Capítulo 5.

241 25 4
                                    

― ¡No debí llamarte una fler, Zanahorias! ―dijo el zorro "arrepentido" mientras era empujado para entrar en la casa conejil―. Vamos a pensarlo, difícilmente te llamo por tu nombre...

Una vez dentro, recorrieron escaleras y pasillos tambaleándose de un lado al otro hasta finalmente llegar a la habitación de la coneja. Nick aún seguía algo mareado y borracho, un poco gracioso al final.

―Doow... ―exclamó―. Sabes, Pelusa. Tú eres más princesa que yo. Así que aquí tienes tu corona de vuelta. ―y sacándosela, la puso en la cabeza―. ¿Cuál es el problema, Rabo de algodón? ¿Por qué tan callada?

―... Nick... ―llamó Judy desde otro lado con una cara entre graciosa y sarcástica―. Ese es un peluche.

Nick, al darse cuenta de su error, solo cerró los ojos avergonzado. El pequeño conejito de peluche al que le había puesto la corona de flores tenía en el pecho las palabras "Aliméntame con Zanahorias", graciosa frase. Pero Nick no estaba interesado en nada más que finalmente poder dormir, por lo que limpió la cama de la coneja con su cola de pincel diciendo:

―Solo pondré mi estúpido traserito aquí y esperar a que tu cama no trate de comerme otra vez. ―y se sentó.

Ahora ya no estaba mareado pero sí adormilado, adormilado lo suficiente para no poder desabotonarse la camisa, parecía que estaba jugando en realidad con el circulo en su camisa. Algo que hizo reír a la coneja.

―Pff... Esos animales ¿No? ―dijo Nick―. Diciendo que un romance entre nosotros es imposible porque somos de diferentes especies, es puro prejuicio.

Finalmente Judy se acercó a Nick para ayudarlo, nunca iba a poder desabotonarse.

―Déjame ayudarte. ―dijo ella.

―Gracias.

―Y sí ―volvió a hablar la coneja―. Sí, lo es.

Ahora los dos se encontraban listos para abandonar sus ropajes de disfraz para poder dormir cómodamente. Eso hubiera sido más rápido si el zorro, quien sacándose la camisa, se atoró. Trató de sacársela varias veces pero no lo logró para bufar un desanimado "Atorado". Judy lo iba a ayudar.

Eso hubiera estado bien si hubieran estado solos, pero el problema es que desde fuera sus sonidos de incomodidad de "Aw, Nick" y "Sí Judy, por ahí" fueron escuchados por la coneja que menos debía hacerlo. Jill. Se había paralizado al escuchar como su hermana exclamaba "¡Eres realmente desesperanzado! ¡Y esos son muy grandes!" y a lo que el zorro respondía "No, ¡Esto! ¡Esto es muy apretado! Yo apenas podría escurrirme a través." Su mente ya estaba suficientemente "dañada" con lo que había visto anteriormente en el baile y terminar escuchando había sido la cereza del pastel. Siguió su camino muy atemorizada y muy incómoda hasta su habitación.

―No culpes a la camisa ―le reprochó Judy divertida sosteniendo la reciente camisa zafada―. Honestamente, te has hecho un poco rechoncho. Debería llamarte "Nick Buff" ―haciendo referencia a la señorita Puff de "Bob Esponja".

―Está bien... ―dijo el zorro echado boca abajo en la cama―. Salta a la cama, Hopps. Y déjanos dormir de este "brillo lunar".

Judy rió.

―Cuando te conocí ―comenzó ella―. Te veías complementario a tu personalidad astuta. ―terminó de sacarse el disfraz―. Hablando de "primeras impresiones" ―dijo con un tono cambiado en su voz, un tono triste, sentándose en la cama―. Tu alguna vez... eh... Que si... ―pausó y pensó bien las palabras―. ¿Qué hubiera pasado su no te hubiera seguido a la tienda de helados? ¿Qué hubiera pasado si nunca nos hubiéramos conocido? ―hizo otra pausa―. Te seguí por mi aptitud condescendiente hacia los zorros. Influenciada por años de enseñanza de: "Los zorros son la peor especie depredadora que existe." Puedes dejarlo correr por el caño, papá... Me sentí muy mal por el porqué de la razón... Pero estoy muy agradecida de haberte seguido.

Inter-Especie (Inter-Schminter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora