La roca.

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 Salí a deambular con el paso cansado, arrastraba mis pies. Ya llevaba días sin comer y durmiendo mal, estaba llenos de llagas en los talones y la sangre se secaba en mis calcetines. Por peligroso que fuera salí a merodear por el bosque. Algo internamente me pedía que lo hiciera, el cielo se llenó de relámpagos entrelazados como telarañas.

Fui al patio de Steve Harrington, con los chicos amábamos meternos en su enorme pileta cuando él no nos veía. Tenía agua climatizada. Es un idiota, pero un idiota con una hermosa mansión y una gran reputación. Maneja un BMW y, muchas veces, nos pasa muy cerca cuando vamos por la carretera en bicicleta. Una vez tiró a Dustin. Contra toda razón sentía una necesidad ósea de ir, me llamaba el lugar. Después entendí el por qué.

La mansión estaba a unos ochocientos metros de mi escondite, los caminé. Empezaba a acostumbrarme a la oscuridad, el mal olor, a tener el cabello húmedo todo el tiempo.

Llegué con el rugido de la bestia. Sobre la piscina se abrió un enorme portal, del otro lado se veía el mundo verdadero y a todo color. Me palpitó el corazón.

El monstruo volvió con una mujer entre sus garras y, tras él, el portal se cerró nuevamente. Fue cuestión de segundos, no pude lanzarme a mi mundo.

La reconocí, el pueblo es pequeño y nos conocemos todos. Era Barb, la amiga de Nancy. La había visto muchas veces no sólo del colegio, también de la casa de Mike.

No noté en qué momento pasó pero ya tenía una pesada roca en mi mano hábil, apresto para atacar.

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⏰ Última actualización: Mar 11, 2017 ⏰

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Will Byers en las sombras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora