OTRA HISTORIA DE BANDAS

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Julio de 2013

Leyla estaba sentada en su escritorio revisando algunos planos, sus ojos se deslizaban por las líneas, la estresaban, dibujaba círculos rojos en cada posible salida y azules en cada lugar en el que su misión peligrara; se estaba volviendo loca, la necesidad de matar a esa persona, en esa gran mansión era mucha, no no le había hecho nada, ni siquiera lo conocía, solo lo odiaba y no sabía por qué, eso la hacía sentir ansiosa, estaba perdiendo la cabeza; tiró los planos bruscamente al lado, soltando un gruñido -Maldita estupidez- suspiró y se dejó caer en su silla.

La puerta se abrió - Buenas buenas- un sonriente James entró a la habitación,su cabello marrón estaba desordenado y sus ojos brillaban en un marrón oscuro, ella bufó y lo miró - Oh, ¿por qué tan seria?- él sonrió; tenía un paquete en sus manos, puso una cara seria, tanto que era divertida, Leyla no pudo evitar sonreír - Oye jefa, se que no te gustan los regalos pero...- puso el paquete en el escritorio - creo que lo necesitas- se rascó la nuca revelando el tatuaje de su muñeca derecha

Leyla levantó una ceja, dirigiendo su mirada al paquete, lo abrió revelando un libro marrón -¿Un libro?- lo volteó - ¿Sin título?- James rió, ella levantó la mirada - No es un libro- él dijo, recibiendo una mirada confundida - Es un diario- Leyla hizo una mueca - ¿Para qué quiero yo un diario?- dijo, James señaló los planos arrugados en el lado de la pared - Ah- ella respondió -Gracias Dark- él sonrió y caminó hacia la puerta.

Estando sola ya, abrió el libro y cogió un lapicero -La historia comienza.

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18 de Julio, 2013

Leyla Zedler, probablemente habrán escuchado ese nombre en algún lugar y probablemente nada bueno de la persona que lo porta, casi todo es verdad, y la pregunta que todos se hacen es, ¿por qué?, verán todo tiene un inicio, y todos tendemos a soportar las cosas malas que nos pasan pero siempre pasa algo que te hace simplemente reaccionar, y ahí es cuando descubres tu verdadero ser, cuando explotas, cuando te liberas, este cambio brusco tiende a ser peligroso, muy peligroso.

Mi nombre es Leyla Zedler y esta es mi historia.

Nunca me vi a mi misma envuelta en este tipo de situaciones, o tal vez sí, al momento de ver una película de detectives o algún documental, pero nunca creí que pasaría en realidad, nunca.

Mi pasado tampoco era muy oscuro, describiría mi infancia como feliz, jamás fui violada o maltratada. Rodeando los 12 y 15 años mis padres se separaron, supongo que esa es la manera más simple de contarlo porque su situación de pareja se podía tornar muy confusa, aunque no diría que me afectó notablemente, después de todo mi padre y yo no éramos unidos, hasta llegó un momento en el que creí odiarlo; se podría decir que el que de alguna manera se alejara de mi vida fue un alivio, a mi parecer mi mamá merecía a alguien mucho mejor que él y debería de encontrar a otra persona.

Por estas razones creo que se entenderá mi reacción al enterarme que habían vuelto, lo ahorqué, no, no lo maté, lo hubiese hecho si mi mamá no me hubiese detenido, ese día sentí algo que nunca antes había experimentado, esa adrenalina, esas ganas de querer seguir y no parar hasta que la otra persona dejara de moverse, fue alucinante ; sentí poder sobre todo en ese momento era yo la que decidía si él moría o vivía, en ese momento perdí la cabeza, en ese momento me convertí en lo que soy ahora.

No no soy psicópata, ellos en su mayoría trabajan solos, yo no, tengo un equipo, una banda de criminales nos llaman "Los Fantasmas", yo soy la cabeza luego está James, o Dark como lo conoce la policía, el encargado de que todos los escapes sean exitosos; sigue Raven, todos los envíos anónimos se mantienen así gracias a ella; sigue Séan, el mejor hacker de toda Irlanda trabaja junto a mi; luego están Grace, Logan, Paige, Caleb y Sam, los secuestradores, nunca dejan un solo rastro; Jared se encarga de la seguridad de los implementos al igual que Rose; finalmente están mis "guardaespaldas" Luke, Sophia, Diana, Gion y Lucas , ellos son los que están alrededor mío cada vez que entro a un lugar en el que tengo que jugar con la mente de la víctima para quitarle dinero o la vida.

En el orden en el que se nombraron los conocí y por ahora son mi familia, son las únicas personas por las que siento algo y de las que su muerte me afectaría de algún modo, mi trabajo es asegurarme de que ellos estén a salvo; no soy egoísta, nunca lo fui; prefiero morir yo a que ellos pierdan todo y me sacrificaría si fuera necesario; son los que me hacen volver a mis cinco sentidos, y aunque ellos no lo crean les debo todo.