Ana

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Todos los días lo mismo, sentados en las gradas, a 30 metros el uno del otro, mirándolo por el rabillo del ojo, preguntándome: "¿le gustaré?". El amor siempre ligado a la timidez. Cuando sientes que alguien es perfecto para ti, no te atreves a decirle nada, en tu cabeza rondan pensamientos como "seguro que no le gusto" o "seguro que mira a otra". Ese pesimismo nos persigue, por eso, la hora que pasamos tan solo a tres metros, es eterna. Tenemos la oportunidad en bandeja de plata, pero no queremos coger por sí es veneno lo que contiene. Gustavo Adolfo Becquer ya pensó esto una vez, y lo plasmo en mi poema favorito: Poema XXX. El amor es ciego, eso dicen, por eso Eros -Cupido- se venda los ojos. Valor es lo que me falta, acercarme a el y decirle un simple "¡Hola!" seguido de una sonrisa. ¿Por qué no puedo?

Distintas perspectivasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora