Capitulo 3.

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Ella...

...

...

...

Definitivamente hasta este punto tenia por seguro que 1.-o estaba en el cielo siendo visitada por ángeles o 2.- me había caído en medio de una convención de chicos lindos.

El muchacho que caminaba hacia nosotros tenia ese tipo de ojos en los que pones en duda si son de contacto o son reales.

Yo pienso que sus ojos son de extraterrestre.

Había leído unos cuantos libros sobre ellos y creo que este chico tiene toda la pinta de no ser un pobre mortal.

—Pienso que esta Penny es mucho mejor que la mía, como...mil veces mejor— dijo el chico que tenia ojos alienigenas a la muralla china, él solo sonrió y me dirigió su atención. El nuevo muchacho que acababa de llegar nos miró, primero a Brenda y luego a mí. Su cara era como pintada y ahora que estaba sonriendo era mucho mas perfecta, como si lo hubieran moldeado.

—Es tuya, ¿no es cierto?— me dijo poniéndola enfrente de mí con una media sonrisa.

—Oh si ¿como lo supiste?— le pregunte tratando de tomarla de entre sus manos, sus moldeadas y casi antinaturales manos.

—Adiviné— dijo con otra sonrisa que terminó con un guiño y creo que mi sangre empezó a bombear como si no hubiera un mañana. 

Cuando me pude controlar noté que él veía mi pierna lastimada, la cuál aún seguía sangrando.

—Creo que ya se de donde es tu adivinanza— le contesté moviendo mi pierna lentamente de un lado a otro para tratar de no empeorarla.

—Chica inteligente— contestó casi riendo.

—Tanto que hasta choco contra alguien solo para disimular mi nivel de inteligencia— le dije con mi toque especial de sarcasmo diario.

Y entonces rieron, la muralla china y él rieron al mismo tiempo...y fue como si todos los violinistas del mundo empezaran a tocar al unísono. Podía escuchar esto todo el día y creo que no me molestaría en absoluto...

Ellos pararon y yo casi les pedía que siguieran, pero eso sería demasiado raro y entonces me llevarían al hospital para saber si aún seguía cuerda.

—Perra, ¿vamos a ir a lavarte esto o no?— me susurró Brenda al lado mío con voz ansiosa.

La miré con los ojos entrecerrados y el ceño fruncido. ¿Estaba loca o acaso no veía lo que yo veía o escuchaba enfrente mío?

—Si zorra...vamos— le contesté con una mueca en mis labios que se reflejaba también en mi voz.

—¿A donde irán a curarte?— preguntó la muralla china aún preocupado, pasando la mirada entre Brenda y yo.

—Creo que entre estas tiendas habrá algún empleado de buen corazón y nos dejará utilizar el baño para lavarle— dijo Brenda encogiéndose de hombros, mirando a mi pierna.

—Y si no lo hay...tendremos que improvisar— dijo el de los ojos extremadamente lindos. 

Es que, dios mío...ni siquiera puedo sostenerle la mirada, son como que si te matara por dentro.

La muralla china empezó a voltearse y puso la palma de su mano sobre su frente, ese gesto que hacemos para taparse del sol y poder ver mejor.

—Creo que en el Señor Frogs no nos dirán nada, ¿no Nash?— dijo la muralla china volteando hacia un lado.

"Hey, i love you" he says.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora