~•My life•~ [Golxy/Folden] [EDITANDO]

Capítulo 1

Narrador Omnipresente:

Golden no se había presentado en la escuela durante una semana. Una semana en la que su equipo se preocupó, pues temían que faltase por lo sucedido con ellos. La mayoría estaba profundamente arrepentidos por lo dicho ese día y pretendían disculparse con el rubio en cuanto lo vieran, todos excepto Fox. Quien disfrutó de esa semana sin la molesta presencia del rubio, casi que fue el cielo para él. Pareciese que para él nunca existió Golden, lo cual sus amigos notaron, pero lo único que recibía era ciertas reprimendas por parte de la chica y nada más. Los demás también estaban deseosos de restregarle sus propios errores al pelirrojo, pero ya no querían perder a otro miembro, a otro amigo.

Sin embargo, la felicidad de Fox por esta situación no duró mucho.

El Rubio de ojos grises y piel pálida se presentó el Lunes de la siguiente semana, no se hicieron esperar varios gritos de chicas que eran fans y murmullos de algunos otros. El pelirrojo se encontraba furioso, sabía que volvería pero no pensó que tan pronto (aunque había pasado una semana y eso de por si ya era mucho), y con ese porte de niño rico y mimado que tenía, aunque algo había cambiado. Esa sonrisa confiada y "arrogante" no se veía por ningún lado, esa sonrisa que tanto le hacía enrabiar había sido remplazada por un rostro... apagado. Irónico, el chico brillante cual oro lucía tan apagado como el lado más oscuro de la Luna. Aún con eso, Foxy no dejaba de pensar: "¿Cómo se atreve a si quiera mostrar la cara después de lo que pasó con el equipo, y de preocupar a la chica que supuestamente amaba? Es un descarado."

El rubio volvió a tomar su papel de chico solitario con gran riqueza y belleza, aunque sus mangas se encontraban tapando sus brazos y su postura antes segura, ahora parecía una retraída, similar a la que solía tener Bonnie. Su rostro apagado, serio no llamaba mucho la atención de los demás, y un aura de tristeza lo rodeaba, siendo bastante perceptible al pasar al lado de él, pero ni una lágrima se mostraba. Parecía haber perdido toda esperanza en su vida, pues las únicas personas a las que amaba y que después de mucho le importaban hasta ese punto, lo habían abandonado.

Esto llamó la atención de varios de sus compañeros que convivían con él, incluyendo a los de su equipo. ¿Acaso esto era su culpa? A pesar de todo esto, Chica se encontraba contenta de ver al rubio y de verlo "bien", durante la clase planeó el cómo acercarse a su amigo para conversar y disculparse por lo sucedido. Además de rogarle para que se volviera a unir al equipo. Foxy, por otro lado era inmune a todas estas señales, y en forma de broma lanzaba papelitos al rubio para molestarle, estaba enfadado y quería desquitarse con su compañero, todo por sus infantiles celos.

Las clases pasaron lentas, siendo una tortura para la pobre rubia. Su paciencia se terminaba de a poco, al igual que sus nervios aumentaban mientras veía el reloj y mordía su lápiz. Hasta que por fin dio la campanada del receso, a lo cual Golden sólo se paró y salió del salón, aún con ese semblante devastador. Chica apurada se paró y lo trató de alcanzar, pero al salir del salón el cantante ya no se veía por el pasillo. La rubia miró a ambos lados algo perpleja antes de suspirar con pena, pues en verdad quería arreglar las cosas. Creía que todo esto se habría evitado si no fuera por su bipolaridad y sentimentalismo, se culpaba a sí misma por lastimar a su amigo de esa forma como si él tuviera las riendas de su vida cuando en realidad no solo es un niño, sino que un niño que carga con la imagen pública de su propia familia. Se deslizó por la puerta, sentándose y procedió a ocultar su rostro entre sus piernas mientras se agarraba la cabeza con fuerza, sentía que en cualquier momento tendría un ataque y no quería lidiar con ello en esos momentos. Sentía sus ojos arder y su respiración acelerarse un poco, la situación la tenía al borde de un ataque de llanto. Su amigo la necesitaba y ella no podía hacer nada.

De pronto, alguien le tocó el hombro. Ella dio un brinquito por el susto para luego admirar al pelirrojo con los ojos algo cristalinos. Él la miro con una cara de comprensión y se sentó a su lado mientras le acariciaba la espalda en forma de consuelo. La chica entendió y con cuidado se recargó en el otro mientras se soltaba a llorar, culpándose por toda la situación en una voz desconsolada. Fox veía a la nada, la escuchaba. No importaba si había gente pasando o en el propio salón que los miraban curiosos o hasta despectivamente por no saber controlar sus emociones, incluso Chica se recriminaba internamente por no poder aguantar más, por no parar. Sin embargo, el sentir el apoyo de su amigo la hacía olvidarse de eso y solo soltarse, solo ser ella misma. Pasaron unos minutos antes de que finalmente la pequeña rubia se calmara y pudieran ir juntos a la cafetería para poder comprar algo antes de que el almuerzo terminase.