Mi—en teoría—padre alzó una ceja como esperando una explicación a mi entrada en aquel lugar a aquellas horas. Lo supe por la mirada que tenía en los ojos, tenía un destello que había visto antes y juraría que los había visto reflejados en Liam.
Era una sensación muy extraña tener a mi verdadero padre delante mía. Recordaba perfectamente la sensación que tuve cuando tuve a mi madre biológica delante de mí, pero podía jurar que no era la misma que sentí cuando al fin vi al Rey.
Comencé a sudar y a parpadear rápidamente porque no sabía qué decir. Me había pillado a las dos de la mañana yendo a la biblioteca cuando no debería estar ni siquiera allí.
Más que nada porque me correspondía estar en la base militar, ya que me habían echado a patadas de Palacio hasta que decidieran devolverme mi Regencia... si es que algún día lo fueran a hacer, claro.
—Scarlett.
Lo dijo en un tono entre sorprendido y sereno. Su voz se correspondía a lo que se espera de un Rey: profunda, quizás convincente, capaz de transmitirle confianza a la gente. Era la primera vez que lo veía en persona (antes de la guerra sólo lo veía de reojo en la televisión y a veces en la prensa), pero definitivamente era intimidante. Lo que no sabía aún era si era en el bueno o en el malo sentido.
—Ma... majestad—intenté hacer una reverencia, pero me salió de una manera tan patosa e incómoda que sólo quería que la tierra me tragase.
Los nervios me habían traicionado. Sabía la pregunta que iba a hacer, y yo sabía que respondiéndole con la verdad no sólo me iba a meter a mí en problemas, sino a Liam también. Y sinceramente, con él a tan sólo un paso de convertirse en la esperanza del país como el nuevo Monarca, no necesitaba motivos de sospecha de cualquier cosa.
—Liam está dentro. Te está esperando.
Y me guiñó un ojo. Guiñar. Un ojo. El Rey soberano de Euresis, del país, de mi país. Volví a abrir la boca para poder decir algo pero solamente me sonrió de manera rápida y se fue por el pasillo.
Me quedé paralizada allí, en la puerta. Había tenido mi primer encuentro con mi padre biológico pero fue tan fugaz que no sabía ni qué pensar de aquello. Sacudí la cabeza y entré a la biblioteca mientras cerraba la puerta tras de mí, escuchándose en la sala. Liam estaba en la zona superior ojeando un libro y cuando me vio, quitó su vista de ella y me miró a mí mientras bajaba las escaleras.
—Creo que acabo de conocer a nuestro padre—dije, aún en shock.
—Pues eso parece. ¿Cómo te sientes?
Fruncí los ceños.
—¿Y estás tan tranquilo? ¿Ya lo conociste de antes?—pregunté.
Él asintió con la cabeza.
—El mismo día que conocí a nuestra queridísima madre. No fue muy agradable, al menos contigo fue más decente.
Aquello me dejó perpleja pero sacudí la cabeza y nos pusimos manos a la obra en seguir investigando sobre los acontecimientos de aquella semana en la que acabó la Guerra Mundial, con mi cabeza en otro lado, concretamente en el hombre con el que me había chocado que era mi padre y que no lo sentía como tal.
*****
El día de la boda de Liam y Stella, el ambiente de Palacio parecía haber mejorado. Había un ajetreo impresionante, incluido entre los soldados que preparaban un acto de entretenimiento que iba a ser televisado en todo el mundo.
Iba a ser mi primera aparición en público desde que me quitaron mi título cono Regente. Bueno, en teoría ya no lo iba a ser más ni lo iba a necesitar ya que al Liam casarse, ya iba a convertirse automáticamente en nuevo Monarca del país.
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The Final Reign (#TCIM 2) ©
Roman pour AdolescentsEl caos reina en Euresis. Scarlett siente que ha perdido todo control: su vida, sus relaciones... pero lo más importante; su país. Los Bowyars están neutralizados y controlados, y cree que sólo debe poner en orden su vida personal; pero esa tranquil...