1. ¿Cómo fue?

119 18 5
                                    

-Oye, Napsta...
-¿Qué ocurre?
-¿Recuerdas cómo nos conocimos?

El apuesto y joven robot peliplateado reflexionó unos momentos ante la pregunta de su pequeño amigo.
¿En qué circunstancias había conocido a aquel tierno y gordito esqueleto quien se volvió su inseparable amigo?

Buscó en sus recuerdos mientras se mantenía recargado en la pared con las manos tras la nuca, sentado a su lado.

Y es que ese momento estaba ahí, guardado en su mente como algo especial, pero más que nada eran como una serie de ellos puesto que su amistad se construyó poco a poco.

Sans le observaba expectante a su respuesta.

-¿No fue cuando visitaste a Undyne aquella vez con Papyrus? -contestó el mayor.

-Creo que sí... -dijo un poco dudoso el pequeño.

-Y luego otro día salimos con ellos a comer. Pero así bien, creo que fue el día en que pasamos a ver a Alphys...-se acordó Napstablock.

-¡Sí! Porque antes no hablábamos sin que estuviera Undyne con nosotros.

-Tal vez sí, pero no mucho. Te conocía de vista pero no conversábamos... ¿De qué te ríes?

-Es que recordé que eras como un lindo fanasmita y ahora eres ¡Wow! ¡El gran Napstablock! ¡Eres el ídolo de todo el underground!

-Lo sé, nene, lo sé. Soy genial.

-Eres genial.

Aunque el peliplateado mostrara esa actitud altiva y para nada modesta con el chico, lo cierto era que sentía cierta "calidez" cuando era su amigo quien le decía esas cosas.
No era que no estuviera acostumbrado a los halagos, es decir, al ser la única estrella del lugar en donde vivían le llovían las palabras bonitas y lindos detalles de sus admiradores.
Pero por alguna razón, cada vez que escuchaba eso venir de Sans, sentía una especie de timidez que le provoca un leve sonrojo.

Volteó ligeramente la cara a la derecha para que no se le notara.

-Pero ¿Sabes? Sólo tu apariencia cambió en ese entonces -comentó de repente el menor- tu personalidad es la misma. Sigues siendo igual de amable y carismático con todos.

-Jeje, pues ya ves, Sans. Es parte de mi encanto -eso decía él, pero por dentro pensaba: "¡Demonios! ¡Es muy tierno!"

El mayor se levantó y su amigo le siguió. Ambos salieron del set de grabación de su programa, para que el robot pudiera acompañar al esqueleto camino a casa, puesto que de lo contrario llegaría tarde y quería evitarse problemas con el hermano mayor de este.
Aunque Papyrus era muy relajado, pero pues igual, más valía...

-¿Tienes planeado algo nuevo para el show de mañana, Napsta? -preguntó Sans en el transcurso.

-Obviamente, querido.

-¡Genial!

-Pero si quieres darme algunas ideas, se agradece...

-¿Ideas para el show? Mmm... -el pequeño se quedó pensando- ¡Oh! ¡Podrías, podrías hacer un flan gigantesco y dárselo de premio a quien conteste bien las preguntas! ¿No crees?

El peliplateado soltó una risita.

-¿Sabes cuánto me tomaría hacer una montaña de flan? Tienes mucha imaginación, Blueberry -le acarició la cabeza juguetón al llamarle por su apodo (le decía de esa manera por la ropa azul claro que solía llevar muy seguido, además de su dulce personalidad)- sin embargo, no es mala idea. Tal vez lo intente en shows posteriores.

-¡Y le puedes pedir a Undyne que te ayude! -al pequeño le brillaron los ojos al imaginar esa delicia azucarada.

-Tú también nos ayudarás, querido.

-¡Pues claro!

Al llegar a casa de Sans, los dos amigos se despidieron, acordando verse el siguiente día.

Días tranquilos, días simples y divertidos con una persona que aprecias... Napstaton quería más días como esos.

No sabía que Sans también guardaba ese anhelo incobsientemente dentro de él...

Especial por ser tú (Napstasans)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora