Y así es como Jeon Wonwoo le pidió cinco citas a Kim Mingyu, sin saber lo desastroso que eso podía llegar a ser.
-Me debes cinco citas.
-Y estaré encantado de dártelas.
Historia corta.
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No copiar ni adaptar.
Wonwoo salía de clase, después de terminar el último examen del curso. Tenía una enorme sonrisa en el rostro, ya que por fin podría descansar, pero esta se borró al ver a Mingyu parado frente a la salida de la universidad, buscando a alguien con la mirada.
Intentó ponerse la capucha de su sudadera y evitarle, pero oyó cómo gritaba su nombre y supo que había fracasado en su intento de huída.
-Woonwo hyung, tienes que dejar de ignorarme - levantó la vista, encontrándose con el ceño fruncido del menor.
-¿Por qué? Creí que era eso lo que querías.
-¡No! - exclamó, asustándole -. ¡Yo nunca he querido eso, si lo hubiera querido no habría aceptado pasar tanto tiempo contigo!
Wonwoo miró directamente a los ojos del más alto, sin saber exactamente qué decir y notando como su corazón se aceleraba.
-Mingyu, ya te lo dije, necesito tiempo para alejarme y olvidarte. Si sigues acercándote me será muy difícil superarlo.
-¿Y si no quiero que lo superes?
-¿Qué? - le miró confundido, sin entender sus palabras.
¿Por qué no querría él que lo superara? Le había dejado claro que nada pasaría entre ellos, así que, ¿por qué volvía a confundirle de ese modo?
-Hyung - dijo, sin apartar la mirada de sus ojos -, no sé cómo ha pasado, no sé ni siquiera qué es exactamente este sentimiento, pero no quiero perderte. Cuando te vi entrando en la boda con Seungcheol, sentí celos, y más cuando cogió tu mano, quería ser yo quién cantara contigo en el escenario, a quien le sonrieras y abrazaras después de la actuación. Cuando te fuiste llorando, me sentí tan mal que no sabía qué hacer, y fue demasiado tarde cuando salí a buscarte. Estos días sin ti han sido terriblemente solitarios. Echaba de menos tu sonrisa, la mirada que pones cuando te pierdes en tus pensamientos y como jugueteas con el bolígrafo cuando piensas la letra de una canción. Te echaba de menos. Y no estoy seguro de qué significan estos sentimientos, pero creo que me gustas, hyung.
Wonwoo no sabía cómo reaccionar, ni qué debía decir. ¿De verdad eso acababa de pasar? Pellizcó su brazo disimuladamente, pero no era un sueño. Mingyu acababa de declararse, ¿verdad? No había sido su imaginación, ¿cierto?
-Hyung, por favor, di algo. Lo que sea. Recházame si quieres, lo entenderé. Lo merezco, pero por favor...
Mingyu no pudo terminar la frase, porque tenía sus brazos rodeándolo.
Notó como le devolvía el abrazo, con fuerza, y no pudo evitar sonreír.
-Creía que ibas a besarme - bromeó el menor.
Wonwoo se separó, para coger la cara del más alto entre sus manos y juntar sus labios en un beso dulce.
-Siento haber sido tan estúpido, hyung - susurró Mingyu cuando se separaron, volviendo a abrazarle y hundiendo su cabeza en su cuello.
-Me debes cinco citas.
-Y estaré encantado de dártelas.
FIN
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