No creo que seas malvada(parte2)

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Azul la inmovilizó y le forzó el líquido en su boca y luego de un rato el rostro de Regina en dolor.

Su sangre se congeló al escuchar voces fuera de la tienda.
ambas.
-creo que tienes que irte- le dijo la mujer sin quitar la vista de la entrada.
-como?-dijo muerta de miedo, dios, su madre la mataría si se enterara donde estaba.
-escóndete ahí-le dijo señalando con la cabeza-rápido-escuchando las voces que cada ves se acercaban.
Alessa corrió hacia unos barriles que se encontraban frente a la reina y se escondió detrás de ellos.
-escuches lo que escuches...no hagas ruido-alessa asintió y se escondió.

Escucho la charla de rey David y la reina Blanca Nieves, luego vio como el hada azul forzó un líquido en su garganta y luego el rostro de la reina se retorció de dolor, tuvo que tapar sus oídos con las manos por los gritos que salían de la garganta de la ex reina.

No podía salir de ahí mientras el hada estuviese con la reina, intentó ver lo que ocurría pero temía que fuese descubierta. Luego de unos minutos de lo que parecieron horas los gritos y ruidos cesaron, no se escuchaba nada, con mucho cuidado intentó ver y lo que vio le heló la sangre.

El hada azul de pie cerca de la reina, con una sonrisa oscura en su rostro miraba a la reina, esta estaba en el suelo, bañada de sudor, su rostro estaba pálido y tenía los ojos cerrados, respiraba con dificultad.
-espero que estés aprendiendo, querida-y luego salió de la tienda.

Alessa no se movió inmediatamente, por precaución a ir el hada regresara, lentamente salió de su escondite y se acercó a la mujer.

-oye-le dijo, no se acordaba de su nombre, ella había escuchado a su madre en muchas ocasiones hablara sobre la reina malvada, era Re...re...Regina, sonríe al recordar su nombre, se arrodilla a la par.
-Regina-le susurra-Regina?-con cuidado le apartó el pelo de la cara, estaba fría-Regina me escuchas, tengo que irme-pero no le respondía.
-Regina despierta-le sacudió el hombro.
-mmm-abrió lentamente los ojos-vet...te-dijo débilmente.
Alessa sonrió al verla abrir los ojos-Hey -se levantó y fue hacia un cubo de agua que estaba cerca de la entrada, tomó un vaso y lo lleno, se acercó a ella y se sentó en el suelo y acomodó su cabeza en su regazo-ten, toma, te sentirás mejor-le acercó el agua a la boca y comenzó a beber-tengo que irme, lo siento-se levantó y la miro por última vez, luego salió con cuidado de no ser vista y corrió.
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-alessa, donde te habías metido?-dijo a divisar a su hija correr-que sucede?-pregunto procurada al notar a su hija llorando.
-nada-dijo la niña abrazando se a su madre, mientras lloraba.
-cariño, no me puedes decir nada, si estas llorando-dijo mirándola a los ojos.

Ella no podía decirle, ella no podía, porque se metería en problemas y también a la reina.

-me caí- le mintió a su madre-puedo irme a la tienda?
-no vas a comer, dentro de un rato cenaremos-pregunto extrañada.
-no, madre, no tengo hambre-dijo al ver al hada azul de lejos hablando con los enanos de la reina-quiero irme, porfavor madre.
-de acuerdo ve- dijo dejando ir a la pequeña a su tienda.
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El dolor era horrible, intentó no gritar, intentó no darle el gusto a esa maldita hada verla débil, pero no pudo más al sentir que su piel quemaba, cerraba los ojos con fuerza y apretaba fuertemente los dientes, pero luego no pudo más el dolor se volvió irresistible y grito.

Luego de lo que parecieron horas de tortura, el dolor cesó, su vista se nublaba y se sentía débil, algo que ella detestaba y peor frente a esa hada. Cree haber escuchado hablar pero no podía concentrarse, y luego oscuridad.

-Regina-escuchaba de lejos, su cuerpo se sentía pesado, le dolía respirar- Regina-poco a poco intentó abrir los ojos, y entonces vio a la pequeña.

A Second chance.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora