Capítulo 14 "Sangre, baba y cutis"

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Kenneth trataba de caminar en dirección contraria a la que Cookie jalaba su pantalón, ambos gruñían y yo reía.

Como siempre volví a tenderme en el suelo agarrando mi estómago, la escena era bastante graciosa; el castaño resbaló y Cookie aprovechó para subirse a sus muslos aunque aún seguía jalando su pantalón y hasta pude divisar como llegaba a morder la piel de su trasero una vez más. Kenneth chilló y ahí me di cuenta que eso debe doler esta vida y la otra.

Escuché algo rasgarse y un segundo después mi perro tenía un pedazo de tela en el hocico.

Ups.

Antes que empeore me acerqué y alejé a Cookie de Kenneth por el collar, trataba de contener la risa pero la verdad es que era muy difícil.

- Ay, Ay -sobó su trasero mientras gemía boca abajo en el suelo- ¡Maldito, hijo de perra!

- Creo que eso no es un insulto, su madre si era una perra hablando literalmente -informé y el chico bufó viéndome enojado- Lo siento, pero fue tu culpa

- ¡Yo no hice nada!

- Cookie estaba en mi habitación, tú abriste la puerta así que supongo que no la cerraste bien

- ¡Aish! Me arde el culo

- Deja que te ayude

- No hagas nada, porfavor...

- Tonterías -Jalé a Cookie que luchaba contra mí para seguir atacando a nuestro invitado hacia mi habitación- Quédate callado por favor -rogué para luego caminar a buscar el botiquín- Tengo una crema que... Bueno, calmará el dolor allí

- ¿Me ayudas a ponermela? -Sonrió pervertido-

¡Que extraño que era! No entendía cómo podía pasar de enfadado a pervertido en un segundo.

- Claro... Que no

- ¿Por qué? -Hizo un puchero de lo más tierno- Te mueres de ganas por hacerlo

La verdad que si.

- No, tengo ganas de ésto -le dí una nalgada y el siseó de dolor- Lamento decirte que tu pantalón está roto así que... No sé cómo irás por la calle mostrando tus boxers

- Puedo deleitar con mi trasero a un par de personas -guiñó el ojo-

- ¡Ja!

- Ush, no importa -se levantó- Maldita sea, como duele -vi una mancha roja en su bóxer blanco y no pude evitar reír- ¿de qué te ríes? Mañana no reirás así, te lo aseguro

- Es que tienes sangre allí -señalé- Y pareciera que te llegó el período; es el sueño de toda chica ¿sabes?

- Que asco -exclamó- Gracias a tu perro no creo poder sentarme en una semana, duele mucho

- Ponte esto -le pasé la crema-

- Está bien -me volteé mientras él hacia lo suyo- No tenías que voltearte, podías disfrutar de la vista

- ¡Ja! No quiero ver un trasero ensangrentado ¡Iuck!

- Bien, ya puedes verme -me volteé y él estaba girando la tapa de la crema- Supongo que nisiquiera deberé decir gracias, igual era tu obligación ayudarme luego de que tu perro tuvo la culpa

- ¡Maldita se... -corté mis gritos al ver como sacaba su camiseta- ¿Qu... Qué haces? -Dije nerviosa-

No mires su abdomen, no mires sus cuadritos, aguanta... Tu puedes no..

¡OMG! ¡Un sixpack perfecto! Y mmm... Esa V que se esconde en la cinturilla del pantalón. Amo la V.

- ¿Deleitada?

Ufffff, claro que sí

- Claro que no -rodeé los ojos- Debes irte

- ¿Me botas luego de ésto?

- Pareces una de esas chicas que los chicos botan después de tener sexo

- Bueno... Eso se puede hacer

- Ajá sí, ya es tarde y creo que ya terminamos el trabajo, sólo falta el cartel y lo haré yo

- Está bien, yo repartiré la información para exponer -guiñó el ojo- Luego te la envío, pero primero -sacó su teléfono y se acercó a mi- Dí Kenneth es sexy -canturreó y tomó una selfie donde salía él con una enorme sonrisa y yo fulminandolo con la mirada- Finge que escribes, te tomaré una foto

- Como sea -entrecerré los ojos e hice lo que me pidió- Ya, vete

- ¡Calma niña! Falta algo más. -Puso el teléfono frente a su cara- ¡Hey profe! Aquí estamos -me jaló por los hombros hacía él-

- Ay -me quejé-

- Gissell y yo trabajando en el proyecto

- En realidad ya lo terminamos -avisé- Sólo tenemos que repartir la explicación y listo

- Exacto -guiñó el ojo a la cámara de tu teléfono y luego lo giró para enfocar la mesa con los materiales regados por todas partes- Aquí está su prueba -volvió a enfocarse- ¡Será la mejor exposición que haya visto! -Rió- ¿Verdad linda?

- No me llames así -y cortó el vídeo-

- ¡Eh! Ahora si me voy -puso su camisa en el filo de su pantalón para tapar el hueco- Adiós

Miré como se alejaba sin camisa hasta llegar a su auto, algunas señoras que pasaban veían extrañadas al chico que mostraba sus perfectos abdominales y luego me miraban a mi con una mirada que parecía entender todo lo que no era. Entré a casa algo avergonzada y saqué a Cookie de mi habitación, el cual corrió a buscar a Kenneth inmediatamente.

- ¡Hey chico! Él ya se fue así que calmate. No debiste romper su pantalón -tomé el pedazo de tela del piso- Cookie, Cookie... En la que me has metido -besé su cabeza y comencé a ordenar todo-

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Me levanté con pereza sobrehumana, anoche había quedado agotada entre recoger el desastre que hicimos con Kenneth, terminar con el bendito cartel y estudiar para la prueba de Historia que había olvidado hasta que Kate me mandó un mensaje preguntándome que qué había estudiado respecto a la materia y obviamente respondí que nada y me puse manos a la obra.

¿Por qué era una materia tan aburrida? Casi me duermo en algunas ocasiones y no tuve más remedio que comenzar a caminar por todo el apartamento y aún así casi caigo al suelo en un instante de adormecimiento.

Odio

Historia

Después de que salí a la ducha, Cookie movía su cola de un lado a otro esperando que le diera su desayuno. Tocaron la puerta insistentemente y me apresuré en abrir la puerta aún enrollada en la toalla.

- ¿Tan bien me recibes? -me escrutó de arriba a abajo-

- ¿Nathaniel?

- Te preguntarás qué hago aquí -entró tal como lo había hecho Kenneth- Pues últimamente no te he visto y te extrañaba así que te vine a ver.

Casi le pregunto cómo es que conocía mi casa pero luego recordé que después de la cita él se encargó de dejarme en mi hogar.

- ¿Quién es éste pequeñín? -se acercó a Cookie y le tocó la cabeza aún notando la pequeña mirada insegura del Husky- ¿es tuyo?

- Si está aquí, es mío. -cerré la puerta- Iré a cambiarme ¿bien?

Luego de guardar algo de ropa y ponerme una licra negra larga y una camisa algo suelta junto a unos zapatos deportivos regresé a la sala tratando de desenredar mi cabello. Auch.

Me encontré con un cuadro bastante tierno, era Nathan tirado en el piso riendo mientras Cookie lamía su cara.

- ¡Eh! Estoy segura que la baba de perro no es tan buena para el cutis

MI PERRO Y YO TE ODIAMOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora