Resumen de los acontecimientos: Scarlett rechaza al príncipe de Estados Unidos cuando éste le pide matrimonio, desatando así que EEUU le declarase la guerra a Euresis y perdiera la alianza con Noresul a la misma vez que se canceló su compromiso con Jared, el príncipe del país. A raíz de este caos, Scarlett es desechada y la obligan a entrar al ejército de incógnita. Con esta experiencia descubre que EEUU está intentando matarla, a la vez que sospecha de las intenciones de su propio país hacia ella. Una noche, el príncipe Max de EEUU solicita una reunión con Scarlett y Liam, su hermano, para poder parar la III Guerra Mundial y sólo esto puede saldarse si encuentran el paradero de Clarisse para que el padre de éste (rey actual de EEUU) abdique y él pueda subir al trono y parar la guerra. Liam y Scarlett acceden. Mientras tanto, en la boda de Liam y Stella, son atacados por soldados y hieren a Stella. Scarlett huyendo y buscando vendas para Jared que también está herido, es secuestrada por Max, quien le revela que han sido atacados por estadounidenses y no Bowyars como ellos creían, y que Liam, su propio hermano, es el mismo topo y traidor que ha intentado matarla todo este tiempo. Liam quiere la corona, hacerse con el poder y matar a Scarlett.
La primera vez que vi un arma cerca de mí tenía quince años. Volvía del instituto de camino a casa, y Euresis se llenaba de militares deambulando por las calles. A menudo escuchábamos de nuestros padres y de adultos decir que era para nuestra propia seguridad, que no teníamos que tener miedo, que tendría que ser al contrario, pero, algo dentro de mí sentía que no era así como se suponían que tendrían que ser las cosas.
Recuerdo llegar a casa y contarle a mi padre, Leith, emocionada sobre los militares que había visto en la calle. Mi padre no dijo mucho, y simplemente insistió en que no me acercara mucho a ellos, por si acaso. Insistí en por qué me decía aquello: no entendía por qué tenía que tenerles miedo a unas personas que, supuestamente, estaban allí para protegernos. Él insistió en que nuestro país no deberían ser normales estas cosas. Que no deberíamos confiar ciegamente en una institución que aseguraba mantenernos seguros mientras traían consigo armas, ejerciendo la misma violencia del que nos protegían.
En ese tiempo no conseguía entender por qué decía aquello. Siempre había admirado los trabajos de estos hombres que sacrificaban su tiempo, e incluso su propia vida, por personas que no conocían y por el simple hecho de mantener la orden en nuestro país.
Sin embargo, el asesinato accidental de Oliver Hudson lo cambió todo.
Oliver Hudson tenía siete años y vivía a unas calles de donde residía yo. No era un niño al que precisamente le tuviera mucho cariño, ya que no tuve ningún tipo de relación amistosa con él, simplemente le veía por el barrio jugar con los otros niños. Todo el barrio conocía a los niños que jugaban en los parques por las tardes, los grupillos de amistades tempranas que se formaban y quiénes eran sus padres. Se le podría decir que era uno de los niños de la comunidad y nunca pasaba nada con ellos. Todo era normal.
Todo era normal hasta que la guerra estalló, por supuesto.
El toque de queda se instauró en toda Euresis. Nadie podía estar en la calle pasadas las ocho de la tarde. Cualquier persona que se encontrara fuera podría enfrentarse a una detención y ser forzado a servir al ejército para lo que necesitaran por una semana. Nadie quería eso.
Suficiente era que el servicio militar fuera obligatorio, como para los que estaban exentos de él, tuviesen que ir. Padres, hijos, hermanos y nietos tuvieron que ir a servir su obligación y elegir bando. Mi padre tuvo suerte de no tener que ir por cuestiones de salud, pero muchos fueron y perdieron la vida. Nadie quería jugarse su puesto de privilegio de no ir, y quedarse en casa con sus seres queridos.
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The Final Reign (#TCIM 2) ©
Ficção AdolescenteEl caos reina en Euresis. Scarlett siente que ha perdido todo control: su vida, sus relaciones... pero lo más importante; su país. Los Bowyars están neutralizados y controlados, y cree que sólo debe poner en orden su vida personal; pero esa tranquil...