Huit

1.2K 145 188
                                    


Tomó el blancuzco papel y por millonésima vez en el día lo arrojó a la basura después de usarlo.

¿Alguien sabe los riesgos intrínsecos de salir a patinar sobre hielo?

Bueno.

Enfermar a tal punto que te transformas en mocos, dejas de ser un humano y pasas a ser fluido nasal literalmente, puede ser uno de los más importantes a tener en cuenta.

Y sipe, justo eso fue lo que le sucedió a LuHan.

De forma que ahora, estando sentado en su cama con la laptop sobre sus piernas y la sección de ''dramas asiáticos" abierta en Netflix, no dejaba de limpiarse los ojos llorosos cada medio segundo porque le impedían ver el perfecto rostro de Park Bo Gum en todo su esplendor celestial, tampoco era capaz de escuchar muy bien su voz traída desde las sublimes cumbres del majestuoso olimpo porque tenía que sorberse la nariz quince veces cada diez segundos.

Era un karma. La cajita de pañuelos estaba ya por menos de la mitad, si no la cambiaba rápido tendría que utilizar el cartón para sonarse la nariz dentro de muy poco, pero ay, es que tengo tanta flojera.

Sin embargo, Park Bo Gum en la dinastía Joseon fue interrumpido por alguna falla del Internet que en aquel momento LuHan maldijo desde lo más oscuro de su corazón (si es que acaso existía), pero aún así, aprovechó el momento para someter a su aletargado pedazo de cuerpo, ponerse en pie y salir hasta el pasillo principal en busca de algún paquete de repuesto o una segunda caja de pañuelos.

Adoraba caminar sin medias por toda la casa porque la alfombra era increíblemente suave y él sentía estar en alguna sesión de podología gratuita cada vez que las hebras felpudas se amontonaban y le hacían cosquillas en las plantas de los pies, así que en su trayecto hasta el cuarto de YiXing no dejó de dar risitas sueltas, avanzando y avanzando a cortos saltitos sobre la alfombra, sorbiendo su nariz en el camino.

Habían pasado ya dos semanas desde la cita con SeHun y LuHan seguía sin ser capaz de mediar todo el asunto con su hermano como una persona adulta, madura y diplomática; le había dejado pequeños paquetes de gomitas sobre su mesita de noche en signo de reconciliación, pero a pesar de que al día siguiente el paquete había desaparecido y YiXing alguna vez dijo es que no soy idiota, no voy a desaprovechar la oportunidad, el intercambio de palabras murió allí, al igual que las esperanzas del rubio con el paso de los días.

Dio un suspiro, estaba con la nariz congestionada metida entre los cajones de su hermano, rebuscando con la mirada la caja de pañuelos cuando de alguna manera mágica, su olfato renació de la muerte para captar cierta fragancia extraña y única, dulce pero firme y fuerte, algo similar a chocolate negro con un toque suave de vainilla que lo hizo alzar la cabeza y mover su nariz olfateando como un pequeño sabueso en todas direcciones.

Cerró los ojos e inhaló una vez más, y la fragancia dispersa en el aire subió partícula a partícula por su tabique hasta su cerebro, poniéndolo en llamas, sinapsis simultáneas y enérgicas haciendo explosión en sus terminaciones neuronales, indicándole que aquello, fuera lo que fuera, era de lo más exquisito jamás registrado en su memoria olfativa.

LuHan se puso en pie casi de un brinco.

Por un momento se preguntó si SeHun estaría cocinando, pero descartó la idea con rotundidad al recordar que era miércoles, que SeHun probablemente seguía durmiendo (porque habían visto dramas y películas hasta las cuatro de la mañana, pudiendo haber sido más si los pajaritos no hubiesen despertado y SeHun entonces dijera deberíamos dormir mientras aún es oscuro). Además, habían fijado como nueva regla no preparar comida chatarra más de dos veces por semana después de que YiXing se enterara de que SeHun había subido tres kilos.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 08, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

chubby «hunhan»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora