Ellos.

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Como todos los días,
la hambruna
los abraza.

Con sus finos
y huesudos
dedos.

Apretandolos contra sí
Bruna hace
que sea inextricable
poder salir de ahí.

Y es entonces
cuando ellos
se preguntan
si habrá alguien
en el mundo
que recuerde
que sienten.

Bruna no los quiere soltar,
es que se aferra tanto a ellos
que no le interesa
si los llega a matar.

Ellos son lo único
que la innombrable
dama adornada con
desprecio
posee.

Cuando se van a dormir
Bruna les agradece
por pasar otra noche
junto a ella.

Por que en otros lugares
donde llueve y tienen
donde refugiarse
las personas ya se olvidaron
de la pobre y desolada Bruna.

Mientras ellos
se desgarran por dentro
en un profundo
y aterrorizante silencio.

Intentan cerrar sus ojos color miel
mientras Bruna los mece con sus brazos
que tienen más que nada piel.

Ellos se vuelven a preguntar
si existirá alguien
que los pueda auxiliar.

A la vez que se hacen esa
y más preguntas
ruegan por dentro
que a la Dama Bruna
vestida con tristeza
no quiera
darle a ninguno
su helado beso
de buenas noches.

[In]dolent Poesie. #ConcursoUTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora