The Final Reign (#TCIM 2) ©

Capítulo 31

Casi no podía moverme en el suelo. No me podía creer que volviera a estar en la misma situación, atrapada y sin poder hacer nada. No me podía creer siquiera que me hubiera metido en esta situación cuando debería haberlo evitado a toda costa. Tenía una única misión y era buscar una herramienta para parar la hemorragia de Jared y quizás un médico que pueda asistirle en condiciones. No podía evitar pensar en que lo único que estaba consiguiendo era fallarle a la gente una y otra vez.

Tenía las manos y las piernas atadas con una cuerda que juraría que me iba a cortar la circulación en cualquier momento, e intentaba dar profundas bocanadas de aire para no concentrarme en el dolor. Comencé a mirar a mi alrededor: me encontraba en una habitación de cuatro paredes bastante vieja, gris y con un montón de restos de pintura y una solitaria lámpara colgando en el techo que apenas alumbraba el lugar. Me había dado cuenta de que al mover el cuello o el cuerpo bruscamente me mareaba, por lo que supuse que eran efectos de que la sangre no circulaba por mi cuerpo adecuadamente... y cuanto más pensaba en ello, más entraba en pánico por lo que tuve que obligarme a mí misma a dejar de pensar.

Eso hizo las cosas peores: cuanto más me convencía de que debía parar de pensar, más lo hacía y más me mareaba.

Recordé cuando me secuestraron en España. Cómo aquel hombre me hablaba de aquella forma tan despectiva y escalofriante, cómo me enfermaba su tono de voz. Tenía miedo de que volviera a pasar. ¿Era Max capaz de eso? ¿Llegaría hasta aquel punto para que yo me fuese de la lengua?

Querían saber si los rumores de los reyes estando vivos era real. Para el mundo entero habían sido asesinados cruelmente para los Bowyars, ganándose así la simpatía del pueblo aunque no fuese cierto: seguían vivos, seguían moviendo hilos y seguían teniendo mucha influencia y poder sobre la corte seleccionada que les convenía saber sobre su situación. Puede que Liam estuviera al mando (o al menos eso parecía), pero sabía muy bien que muchas de las decisiones que tomaba, no las hacía él.

Por cómo me parecía mi madre biológica, parecía que llevaba las riendas de todo. Tenía una aura de seguridad y control a su alrededor y me costaba admitirlo pero algo no cuadraba con ella. Me inquietaba muchísimo cómo nos miraba. Grace Miller nunca me miró así en los diecisiete años de vida de vida que pude vivir gracias a ella. Me miraba con un sentimiento maternal que fui muy afortunada de sentir.

Al contrario de Edeline.

¿Me encontraba segura con las personas adecuadas? ¿Era todo blanco y negro? ¿O me ocultaban algo?

Estaban ocurriendo un montón de cosas que yo no sabía. Me interrogaban y me afectaban cosas de las que yo no estaba al corriente y estaba cada día más segura de que me ocultaban cosas. ¿Liam lo hacía? ¿Podía confiar en él?

No, pensé. Era mi hermano. Se supone que somos familia y la familia no hace ese tipo de cosas.

O sí.

Me estaba mareando. Lo sabía porque no podía mantener la mirada fija en un punto, sino que que sentía la necesidad de cerrar los ojos y quedarme así un rato.

Un porrazo a la puerta me despertó cuando sentía que iba a perder la conciencia. Era Max que se crujía el cuello haciendo un ruido, algo que me molestaba desde siempre. Lo miraba desde donde el suelo, totalmente atada. Sentía un nudo en el estómago cada vez que se me venía en la mente que el mismo chico que se encontraba en frente de mí me pidió matrimonio como conveniencia política. Incluso llegué a plantearme si haberme casado con él hubiera ahorrado todo esto... si no hubiera seguido adelante con Jared para luego simplemente quedarme sin ninguna opción.

Odiaba pensar en eso. Odiaba tener que recurrir a un matrimonio de conveniencia para salvar a un país entero, odiaba que me costara un montón a mí a pesar de que salvara millones de vidas. ¿Podía considerarse aquello egoísmo? ¿Querer ser libre en tener la opción de querer a alguien sin cuestiones políticas de por medio?