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Una tormenta azotaba aquella noche ya había pasado tiempo desde que llovía con esa  intensidad, para algunos el sonido de la lluvia y el olor de esta era de lo más relajante pero existia otro tipo de personas como Paul, que al contrario las tormentas le ponían los pelos de punta y más si se escuchan truenos, él siempre los detesto desde niño les temía y a sus veintiún años no creía que su miedo tuviera solución.
Pero como decía al principio esta era de esas noches donde Paul no podría pegar ojo se encontraba acurrucado debajo de miles de cobijas y hundiendo la cara en la almohada. La cabeza le dolía y sentía que estaba en medio de un bombardeo, entre una lucha de ángeles y demonios que decidieron arreglar sus diferencias, lo peor es que ni George ni Ringo estaban en la casa, siempre que Paul tenía miedo se iba con ellos; hablaban hasta tarde y se la pasaban tan bien que el pelinegro podía olvidarse de los horrorosos truenos, y se preguntan por John él solía irse noches enteras y llegar a más del mediodía pero para la dicha del de ojos hazel John si se encontraba en Casa, entonces no estaba en completa soledad.

Unos minutos más tarde mas o menos una media hora la lluvia se volvió más salvaje y ahora el granizo golpeaba las ventanas y los truenos eran similares a la explosión de cientos de cañones. Paul cada vez se hacía más pequeño y se cubrió hasta arriba con la sábana el cielo parecía querer partirse en dos por consecuencia retumbaron las ventanas amenazando con romperse.
El pelinegro salto de la cama y fue en busca de John el suelo estaba frío y apenas lo tocaba con las puntas de los pies,un relámpago zurco el cielo, Paul recordó el consejo que le había dado Ringo.
"Cada vez que veas un relámpago cuentas; un cocodrilo, dos cocodrilos, tres cocodrilos, así vas a saber cuando se va escuchar un trueno"

Entonces empezó a contar
Un cocodrilo, dos cocodrilos, tres cocodrilos...

Este fue aún peor que el anterior preso del pánico intento abrir la puerta de la habitación de John pero esta estaba cerrada al ver que sus intentos eran inútiles pego la oreja a la puerta y se dio cuenta de que John no estaba solo.
Paul sólo pudo irse refunfuñando de ahí, estaba furioso con Lennon ahora que más lo necesitaba estaba con una de sus putas, tuvo la idea de regresar y sacar a esa mujer a patadas de la casa para poder ir a dormir con John pero se contuvo. No lo necesitaba él lograría pasar la noche, intento dormir pero los truenos no cesaban y estaba a un paso del ataque.

No podía seguir y hechando su orgullo a la basura fue hacia John aún asi, si los tres tengan que dormir en la misma cama.
Al girar la perilla se dio cuenta de que la puerta estaba abierta y lo vio, John estaba sentado sobre la cama viendo el cielo tormentoso como si fuera la cosa más bella del universo.

--John-- susurro débilmente Paul.

El aludido volteo a verlo y sonrió.

-- Hey que haces aquí Mcca-- dijo en forma amable.

Cuando Paul intento contárselo otro trueno sonó y salto sobre la cama quedando encima de John, estaban tan cerca que incluso  podría besarlo ahora mismo, pero no, él nunca besaría a John no lo ve de esa manera es su amigo, su compañero de banda de hecho es como su hermano aparte a Paul le gustan las mujeres es importante no olvidar este dato a lo largo del relato.

--Lo siento yo no quería, solo tengo miedo-- se excusó mientras bajaba y se acostaba a un lado de John.

-- No tengas miedo Paullie, me tienes a mi no lo olvides-- dice aún aturdido por lo pasado pero trata de tomarle tanto revuelo.

Paul se acercó más a John y lo envolvió en un tierno abrazo a lo que el segundo respondió con ansias después de permanecer un tiempo así, Paul fue el primero que se alejo por el tremendo calor que sentía y le dio la espalda al castaño pero esto no duraría mucho ya que John lo toma de los brazos y lo coloca encima de su pecho.

One Shots McLennon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora