Bloqueado

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-El que pierda esta, al seco. -Dijo el Naiko. Y perdí. Así llevábamos un rato jugando en la X-box del dueño de casa. Estábamos bastante entretenidos todos, inclusive veía al Jaime más contento que antes y eso me alegraba mucho.

-¡Fondo, fondo, fondo! -Le gritábamos al Naiko. Era el que más perdía por lo que estaba curadísimo. En realidad todos lo estábamos. De reojo a veces miraba al Jaime y lo veía tan feliz por jugar, desde hacía un tiempo que no lo veía reír así. Acerqué mi mano a la mesa y me topé con el celular del Jaime, me quedé quieto por unos segundos frente a éste pero me llevé el susto de mi vida cuando el weón de levantó de pronto.

-Voy al baño. -¡Era ahora o nunca! Tomé el pote de papas fritas vacío y junto con él, el celular del rojo y me los llevé a la cocina, ni siquiera prendí la luz, no quería que cacharan que estaba allí. El patrón era un poco enredado pero se me quedó grabado en la mente, tres bolitas abajo, arriba en diagonal, al lado y ¡YA! Lo tenía al fin. Lo primero que abrí fue whatsapp, obviamente. Entre sus últimas conversaciones estaba su polola, abrí el chat.

así que es por otra?

                                                                                                                                      no quiero hablar de eso

tengo derecho a saberlo

me enamoré de otra persona, lo siento

me perdiste weón

ojala algún día me entiendas

Así que el Jaime se había enamorado, eso confirmaba en parte que podría haberse enamorado del Naiko, ¿no? La siguiente conversación era la del Naiko, al fin, por fuera podía leer que decía "no tengo prejuicios". Pinché la conversación pero sentí que encendían la luz, me di vuelta y escondí el celular en mi espalda.

-Jaime, me asustaste weón. -CONCHETUMARE NO.

-Los cabros me dijeron que habías venido por papas fritas pero te estabas demorando. -Caminó hacia mí y por reflejo me eché para atrás chocando con el mesón de la cocina.- ¿Qué te pasa weón, qué tení en tu espalda?

-Nada, no tengo nada. -Cagué, que weón más malo pa mentir por la chucha. Me di vuelta hacia el mesón, no podía mirarle la cara, sentía que me iba a sacar toda la verdad.

-Weón, dime por favor que no estás con mi celular de nuevo. -Escuché que se acercaba, ¿dónde chucha me meto el celular ahora? Sentí de nuevo el agarre del Jaime en mi muñeca, como el de la otra noche, me dio vuelta y quedamos cara a cara; y claro, agarró la muñeca correcta. Suspiró y tomó de vuelta la cagá de celular. Vi como lo desbloqueaba y su cara se transformó, se puso rojo y no creo que de vergüenza.

-Jaime, yo no vi nada, en serio. -¿Cómo es que siempre se me da vuelta las weás que hago? Creo que eso es karma, no debí haberme metido en lo que no me necesitan.

-¿¡Qué leíste!? -De nuevo en la misma situación, pero con la diferencia que ahora entiendo más que antes. Ahora entiendo que el Jaime se enamoró del Naiko y no nos contó, por eso terminó con su polola.

-Lo necesario para entenderte. -Me hice el calmado pero no lo estaba, tenía ambas manos apoyadas en el mesón, agarrándome fuerte como sí me fuera a caer.

-¡Qué leíste Nico! -Ahora estaba más alterado, gritó tan fuerte que el Edgar con el Naiko vinieron a la cocina. No iba a decir lo que leí frente a los cabros, era algo personal... Ahí me di cuenta lo imbécil que fui, no debí haberme metido en un asunto del Jaime y del Naiko. Guardé silencio ante la mirada de todos los presentes, agaché la cabeza como perro arrepentido.

-¿Qué pasó entre ustedes? -El rojo se limitó a señalarle su celular al Naiko y salió al living, yo me quedé en la cocina con el Edgar.

-¿Se pelearon? -El más alto se me acercó maternalmente.

-Creo que la cagué, pasé a llevar al Jaime en un asunto muy delicado. -Mientras hablábamos, sonó la puerta de calle y el Naiko apareció.

-El Jaime se fue, estaba enojadísimo, ¿qué le dijiste Nico? -El más alto se veía sorprendido, yo estaba pa la cagá. ¿Cómo dejo la embarrá en menos de quince minutos? Agarré mi chaqueta y fui tras el Jaime, tenía que disculparme con él. Corrí por una cuadra y lo divisé a lo lejos, iba caminando súper rápido pero no iba a dejar que se fuera sin disculparme.

-¡Jaime! -Grité al estar cerca de él. Se dio vuelta y al verme apuró más el paso pero ni cagando había corrido por nada. Tomé aire y aceleré. -¡Jaime, tenemos que hablar!- Estaba a punto de alcanzarlo cuando de pronto el rojo culiao se frenó de golpe, choqué con su espalda y lo puteé entre dientes.

-¿Por qué tuviste que leer los mensajes? Se suponía que te lo iba a contar después, cuando hubiese aclarado mi cabeza, ahora estoy confuso, no es el momento. -Se volteó y su cara ya no era la de alguien enojado, sino más bien de alguien dolido. Me sentí como el pico al verlo así por mi culpa.

-Tenía curiosidad pero en serio que me arrepiento ahora, yo no quería forzarte a que me contaras lo que tienes con el Naiko, no es mi asunto y lo siento. -Suspiré pesadamente, sabía que la había cagado, era un tema tan delicado y yo me lo tomé como un juego.

-¡Qué! Nico, ¿qué leíste? -El Jaime me miraba confundido, creo que mi cara estaba igual.

-Leí que terminaste con tu polola porque te enamoraste de otra persona y supongo que esa persona es el Naiko porque siempre se secretean cosas por whatsapp, cosas súper sugerentes por cierto. Pero sabí que yo no tengo prejuicios, son mis amigos, yo no le diré a nadie, en serio, lo prometo. -Hablé tan rápido que quedé sin aliento. Miré el rostro del Jaime y vi como de una sonrisa pasaba a una carcajada. Éramos dos weones en medio de la calle llamando la atención de nadie, porque nadie pasaba.

-Weón, ¿cómo erí tan tonto? -Pregunta weona del rojo culiao, ¿qué trataba de decirme? Antes de responderle a base de puros garabatos se acerco a mí y me tomó de los hombros. -Aweonao, el que me gusta erí vo.- Acortó distancia, pensé que me iba a dar un beso, mi corazón se aceleró y mi cara se puso roja. Pero no, me dio un abrazo, su rostro se perdió en mi hombro.

-¿Jaime? -El abrazo duró caleta, podía sentir su respiración en mi cuello lo que me daba cosquillas.

-Perdón. -Se separó de mi y en los escasos segundos en el que vi su cara noté que algo no estaba bien. De sus bolsillos sacó su celular, algo hizo y se dio media vuelta.- Me tengo que ir, cuídate.

-Espérame. -Me sonó el celular, era un mensaje del ruloso, decía "Perdón", de nuevo se disculpaba. Le iba a responder por whatsapp pero me había bloqueado recién. -¡Oye weón, qué te creí bloquéandome!- Cuando alcé la mirada me di cuenta que el Jaime se estaba subiendo a un taxi. Quedé de una pieza, mientras el taxi se iba quedé solo en medio de la calle, un perro ladraba a lo lejos pero lo único que escuchaba en mi mente era "Aweonao, el que me gusta erí vo"


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Buenas las tengan. No me odien por favor, no me voy a excusar porque nada de lo que diga importa. Ni siquiera sé si alguien esperaba por la continuación (que se veía improbable) Volví, tengo pc nuevo y volvió mi inspiración. Gracias por leer, eso, tengan feliz 2018. 

Cuídensela, los tkm <3

El patrón del celu (Jainico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora