Me desperté cuarto horas después. Creo que hace bastante que no dormía tanto rato del tirón. Eran las tres y pico de la mañana. Me encontraba un poco mejor así que intenté reincorporarme. ¡Me cago en todos los médicos, con su puta sonda! Menuda mierda. Tenía frío y comencé a tiritar. En eso que Luffy se revolvía en su cama con expresión de enfado. Qué le habrá pasado para tener que recuperarse de una herida tan grande. ¿Peleas? No parece ese tipo de chicos, parece de los que viven en su mundo y un buen día se dan de bruces con la realidad.
Comenzó a dolerme el pecho, me costaba un poco respirar. Supuse que era un efecto secundario de esas pastillas. Me asusté un poco, pero no me preocupé mucho más. Pasé el resto de la noche así, como casi todos los días. Mi estado de salud en principio es relativamente óptimo, pero tengo un peso escaso para mi altura, antes tenía la piel más curtida ahora tengo un aspecto enfermizo. Puede que no esté tan bien como creía. Por lo menos soy consciente de que soy un suicida, pero tengo miedo de morirme realmente, pero así por lo menos todo se acabará... Estoy hecho un lío...
Por fin se hicieron las siete de la mañana y se empezaba a oí un poquito de ruido en el pasillo. Tengo un miedo irracional a la noche desde hace años, y empeora cuando estoy aquí. Más tarde llegó un enfermero que ya me conocía.
- Law... ¿Otra vez? - Se asombró ve verme de nuevo. - Solo hace un mes. Al final va a ser tu cuerpo el que no lo soporte.
- Y a ti qué, Penguin...
- ¿Me sigues restregando lo de llevar esa gorra del pingüino? Era para los peques. Les encantó.
- Ya... lo que tú digas.
- No seas así.
- Y qué quieres, ¿que sea como él? - Señalé a Luffy como pude.
- Am... No, cielos. A este sí que lo tendrían que haber atado a la cama. - Dijo con tono divertido. - No sabes la vara que da ese chico, es un toca narices de competición.
- Ya... lo descubrí ayer. Se enrolla tanto que parece una persiana. - Le saqué una sonrisa al enfermero.
- Bueno, bromas aparte. Cómo has pasado la noche.
- Me he despertado a las tres y hasta ahora. ¿Y tú?
- Tampoco he plegado ojo... Ha habido un accidente y bueno, hemos tenido que ayudar bastantes.
En eso, que se despertaba Luffy. Desperezándose a lo grande.
- Hola, buenos días. ¿Ya es la hora del desayuno? - Penguin y yo nos miramos sin decir nada.
- Eh, sí. Sí. Esto... Ahora lo traen. Bueno, yo... Me voy. ¿Vale? Mañana te veo, Law.
- ¿Hasta mañana? Eres el único que me satisface.
- Calla. No digas tonterías o pediré que te pongan un antiesquizofrénico.
- ¡No! No, vale. - Justo estaba saliendo por la puerta cuando añadí. - Yo me refería socialmente.
- Ya, ya. Nos vemos...
De nuevo nos quedamos en silencio en la habitación. Estaba bien, pero...
- ¿Law? Trafalgar... Law. Me gusta ese nombre. Tiene peso...
- Luffy estaría mejor que te durmieras otra vez... Estabas más guapo...
- ¿No has podido dormir?
- No, me desperté a las tres y nada más.
- Mmmm... ¿y no estás cansado? Ayer me fijé. Tienes unas ojeras muy grandes. ¿Has estado enfermo?
- Por qué insistes en hablar conmigo.
Trajeron ese desayuno de hospital, que no sabes por donde coger y alimentar en sí... Da más bien, grima. Pasó Crocus, ese hombre me conoce desde pequeño. Le molesta que haga todo esto. Es quien me ha atendido siempre, es un doctor mayor y con una experiencia un poco atípica. Antes era veterinario y sigue ejerciendo también. El día transcurría tan lento... Por la tarde, le pedí por favor a Crocus que me quitasen las esposas, me resultaba humillante. Ni que fuera un animal. Accedió a regañadientes, prometí comportarme. Llegó la hora de las visitas y la habitación se llenó de amigos de Luffy. Allí hacía un calor que no se podía respirar, así que libre de ataduras (más o menos), salí al pasillo. Gotero en mano, y ya sin sonda (¡Ahajajajajaja!), paseé todo el ala hasta la entrada donde estaban los enfermeros. Había allí una chica que infundía verdadero terror. Me daba la vuelta hasta llegar a mi habitación de nuevo, era la última. Repetí el recorrido tres veces y entré con la esperanza de que se hubieran ido... ¡Ahora habían dos tipas más! Volví a cerrar la puerta y le quedé en el pasillo. Creía que sería imposible pero deseaba quedarme a solas con Luffy. Salió una de las chicas y se puso a mi lado. La miré con desprecio. Morena, alta, delgada... Era guapa, eso sí. Pero sinceramente, mi apetito sexual era, en extremo, escaso. Además de otros problemas relacionados que no pienso comentar.
- Perdónanos, hemos invadido vuestra habitación. Pero nos vamos a ir ya.
- Pues ya era hora. - Contesté irritado.
- Lo sé. Tienes razón. - Lo dijo con voz serena. Lo normal era que una persona me contestase de malas formar, igual que yo. Pero no. Fue muy comprensible. - Sé quién eres, Trafalgar... Sé lo que ocurrió con tu familia y que te acusaron a ti, después te acogió una organización criminal liderada por los hermanos Donquixote. Después de eso desapareciste del mapa. ¿Dónde has estado estos once años? Eres un drogadicto y un desequilibrado mental con inclinaciones suicidas graves... ¿Qué has hecho con tu vida, Law?
No supe cómo reaccionar, ¿qué podía decir en ese momento? Sabía todo de mí y yo no tenía idea ni de quién era esa mujer. Menos mal que salían todos en ese momento y tuvo que irse. Uff...
Seguía haciendo mucho calor en la habitación, Luffy estaba mirando por la ventana, en silencio, con un semblante serio. No parecía él... Se sobresaltó cuando se dio cuenta de que había entrado y volvió a ser como siempre. Tonto y feliz. No sé qué fue, pero sentí una calma en el corazón al verle sonreír. Pero no pude evitar ser yo mismo...
- Hola. Perdona, no creía que fueran a venir todos a la vez. Esos eran mis amigos. Me han animado mucho. Shihihihi.
- Por qué insistes en relacionarte conmigo. - "Muy bien Law, así se caga un momento tranquilo".
- Y tú por qué haces todo lo posible por evitarme. - Me reprochó. - ¿Te caigo mal? ¿Te he hecho algo para molestarte tanto que no quieras ni mirarme?
- Eres lo completamente lo contrario a mí.
- ... Pues discúlpame por ser así. Desde ayer intenté entablar un poco de relación porque me sentía solo. Completamente solo, pensé que tú te sentirías un poco igual. Por qué te molesto.
- Ah... Por dónde empezar: te crees que estás solo, pero tienes a todos esos amigos que se han molestado en venir a visitarte. Nadie ha venido por mí, porque no hay nadie a quien le importe. Después esa forma tan... infantil que tienes de ser. Piensas que todo es color de rosa o qué. No entiendo como puedes ser tan subjetivo. Tan... - No supe qué palabra usar y me senté en mi cama, abatido
- ¿Feliz? - Respondió para acabar mi frase.
-... Sí. Exacto. Eres un feliz ignorante. Se levantó y se puso frente a mí.
- Ya sé lo que te pasa. - Sujetó mis manos temblorosas. Me faltaba la respiración. No solo me temblaban las manos, era todo el cuerpo. Algo no iba bien. No podía mantener la boca cerrada, todo el rato moviendo la mandíbula. Calor. No, quema. Todo el cuerpo.
Me miró preocupado, rápidamente me empujó sobre la cama y salió al pasillo pidiendo auxilio. (De todo esto no me acuerdo me lo contaron) Entré en parada cardio-respiratoria y el muchacho no supo reaccionar...
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El arte de morir
FanfictionTécnicamente no es yaoi, pero el final lo puedes interpretar como quieras. Así que supongo que lo puede leer todo el mundo. Law y Luffy se conocen en el hospital tras una serie de sucesos, lo que no saben ninguno es que el otro entiende por lo que e...