Brigitte Grey y el Zombie de Ozz

Ozz

— Ven — comandó la cabeza de Ron.

La persona que cargaba la testa cercenada no tenía rostro, como si fuera un maniquí . Gumii y Reny se quedaron en las cama, abrazadas y muertas de miedo. "Quiero hacer pipí" susurró esta última.

Brigitte obedeció ("aguántate", le dijo a su joven amiga), salió desnuda de la cama y siguió a su interlocutor afuera de la alcoba presidencial, hasta el patio central de Los Pinos.

— Me has estado rezando — dijo la cabeza de Ron.

— ¿Sempai?

— Crees que soy Satanás. El diablo. El de abajo.

— ¿Este? — preguntó Brigitte, señalando su monte de Venus, comprobando que era pelirroja natural.

— No soy Hitler tampoco, pero sí soy lo más cercano a la idea que tienes de Lucifer. Soy Ozz. 

— Ay ay ay — Dijo Brigitte en una aguda voz con acento japonés mientras ponía una carita triste en su rostro.

— También me llevé a la mayoría de los humanos. Excepto a ustedes tres.

— ¡PORQUE ME AMAS! — gritó Brigitte.

— No voy a explicarte por qué, porque no me vas a entender...

— ¡Notice me sempai!

— ...Pero me voy a llevar a una de ustedes tres, Brigitte. Al final sólo quedarán dos. Puedes elegir a quién me llevo, y te quedarás con la otra hasta su muerte. Piénsalo bien. ¿A quién me llev-

— ¡Reny! — contestó la peliroja.

— No quieres tomarte al menos un minut-

— Reny.

                                                 ***

Gummi estrechó la mano de Brigitte y se recargó un su hombro. Caía la noche y la temperatura bajaba. No sabían dónde se encontraban (no importaba). Estaban sentadas frente al mar, con el primer pez que habían logrado sacar del agua. No sabían qué especie era, ni si era comestible, (tampoco sabían cocinar), pero habían pasado una tarde muy divertida tratando de atraparlo. Meses después, seguían adaptándose a la vida después de Ozz. Al mundo donde sólo se tenían la una a la otra. A su mundo.

— ¿Qué es lo que más extrañas de la vida de antes, amor?

— A Reny.