Si tuviera que escoger varias palabras para describir mi vida, eligiría una sola: Feliz. No me hace falta nada, me siento muy afortunada de tener conmigo a mis padres, a mis tíos y a mi abuela. Tengo 14 años, curso el último grado de secundaria, el uniforme de mi escuela es falda gris y saco verde oscuro. Me creo capaz de decir que año mi vida, llevo buenas calificaciones, no tengo problemas con nadie en el colegio. Diría que soy un poco tímida, pero me gusta divertirme, me gusta corte y confección, lo que más me gustaría es ser bailarina profesional, sólo sé tocar el piano.
Físicamente me describiría como una persona sencilla, soy muy delgada, de cabello corto y castaño al igual que mis ojos, un poco alta y piel un poco clara, mis mejillas siempre están rosadas.
Soy hija única y mis tíos siempre me quisieron como su hija, ellos no tienen hijos, por eso me consienten mucho, soy la pequeña en la casa. No se lo he dicho a nadie más a parte de mis amigos, me da mucha pena, hace un mes conocí a un chico, talvez exagero, pero es muy lindo, tierno... aunque nunca le he hablado, pero pienso que es así porque... es difícil de explicarlo, podría decir que muchas veces nos hemos encontrado y nos miramos, suena cursi pero sólo con verlo a los ojos puedo darme cuenta de que es así. En fin, hay días que no lo veo pero me siento muy feliz cuando tengo oportunidad de que me sonría con los ojos. Se llama Ubaldo, sé su nombre porque, un día mandé a Marco a que le preguntara a uno de sus compañeros su nombre, aún recuerdo muy bien ese día. Se ve que es el tipo de chico que le gusta pasar desapercibido, es paciente, pero en el fondo es apasionado, sensible, inteligente, también es un poco solitario, pero muy atento.
Mis padres me cuentan que de pequeña apenas si podía caminar por mí misma, siempre dependí de los demás en la casa, tenía mucho miedo, y lo demás sí lo recuerdo. Lloraba mucho y lo sigo haciendo un poco, mi abuelita muchas veces me animaba, muchas veces me he sentido débil, intentaba no llorar pero no podía, intentaba hacerme la fuerte pero sabía que era mentira, poco a poco mis amigos me fueron ayudando en la secundaria a ser un poco más fuerte, pero realmente no me considero una persona segura. Tengo demasiadas inseguridades y dependo mucho de los demás.
Ese día era un lluvioso 25 de junio,casi no teníamos clases, pero nos estábamos divirtiendo mucho, casi todos en la escuela estaban afuera, algunos jugaban futbol en las canchas, otros en los pasillos o caminando de un lado a otro como nosotros. En una semana era mi graduación. Por eso todos los terceros años la estábamos pasando en grande, recordaríamos los últimos días por siempre.
La verdad se me pasó muy rápido el día y cuando tenía que volver a casi fue un poco triste tener que regresar y verlos hasta el día de la ceremonia, no me quería despedir de ellos, de Ana y Marco, siempre fuimos muy unidos y decíamos que nos inscribiríamos al mismo bachillerato, pero no fue así, cada uno irá a un colegio distinto. En el camino iba pensando en varias cosas que pasaron ese día, y también de otros, el día que los conocí, también pensé en lo mucho que iba a extrañar encontrarme con Ubaldo. Me arrepiento de no haberme atrevido a decirle algo por lo menos el último día. Pero al menos sé que no me voy a olvidar de él tan fácilmente. Ni de Marco ni Ana, fueron las primeras personas que se acercaron a hablarme, cuando no sabía ni cómo entablar una simple conversación con alguien.
Un ligero suspiro de nostalgia escapó de mi boca en ese momento. Cuando me di cuenta había dejado de caminar y el cielo empezó a rugir con fuerza. Incluso había tomado un atajo y aun así me iba a empapar si no me daba prisa. Aceleré el paso y me tropecé. Fue en ese momento en el que recordé todas esas veces que de pequeña me caía y derramaba mis lágrimas de inmediato, se me raspaban las rodillas y me asustaba con ver un poquito de sangre.
Las finas gotas de la lluvia iban cayendo sobre mí una tras otra. Y como esos antiguos días me puse a llorar, no me dolía mucho,pero me sentí muy tonta tirada a medio camino. Yo ya no tenía cuatro años de edad, me sentía como una bebita inútil que ni siquiera puede levantarse del suelo, cuando esos recuerdos se fueron desvaneciendo me levanté y decidí correr para llegar más rápido, me fui por debajo de los árboles, algo que sabía que no debía hacer, pero de todos modos lo hice. El cielo lanzó una última advertencia, oí el sonido que provocaban los pasos que daba contra los charcos de agua, se estaba convirtiendo en una tormenta, mi corazón latía muy fuerte, como un martillo contra la pared, mi respiración estaba acelerada, cuando escuché algo fuerte,cerré con fuerza los ojos, di un paso más y un relámpago fue lo último que vi antes de que un rayo se impactara muy cerca de mí, salí empujada hacía un grueso tronco . Me sentí muy rara, me levanté y seguí corriendo pero era como si flotara, el aliento se me iba y no sé por qué pero me sentía muy tranquila. Di un pequeño salto y me impulsé. Floté, como un cometa, perdiéndome en el infinito.
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ELLA
General FictionLa historia comienza sobre los recuerdos de Ella Lavander antes del último día de clases de su ultimo año de secundaria y relata sobre lo que sigue después de los sucesos que la llevaron a una situación muy distinta a lo que siempre creyó que sería...