CAPÍTULO 7: Tercera declaración.

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CAPÍTULO 7: Tercera declaración.

Wonwoo:

29 de mayo

Se acomodó el pelo por quinta vez mientras esperaba a Mingyu. Había salido hace diez minutos y había ido casi corriendo a la salida, para no hacer esperar al menor, pero ahora era él quien lo hacía esperar.

Empezó a dar golpecitos al suelo con el pie, agarrando la tira de su bolsa con fuerza.

-¡Wonwoo! - se giró al escuchar la voz del menor, viendo como se acercaba corriendo - ¡Lo siento! El profesor no quería dejarnos salir hasta que acabara la explicación... - jadeó, apoyándose unos segundos en el muro de la universidad, y no pudo evitar fijarse en lo malditamente guapo que se veía.

-Tranquilo, no llevo casi nada esperando - sonrió, intentando que no notara que era mentira, y él imitó su acción.

-Tengo la sensación de que siempre nos encontramos igual - rió, apartándose de la pared y quedando un poco más cerca.

-Sí... - soltó una risa nerviosa, apartando la mirada al recordar su primer rechazo.

-Bueno, ¿vamos? - debió notar su incomodidad, porque señaló el camino con la cabeza y empezó a caminar.

Fue a su lado y caminaron en silencio unos minutos, hasta que se cansó y decidió romperlo.

-¿Ya sabes sobre qué quieres escribir la canción? - preguntó, y le pareció que el otro se había encerrado en sus pensamientos, porque cuando le escuchó dio un pequeño salto, mirándolo sorprendido.

-Eh... - se rascó la nuca, negando con la cabeza - No exactamente.

Y ahí acabó la conversación de nuevo. A Wonwoo no se le ocurría qué tema sacar, y Mingyu parecía estar en su propio mundo, por lo que llegaron a su casa en completo silencio.

El más alto abrió la puerta y dejó pasar primero al mayor, para después entrar él. Wonwoo se puso nervioso cuando la puerta se cerró tras la espalda del menor.

-¿No hay nadie en casa? - preguntó, para no seguir con ese extraño silencio.

-Oh, no, tranquilo, mis padres trabajan hasta tarde - se quitó los zapatos y le indicó que hiciera lo mismo, por lo que los dejaron en la entrada -. ¿Subimos? El estudio está arriba.

-Claro.

Ambos subieron hasta llegar a un pasillo, y Wonwoo lo siguió hasta la última puerta a la derecha, donde se encontraba un gran estudio con algunos instrumentos y objetos de producción. Ya había notado al entrar que la casa era bastante grande, por lo que no les debía faltar el dinero, pero ese estudio era increíble.

-Vaya - dijo, admirando la sala.

A su izquierda se encontraba un pequeño sofá negro, donde cabría justo para tumbarse, y a su derecha una pared con una pizarra enorme llena de apuntes musicales y anotaciones. Justo delante había una mesa de mezclas con dos sillas de ruedas y, tras un cristal, una pequeña estancia con un micrófono e instrumentos.

-¿Te gusta? - la voz de Mingyu lo sacó de su ensoñación y se giró rápidamente, asintiendo - Era el despacho de mi padre, pero me lo cedió cuando reformaron la planta baja.

Sonrió cuando el menor lo hizo, alegrándose de no estar tan incómodos como momentos antes.

-Bien, ¿empezamos?

Asintió de nuevo y se sentó en una de las sillas cuando el menor se lo indicó, dejando sus cosas a un lado, en el suelo. Mingyu se dirigió a la enorme pizarra y borró la mitad, haciendo una raya para separar sus anotaciones de lo que iba a apuntar.

CINCO CITAS - MEANIE COUPLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora