Capítulo II: Carlos

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15 de Febrero:

"... Son las 8, las 7 en Canarias. Os dejo con el temazo de James Arthur, New Tattoo:Under my skin, beneath my fingertips. You slip and slide away..."

Hoy iba a ser un gran día. Tenía que tragarme las siete horas de clase, comer, hacer la tarea, y verla. Mejor dicho, no iba a verla, iba a estar con ella, hablar con Ana.

-"...I wear you like a new tattoo

The design, the desire, I don't wanna remove. You're the kind of thing that I could love forever..." -tarareé.

-¡Carlos! -mi madre entró en mi cuarto y bajo la música -Tú hermana está durmiendo, no tiene que levantarse hasta dentro de 1 hora, y yo tengo 1 hora para descansar, así que no armes escándalo.

-Vale, vale, pero me estoy vistiendo así que si no te importa... -señalé la puerta. Mi madre pusos los ojos en blanco y se fue.

Volví a subir el volumen y seguí cantando. Hoy estaba de muy buen humor, y nadie me iba a fastidiar. Bajé a la cocina, bebí un trago de jugo y piqué unas galletas que habían en el pollo. Llegué un cuarto de hora antes, por primera vez en mi vida, y decidí ir a comprar algo en el kiosco de al lado para comer en el recreo. Cuando salí sólo quedaban 5 minutos, me pasé por la taquilla, y entré en la primera clase.

El día pasó tranquilo, como siempre. Distraído en todas las clases -más de lo normal-, dos notas en la agenda por comportamiento inadecuado -podría comportarse mejor, pero no destacaría-, un examen y muchas charlas a escondidas del profesor. Al salir, me encontré con Sara.

-Hola amor -intentó poner voz interesante, intento fallido.

-Déjame en paz Sara -gruñí y empecé a caminar a mi casa. Me siguió.

-¿Qué te pasa hoy cariño? ¿No estas de humor? -se paró enfrente mío.

-Olvídame, sabes que no te soporto -la esquive y seguí andando.

-Y por eso te quiero...

-Lo siento, pero no salgo con niñatas que hayan estado con todos mis amigos.

-¿Me estás llamando guarra?

-Yo no te he llamado nada, pero si eso es lo que interpretas por algo será -cerró los ojos intentando... No estallar.

-Bueno, no sabes lo que te pierdes -dio media vuelta y se fue.

-Encontraré algo mejor y más nuevo -le grité para que me oyera bien, no me volvería a molestar en un tiempo.

En mi casa no había nadie. Mi hermana no salía hasta las 5, y mi madre aprovechaba para trabajar. Almorcé lo primero que se me ocurrió, huevo frito con papas fritas -muy original- mientras veía la televisión en el salón. Al terminar, lo recogí todo y subí a mi cuarto. Tenía entrenamiento a las 6 y media, pero quería estar a las 6 para poder estar media hora con Ana. Empecé a hacer la tarea. Me distraje más de 10 veces, ¡esto era horrible! El examen de mañana de historia, el cual no me había ni leído, era muy largo y duro, perfecto para fastidiar una buena tarde. Me tumbé en la cama para estudiar, y empecé a leerme el tema.

-¡Carlos! -me despertó un grito. Me había quedado dormido estudiando. Me incorporé y miré el reloj, las 5 -¡Carlos! ¡Haz el favor de bajar por favor! -fui a la planta baja y vi a mi hermana con el uniforme sentada en el sillón merendando galletas con chocolate mientras leía un libro. Me recordó a Ana.

-¿Qué hacen aquí tan pronto?

-Me dijeron que tenía que cubrir una baja de última hora, así que fui a recoger a Lucía antes.

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