21 de marzo

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Llevo todo el día recordando tu dulce enero,
Oliéndote en la brisa
Y contándote en los pétalos de azahar.

Hoy me he enredado tantas veces en tu rizo delantero,
He evocado tantas veces tu risa
Que no se pueden ni contar.

Son las once de la noche del equinoccio de marzo,
Y un año más,
Saboreo la primavera con paladar amargo.

Te prometo
Que yo ya te había reconocido en aquel almendro
Antes de que le regalaras el tacto con tu suave roce.

Me prometo que sabía lo que ibas a decir,
Que esperaba la muerte desde que te conocí;
A la muerte que, aun omnipotente,
Eligió deliberadamente fundirse en tu carmín.

Me disculpo por ser cobarde,
por ser ilusa y merecer tu estocada certera.
Me disculpo por poner, un año más,
Esperanzas en la primavera.

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