bocina del coche de Natalia, así que me apresuré un poco.
-Oye, siento haberme dormido. Esperaba que lo hubieses hecho conmigo. Dormir, digo.- Añadió con una sonrisa pícara.
-No te preocupes... ha estado bien.
Abrí la puerta, un poco contra mi voluntad, y me giré para despedirme. Me pareció ver cierta desilusión en sus ojos.
-Ya nos veremos.- Le dije. Acto seguido me acerqué a ella y le planté un beso de despedida en los labios. No sabía ni como ni por qué, pero lo había hecho. Ella parecía confusa, pero su sonrisa me hizo quedarme tranquila. Salía de aquella utopía cuando crucé la puerta hacia el exterior. Ella no se movía de allí, del marco, viendo como me alejaba.
-Hola mi amor.- Me dijo Natalia medio a gritos desde el coche.- Te echaba de menos.- me dijo bromeando.
- Que idiota eres. - Me metí en el coche mientras me reía. Cuando me giré para despedirme por última vez de Dani, ya estaba cerrando la puerta.
-¿Qué tal el fin de semana?- Me preguntó Natalia.
-Pues... extraño. Muy extraño.
-¿Y eso que significa?
-Que bien... muy bien.
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Nubes con sabor a tormenta
Fiksi RemajaSegunda parte de "Las nubes no siempre saben a chocolate"