18; Remus Lupin

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The Beast

Advertencias: ninguna

–Estás jodido – concluyó Sirius luego de evaluar la situación que planteaba su amigo.

Remus se agarró la cabeza con las manos y soltó un suspiro largo. No sabía qué hacer y lo único que esperaba era que sus amigos lo ayudaran. El tiempo comenzaba a acabarse.

James, quien jugueteaba con su snich dorada, parecía el único predispuesto a buscar una solución a su problema.

–Creo que ya es hora de que le digas la verdad, Lunático – opinó y el aludido lo miró horrorizado.

–Eso no está a discusión, no lo haré.

–Y que tal – dijo Peter –, ¿qué tal si pasan la fecha para la semana entrante?

–No puedo – contestó cabizbajo –. No, no puedo hacerle eso. Es nuestro primer aniversario, y ella está demasiado ilusionada.

–Pues lamento decirte, Lunático que es la única opción que tienes.

Remus jaló hacia arriba su cabello, frustrado. Había estado saliendo con Jules dese hacía ya mucho tiempo y la amaba. La amaba más que a nada en el mundo, pero se le había hecho imposible confesarle su condición especial. ¿Cómo haría para confesarle que él era un monstruo? No la quería perder de esa forma.

El domingo cumplirían su primer año como pareja, y para desgracias de Remus, esa noche era luna llena. No tenía idea de cómo hacer para ocultar su secreto. Ya bastante difícil era hacerlo todos los meses, pero aquella vez estaba atado de pies y manos.

– ¡Espera! ¿La poción matalobos no puede ayudarte? – sugirió James ilusionado.

–Imposible. Tarda una semana en prepararse y no evita la transformación. Solo ayuda a mantener la mente "humana"

El muchacho bufó sintiendo su cabeza doler de tanto pensar.

Tres golpes débiles los interrumpieron. Los cuatro merodeadores se levantaron sobresaltados y comenzaron a caminar nerviosos por toda la habitación. Remus empujó a Sirius que se hallaba en su camino y abrió la puerta dándole paso a su novia.

Le sonrió y besó sus labios tratando de no lucir nervioso –Hola, princesa.

–Hola, Remus –miró adentro de la habitación – ¿Qué tal muchachos? – los merodeadores la saludaron cariñosamente.

–Hola, cariño – le dijo Sirius y Remus se dio la vuelta para echarle una mirada de advertencia. Jules rodó los ojos riendo y puso en la mano de su novio un pergamino.

–Te lo envía Slughorn. Dice que si sigues haciendo así la tarea, lo dejarás sin trabajo –soltó una risita y le sonrió –. Me pidió que te felicitara.

Abrió los ojos sorprendido –Vaya, gracias.

Jules se despidió dándole un beso en los labios y murmurando un "te amo" en su oído. Remus sonrió sin mostrar los dientes y la vio alejarse por las escaleras.

–Ay, Merlín – suspiró agarrando su suéter y tirando de este para evitar que sus nervios lo cocinaran vivo.

–Eres hombre muerto – le dijo Sirius sentenciándolo –. Tenemos que buscar una solución. Y rápido.

La semana había pasado más rápidamente de lo que era normal para Remus. Era sábado por la noche, y la luna llena ya estaba causando efecto en él.

☀️ marauders af  ☀️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora