Eres mía.

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El impertinente sol iluminaba la habitación de la princesa que aún yacía dormida bajo las sábanas. Un sonoro ruido retumbó por todo el palacio del dulce reino, provenía de las alcantarillas al parecer, esto hizo que la princesa despertase somnolienta y de muy mala gana se levantó dirigiéndose luego al baño a darse una ducha
-Quizás esto me despierte de una buena vez- Gruñó a lo bajo mientras se incorporaba en la bañera.

-¡Buenos días princesa! , Su desayuno está listo -Gritó mentita desde la habitación, todas las mañanas solía llevarle su desayuno a la cama porque así es como le gustaba a DP -Eh.. majestad? -Al percatarse que esta no se encontraba, sin dudarlo dejó la bandeja sobre la cama y a su lado un sobre blanco, retirándose seguidamente del lugar.

DP salió de la ducha unos pocos minutos después, realmente solo quería algo que la refrescase, al estar de vuelta en la habitación notó la bandeja con los waffles y la tarta de fresa, acompañada de lo que parecía un frapuccino de fresa, café y caramelo, sonrió fugazmente y se dispuso a vestirse lo más rápido que pudiese tenía muchísimos planes para hoy y no quería estar atareada otras noches más, se puso una sudadera rosa violeta con unos jeans a juego y unas zapatillas negras, antes de cerrar la puerta de su armario observó por unos segundos la fotografía estampada en el y sacudió su cabeza tratando de evitar sus pensamientos, es incorregible, pensó.

-Ha estado riquísimo mentita! Gracias-Dibujó una sonrisa amable hacia el fiel súbdito

-Sabes que siempre estoy para servirte princesa, por cierto, ¿leyó la carta? No estoy seguro pero creo que viene del reino desayuno- Observó la reacción de DP y como a esta se le hacía indiferente dicho papel. -Princesa?-

-Uh, si, esto.. se me ha olvidado-Realmente no la había visto por estar concentrada en terminar su comida, sin más palabras se dirigió nuevamente a su habitación y con mucha prisa fue a abrir la dichosa carta.

Querida Princesa del dulce reino, con todo el respeto que usted se merece, por este medio me dirigo hacia su persona porque requiero ayuda con las actividades de las celebraciones que hacemos cada año, necesito de su presencia lo más pronto posible.

Mis más cordiales saludos.

Princesa desayuno.

Emitió un sonido de frustración y se dejó caer en la cama, no se sentía capaz de ir hacia el reino del desayuno, su mente solo pensaba en terminar su dichoso proyecto vampiristíco. Al recordarlo sonrió desganada habían pasado solo unas horas desde que tuvo su pequeña riña con la vampiresa pero aún tenía las sensaciones en su estómago, ¿que es lo que se suponía que era eso? Algún tipo de reacción hacia mi propio enojo, pensó. Pero aún así habían varios cabos sueltos después de mucho tiempo y con tiempo me refiero a años, la princesa no lograba olvidar ni un solo detalle de su relación ¿o como le podría llamar a eso tóxico que tenían ambas?

*Flashback*

-Marceline.. tengo que marcharme ya- La princesa trataba inútilmente de safarse de los brazos que rodeaban su cintura con afán. Ambas se encontraban bajo el frío de la noche en las afueras de los jardines del dulce reino, la luz de la luna apenas alumbraba sus figuras, mostrando una escena un poco comprometedora. Quien imaginaría que apenas hace unos minutos se encontraban en una sesión intensa de besos, el césped era blando de todas formas y sus ansias no impidieron que la pasión cegara las razones por las que una princesa no debía tener ese tipo de encuentros.

Bubbline | You Are FlawlessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora