Los segundos pasan y se vuelven minutos, los cuales crecen y son horas en conjunto.
Las horas pasaron y en días se convirtieron, quienes siquieron caminando y como meses siguieron.
Así los años se formaban, y ella seguía creciendo.
Con las mismas pecas.
Y con el mismo cabello.
De sus monstruos la alejaba y la cuidaba del miedo.
Pero de a pocos maduraba, y me alejaba de su sueño.
Yo casi ni existía.
Pero aún la observaba.
La cuidaba de mis propios monstruos, como si de un guardián se tratara.
Un guardián con miedo al olvido.
Y con un hambre creciente y peligroso.
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Ein Monster in meinem Wandschrank.
Poesía"Ella no me ve, pero yo la veo. Ella no me ve, pero me tiene miedo." #121 en Poesía [24.03.17] #60 en Poesía [01.04.17]