CAPÍTULO 10: Cuarta declaración. (Parte 3)

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CAPÍTULO 10: Cuarta declaración. (Parte 3)

22 de junio.

Después de dos canciones bailando con Seungcheol, Wonwoo vió como Mingyu se acercaba y tocaba el hombro del mayor con cuidado. Se separaron para mirarlo, confundidos.

-¿Puedo? - preguntó el más alto, haciendo un ademán con la mano hacia él.

Wonwoo quiso negarse, pero su voz no parecía cooperar y no pudo hacer nada cuando su amigo asintió y se fue, guiñándole un ojo sin que Mingyu lo notara. Iba a matarle luego.

-Hyung - la voz del menor lo sacó de sus pensamientos. Lo miró, nervioso, y vió que le tendía la mano. Dudó unos segundos, pero la tomó y, cuando Mingyu le puso una mano en la cintura, él hizo lo mismo con la suya en su hombro.

Empezaron a moverse lentamente. Wonwoo se cuestionaba cuando diablos acabarían las canciones lentas, y qué le pasaba a la actitud del menor. ¿Por qué era así de amable con él después de haberle rechazado tres veces seguidas y si no iba a aceptar salir con él nunca?

O peor, ¿por qué él le permitía jugar con sus sentimientos de esa forma? Se sentía estúpido, y notaba que sus ojos empezaban a arder. Mierda, no quería llorar ahora, y menos delante de él. Intentó separarse, pensando en alguna excusa para poder irse, pero Mingyu afianzó el agarre en su cintura y no se lo permitió.

-Hyung, ¿estás bien? - notó preocupación en su voz, pero no subió su mirada -. Hyung.

El menor insistió, causando que más lágrimas se acumularan en los ojos el mayor, hasta que finalmente explotó.

-¡No! - gritó, sin dejar de mirar el suelo. Bajo la voz y paró de bailar, agarrándose a la camisa del castaño-. No, no estoy bien, Mingyu. No estoy jodidamente bien porque me confundes. ¿Por qué lo haces? - no recibió respuesta, por lo que siguió hablando, notando ya cómo alguna que otra lágrima caía -. ¿Por qué eres tan bueno conmigo y luego me rechazas de esa forma? ¿No te das cuenta de que te contradices? Nunca sé qué pensar cuando estoy contigo, consigues confundirme y me haces daño.

Podía notar cómo las lágrimas no paraban por más que él quisiera, y se sentía estúpido. Todo esto era culpa suya. Si no hubiera seguido con esto, si se hubiera rendido la primera vez que lo rechazó, nada de esto habría pasado. Sabía que estaba siendo irrazonable al echarle la culpa al menor, que él no podía obligarle a ser homosexual o a que se enamorara de él, pero ahora mismo no podía pensar en nada más que no fuera en que necesitaba alejarse de él y salir de allí.

Sin pensarlo más, soltó la camisa del más alto, empujándolo un poco para poder salir corriendo, sin darle tiempo a reaccionar. Salió de la sala a toda prisa y se dio cuenta de que había hecho lo correcto cuando vió que nadie lo seguía.

Entró en el baño y se encerró en uno de los cubículos, cerrando la puerta con pestillo para que nadie le molestara. Se sentó en la tapa del inodoro, subiendo los pies en éste y apoyando la cabeza en sus rodillas, rodeando sus piernas con los brazos. Un sollozo se escapó de sus labios, pero intentó no hacer ruido cuando oyó la puerta de los baños abrirse unos minutos después.

-Te odio - dijo una voz suave que le pareció conocida, mientras dos personas se adentraban en los baños.

-Sí, sí, eso ya me lo has dicho. Pero si tanto me odiaras no estarías conmigo aquí ahora, ¿no crees? - abrió los ojos con sorpresa al oír a Seungcheol.

-Déjame, estoy borracho.

-Eso no te lo crees ni tú.

No sabía si debía reírse de la situación o llorar, pero decidió que lo mejor era quedarse callado hasta que se fueran, cosa que no parecía que fuera a pasar pronto, por la manera en la que esos dos se besaban.

CINCO CITAS - MEANIE COUPLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora