Capítulo 2: Comienza la caza

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Barry se despertó animado, considerablemente mejor de la gripe que le había estando dando la lata durante los días anteriores. El día prometía, y había que aprovechar el último finde antes del atracón final de exámenes y trabajos del segundo trimestre.

Después de comer se puso a ver el último capítulo de una de sus series favoritas, haciendo tiempo hasta la hora de irse al concurso de bandas. El capítulo fué brutal, digno para terminar la serie, que últimamente había decaído bastante. Poco antes de las cinco avisó a Nikki, con la que había quedado para ir al concurso y a su mejor amigo Mark, que también se mostro dispuesto a acompañarles. Como de costumbre Nikki se retrasó y quiso parar a comprar comida. Hacía mucho tiempo que no quedaban después de haber tenido problemas personales y aún se les notaba fríos en las primeras conversaciones, hablando poco más que de los estudios y preguntándose con como les iba la vida.

Llegaron al Principal Theater, donde se iba a celebrar el concurso y ya estaban en la puerta Mark y Dave, que era uno de los que tocaba, esperándoles con las entradas. Se sentaron en las escaleras ya que aún quedaba media hora para empezar y fué en ese momento cuando la vió, justo delante suya pasaba Jane, la que tiempo atrás había sido su mejor amiga, la chica que más había apreciado en su momento porque era la única que lograba entenderle, incluso mejor que el mismo, y que por un paradójico capricho del destino había sido un malentendido el que les había alejado. Las miradas se cruzaron en un momento efímero, ambos lo sabían, pero ambos decidieron disimular y Barry saludo a Tim, el chaval que la acompañaba y que era un amigo común.

Los recuerdos llegaron de golpe a su mente, recordó con claridad el día de la acampada, aquel paseo nocturno que les había hecho olvidarse del resto del mundo y de los problemas por un instante, aquellas conversaciones hasta las tantas sobre cualquier cosa, aquella pasión compartida por los lobos y sus leyendas, aquellas quedadas con Mark para tomar unas cervezas y charlar y aquella confianza que no la había vuelto a sentir con nadie. Inconscientemente se tocó el collar del lobo, aquel collar que Jane les había regalado a él y a Mark, símbolizando a los Hermanos de Luna, como se hacían llamar en los buenos tiempos.

Las seis se acercaban y Barry, Nikki y Mark decidieron entrar para tomar asiento. El concurso de bandas estuvo bastante bien, sólo se podía votar a tres grupos de los nueve y la verdad que a Barry le costó decidirse, ya que había cuatro que le habían gustado mucho. Finalmente optó por votar a los dos grupos de sus amigos y a un grupo de unos chavales que habían tocado rock urbano en español dando mucha caña y con buena calidad. Le quedó la pena de no haber votado a un brutal grupo de folk metal con guturales que había abierto el concierto, pero la decisión estaba tomada.

Como tenían hambre, no se quedaron a esperar los resultados de las votaciones, sabían que sus amigos se lo dirían cuando acabasen. Tras una animada cena en un hamburguesería local Barry se despidió de sus amigos y se fué a casa. Para su sorpresa se encontró con varios coches de policiía en la entrada de su pueblo, junto con un grupo de gente alrededor de la casa de un vecino que no conocía. Decidió acercarse a ver que pasaba y la escena le impactó: la que parecía ser la dueña de la casa lloraba y gritaba desesperada mientras dos policías trataban de tranquilizarla sin éxito. Desvió la mirada y vió a su vecino y amigo de la infancia Chris y se acercó a él para preguntarle que diablos había pasado:

- Joder, que mal rollo, ¿tienes idea de que ha pasado aquí? -  dijo Barry, observando que Chris estaba más pálido de lo normal.

- Aún no lo tengo del todo asimilado tío, esto no pasa ni en las películas, no te lo vas a creer. - dijo Chris visiblemente nervioso, acto seguido continuó:
- Cuando llegué sólo estaba la policía, y al ver tal despliegue decidí preguntarle a uno de ellos que conozco que había pasado. Te aviso que esto me lo dijo a mi en concreto y me hizo prometerle que no diría nada a nadie, pues podría perjudicar la investigación, asi que no me jodas y no seas bocas, Barry.

- Vale, ¿pero quieres arrancar de una vez?, me estás poniendo de los nervios.

- Está bien - prosiguió Chris- al parecer la hija de los nuevos vecinos ha aparecido muerta en el jardín de su casa, pero eso no es lo más acojonante del tema, según me contó mi amigo de la policía, que lo vio de primera mano, al lado del cadáver se encontraron un extraño símbolo y una nota manchada de sangre que decía: Comienza la caza.

Barry miró a su amigo con los ojos desorbitados, el sudor comenzaba a mojar su frente y tartamudeó un poco fruto de los nervios.

- Hostia puta tío, espero que no me estés tomando el pelo. ¿Te dijo tu amigo por casualidad que tipo de símbolo era?

- Me dijo que nunca lo había visto antes, pero que todo apuntaba a un asesinato ritual y que la nota no auguraba nada bueno.

- ¿Me estás diciendo que hay una jodida secta por aqui cerca?

- No lo sé tío, todavía hay que esperar a la investigación...

Instantes después Barry se fué a casa y contó a sus padres lo que había pasado. Le dijeron que tuviese cuidado mientras no se calmaban las cosas y que tratase de olvidarse del caso.

Sin embargo tan pronto se acostó su cerebro ya empezó a trabajar a toda velocidad, tenía que ver todo lo relacionado con el caso que saliese en internet o en los medios de comunicación al día siguiente, la curiosidad no dejaba de crecer en su interior.

****

A unos seiscientos kilómetros de distancia Amy Shadows hacía las maletas una vez más, mientras su grupo favorito, Sonata Arctica, sonaba en los cascos. Habían transladado de nuevo a su padre, un criminólogo de caché, a un nuevo destino. Esta vez se mudaban a una ciudad pequeña en el norte del país que había sido noticia tras un extraño asesinato ritual hace unos días, y en la que casualmente el puesto de inspector estaba vacante. 

Ese puesto se le habían ofrecido a su padre, famoso en el mundillo policial por resolver varios casos aparentemente imposibles y realizar varias infiltraciones en algunos de los grupos más poderosos del país.

Aunque se sentía orgullosa de su padre, le empezaba a molestar tener que mudarse continuamente, empezar de cero cuando ya tenía amistades consolidadas, temer por la vida de su padre en cada caso peligroso o simplemente el hecho de no tener una vida como la que tendría cualquier adolescente de su edad.

Poco después de preparar las maletas y hablar con la empresa de  mudanzas se acostó a descansar, intentando no pensar en nada, ya que al día siguiente tenía que madrugar para ir al aeropuerto, pero como de costumbre su cabeza le llevó la contraria.

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⏰ Última actualización: Sep 15, 2019 ⏰

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