No es una "C"

582 70 26
                                    

Miraba al Jaime y este seguía metido en su celular, aun cuando estábamos todos juntos en la casa del Edgar, cosa que hace rato no hacíamos. Y miraba a mi otro costado y estaba el Naiko en las mismas.

-Oigan culiaos, ya paren con la tonterita porfa. -Dijo el semental del grupo, le encontraba toda la razón, hace rato que no estábamos todos juntos y estos pelotudos se ponían a güebiar con el celular.

-Ya oh. -El Naiko guardó su teléfono en su bolsillo pero el Jaime lo dejó encima de la cama. Cuando lo hicieron, ambos se miraron y se sonrieron, yo lo vi, ¡LO VI! Estos güeones se andaban secretiando por whatsapp, estoy casi seguro.

-Ya cabros, Voy a buscar las papitas y las chelitas, altiro vuelvo. -El Edgar se paró y salió de su pieza.

-Edgar, espérame, yo te ayudo. -Y el Naiko también salió de la pieza dejándome solo con el Jaime. Miré el teléfono que estaba encima de la cama y en un arrebató lo tomé.

-¡Oye, pásamelo altoque! -Me paré y me alejé rápido. Lo desbloqueé pero me apareció en la pantalla los círculos culiaos para poner el patrón de desbloqueo.

-¿Desde cuándo le tení patrón? -Intenté poner una "C", luego la típica "U" pero no me resultó.

-Pásamelo culiao. -Se estaba enojando y me perseguía por toda la habitación. Mientras trataba de desbloquear el celular una pestaña emergente salió, eran whatsapps del Naiko, aunque no pude desbloquearlo algo se leía. Dile la weá luego, decía. Tenía razón. Algo se andaban secretiando estos maracos, me molestaba. Por andar viendo la pantalla no caché y me tropecé cayendo de hocico a la cama. El Jaime se aprovechó y me agarró la mano que tenía el teléfono, ni se preocupó si me había golpeado o no.

-Dime el patrón po. -Le decía mientras trataba de que no me quitara el celu.

-Pa que querí ver mi celu, suéeeeltalo. -El forcejeo pasó a mayores cuando el rojo de mierda se subió a la cama y me agarró ambas muñecas.

-Pero Jaime, dime el patrón, qué te cuesta. -Me acorraló contra la pared pero aun así yo no soltaba el teléfono. Habíamos dejado hecha pico la cama del Edgar, pero no me importaba, yo quería saber qué chucha se andaban hablando a mis espaldas estos dos.

-¡Nico no, pásame mi celular ahora o...!

-O qué. -Abrí los ojos en un gesto de desafío.

-O te beso po culiao. -Me miró a los ojos y rio por lo bajo.

-Culiao fleto, suéltame. -Le dije, traté de salir de esa posición pero el Jaime me lo impedía.

-Allá voy Nicolás, suelta el teléfono a las tres o te planto un beso, uno... -Se oía convincente pero la curiosidad me mataba de igual forma.- Dos... -Se acercó lo bastante para poder sentir su respiración.

-Perdón por la demora pero no encontraba un pocillo donde echar las papas. -El Edgar entró con las papitas y el Naiko traía las botellas de chelas. Nos quedaron viendo un rato, luego entraron y se sentaron en el suelo e hicieron como que no estábamos.

-Si se querían comer nos debieron haber avisado y con el Edgar nos hubiéramos quedado abajo. -Soltó el Naiko, el Edgar casi se ahoga de la risa. El Jaimeme ya me había soltado pero yo aún tenía su celular. Nos sentamos al borde de la cama, el Edgar nos alcanzó un vaso de chela.

-Naiko, el Nico tiene mi celular y no me lo quiere pasar. -Me acusó como cabro chico, me dio más rabia. El Naiko abrió los ojos como plato, dejó de beber y miró al Jaime de vuelta.- Se lo traté de quitar pero no pude, dile algo po.

-Pucha Nicolás, pásale el teléfono al cabro, que luego se va a poner a llorar. -Dijo el Naiko entre una risa nerviosa. Eso me confirmaba al cien por ciento que en algo andaban los dos.

-No quiero, en algo andan ustedes y quiero saber. -Me quedaron mirando sorprendidos, luego se miraron entre sí.

-Pásame mí celu Nico o ya sabí ya. -Me amenazó de nuevo el maricón de mierda.- Tú sabes que soy capaz.

-¿Con qué lo amenazaste Jaime? -Preguntó el Mafla volteándose hacia la cama donde nos encontrábamos.

-Él sabe con qué, y sabe que soy capaz de hacerlo acá. -¿Era capaz? Más bien para mí era una amenaza de pendejo. Asomé su celular para tentar su ira, y lo conseguí, se abalanzó sobre mí y sin querer solté el teléfono el cual le cayó en la cabeza al Edgar.

-Puta la güeá, corten su güebeo. -Se paró y nos mandó volando con viento fresco lejos de la cama.- Miren como me tienen de desordená la cama por la chucha. -El Jaime alcanzó a agarrar su teléfono mientras el Edgar ordenaba su cama. Miré al Jaime y este me sonreía triunfante. Maldito bastardo pensé, pero no se quedaría ahí, debía averiguar por qué no querían que me enterara de lo que estaban hablando.

Pasamos la tarde conversando y bebiendo chelas, nos poníamos al corriente respecto a la vida personal, nos reíamos y echábamos la talla... pero... pero no podía quitarme de la cabeza el maldito teléfono del Jaime. Mientras estábamos conversando no podía parar de mirarlo, la güeá me hipnotizaba.

-Voy a ir a mear, toma Naiko. -El muy precavido le pasó el celular al Naiko pa que yo no se lo ojeara.

-Mientras este va al baño voy a ir a buscar papitas. -El dueño de casa se paró y me dejó solo con el Naiko, presa fácil este cabro. Me fijé que el celular del Jaime lo había dejado entre sus piernas, solo necesitaba que se fuera de la pieza.

-Naiko, el Edgar te está llamando o ¿no? -Le dije poniendo cara de preocupación.

-¿Qué? -Estaba un poco ebrio ya, nunca ha sido bueno pa tomar, y en este estado sería fácil de engañar.

-Que el Edgar te está llamando, algo quiere parece, anda a ver mejor. -Y el culiao se paró dejando el celular guachito en la pieza, solo el celular y yo.- Veamos qué podemos hacer. -Miré los circulitos de mierda y traté de pensar analíticamente, no funcionó. Mientras lo veía otra pestaña emergente salió, era un mensaje del Naiko. Te amo . Quedé pal pico, ellos acaso... ¡No, no, no, no! ¿O tal vez? NO, no podía ser, el Jaime tiene polola, pero han estado mal últimamente. Quizá fue un chiste interno. Volvió a vibrar el teléfono, era otra pestaña del Naiko. Siempre hemos sido más que amigos. Abrí los ojos del asombro, se me puso la piel de gallina. Sonó de nuevo. Y tú lo sabes. Solté el teléfono y partí donde estaban el Edgar con el Naiko, estaban hablando los dos en la cocina, bajé pal pico, pálido, con mil pensamientos dándome vueltas en la cabeza. Estaba tan mal que el Naiko me preguntó si algo me pasaba.

-No, estoy bien, tranqui. La chela me tiene un poco mal. -Trataba de analizar las palabras, me quedé viendo por un rato al Naiko, igual tenía cara de hueco pero nunca pa que estuviera saliendo con el Jaime. Chuta, el Jaime, parecía el más hétero de los cuatro y ahora me sale con esto. ¿Cómo espera que reaccione, cuándo nos iban a contar esto?

El patrón del celu (Jainico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora