Prólogo

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Había una vez en un lejano lugar, una pequeña princesa llorona con una vida normal.

Así transcurrieron sus días en su aburrida normalidad, hasta que un día sus ojos no abrió más.

Los padres no sabían que tenía la pequeña princesa, ella simplemente dormía sin mostrar ninguna proesa.

Pasaron días, semanas, meses, el tiempo se extendía y la pequeña, al parecer, no despertaría.

Magos, hechizeros y demás charlatanes, hacían conjuros y daban posiones a los padres, con la falsa esperanza de que la princesa despertara, pero nada funcionaba.

La reina estaba en una total desesperación, creía que no volvería a escuchar la risa de la niña de su corazón, hasta que ni son ni ton, la princesa despertó.

No hubo beso, ni un principesco caballero en esta ecuación, ella sola despertó.

El reino celebraba con emoción, mas la princesa no se alegraba de esta presentación.

Sus padres no sabían que pasaba, porque la princesa no se alegraba, mas ella decía que Morfeo la visitaba y le susurraba:


"No te fies mi pequeña niña, disfruta tus horas de alegría, porque en unos días, volverás a la letanía"


Los reyes no entendía su raro comportamiento, pues creían que la pequeña solo tenía un mal momento, pero tal sorpresa se llevaron, cuando la princesa, en presencia de ellos se durmió sin reparo y los meses se convirtieron en años.





























La historia fué modificada.

Si eres un lector antiguo, pásate por los capítulos anteriores, quizá encuentres detalles que te gusten.

Si eres un nuevo lector, ¡Bienvenido!
espero que disfrutes de esta historia.

Cambio y fuera!

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