Canciones para el alma

170 2 3
                                    

Mi mente estaba en blanco, descansando un poco de la triste realidad, de esas personas que no me entienden por ser diferente y que se alejan de mí por miedo, de esos impulsos suicidas que a veces no puedo controlar, aquellos pensamientos erróneos de la realidad, viendo todo innecesario, empezando por la vida ¿para qué vivimos si igual lo único que vamos a esperar de esa "vida" es la muerte? Creo que pocos tienen la capacidad de responder esta pregunta, o tal vez estoy equivocado, lo que sí estoy seguro es de que esa pregunta nunca la podré resolver mientras no busque esa pizca de felicidad que tanto necesito. Todos estos pensamientos se alejaron de mí por 5 minutos, tiempo en el que me sentí tranquilo. Un susurro y una sonrisa dieron fin a esa tranquilidad emocional.

- He notado que eres de pocas palabras - volvió a susurrarme

- Te equivocas, soy de muchas palabras pero no tengo nadie con quién compartirlas

- Entonces mucho gusto, soy Patrick - extendió la mano en signo de saludo

Abrí los ojos, dejándome a la vista una mano firme, extendí la mano, apretando su mano debilmente, volteé mi mirada encontrándome con esa permanente sonrisa y unos ojos verdes, le respondí lo mismo, mucho gusto, hice una mueca de agrado acompañado con un cerrar de ojos. No le di relevancia porque sabía que cuando el descubra quién soy en realidad se alejaría de mi, como todos los que han hablado conmigo. Aunque esta vez fue distinto, sentí esa experiencia que tuve a los 10 años cuando sabía cómo se sentía el tener una amistad.

Sonó la campana y los pasillos se empezaron a llenar poco a poco de personas dirigiéndose a sus casilleros y luego a sus respectivas clases, yo seguía sentado en el piso con la cabeza entre las rodillas, nadie se percataba de que un chico estaba sentado en el pasillo en posición fetal, esa es la rutina de todos los días, horas y minutos. Sentí que alguien me sacudía con suavidad, levante la mirada y con la mirada borrosa pude identificarlo, era Patrick. Me sentía muy cansado, tenía las piernas dormidas y mi cara parecía como si tuviera resaca, me dio mucha vergüenza con el que me vea así después de deprimirme un buen rato.

- Sabes qué hora es?- me preguntó de forma sarcástica

- No lo sé, acaso ya tengo que ir a la siguiente hora?

- Deberías ver tu reloj más seguido - exclamó entre risas

Me levanté un poco la manga y miré la hora, siempre me demoraba en identificar como era la hora en ese reloj de "flechitas". Tardé unos 40 segundos en los cuales Pat no paraba de reírse por lo que me demoraba en ver la hora. Eran las 2:30 y ya había acabado la jornada, no me sorprendí porque había días que me quedaba hasta que el conserje me encontrara y me sacara para trapear el piso, después​ me dirigía a callejones o al muelle y no aparecía en mi casa hasta media noche, esos espacios me ayudaban mucho para pensar en el asco de vida que tengo, llegando a la conclusión​ de suicidarme. Ya no voy a tener la oportunidad de repetirlo, al menos no hoy porque ya me sacaron de mi momento de oscuridad. Me fui a mi casillero a recojer mis cosas para irme, extrañamente Pat me siguió sin que me diera cuenta, agarré mis cosas y cerré el casillero topándome con el.

- Que harás ahora?

- Me iré a casa

- De casualidad no se te antoja un café? Yo invito

Era inevitable sentirse como si todo fuera una nueva experiencia, sin la capacidad de recordar que algún día tuve esa rutina, días que quedaron en el olvido, empezamos desconfiando de  las personas nuevas en nuestra vida, asegurándonos de que nos harán daño, nos ilusionarán y nos abandonarán, por eso no estaba seguro de aceptar, mi cerebro me decía el final, ilusión y abandono, por primera vez no estaba seguro de que eso pudiera pasar, no quería prestarle atención al futuro pero en mi vida es casi imposible no hacerlo. Cuestionarlo es algo precipitado porque apenas hoy lo conocí, no puedo asegurar nada de alguien que, hasta el momento parecía un buen chico, debería arriesgarme y ver que pasa? O ahorrarme un posible sufrimiento por amor?

- Claro, a donde tienes planeado ir?- respondí tímido

- Qué lugares te sacan una sonrisa?

- Probablemente ningún lugar

- Entonces vamos a descubrir uno

Tomé mi mochila y le seguí los pasos hasta el estacionamiento donde se encontraba su auto, el penetrante sonido de los pasos por el porcelanato y nuestras voces mudas hacían de ese corto trayecto un largo momento, donde los de conocer a alguien nuevo seguían bajando por mi columna. Por un instante, cuando levanté la mirada, noté que estaba viéndome, y cuando se dio cuenta que lo descubrí, con nerviosismo, devolvió la mirada al fondo interminable del pasillo. No tenía idea a donde me iba a llevar, ni siquiera sabía sus intenciones, y aún así confié en él para que me rompiera la rutina. Al montarnos al auto, lo primero que hizo fue poner pop romántico clásico, para ser más específicos, "I will always love you" Whitney Houston, yo sé, qué patético poner una de las canciones más reconocidas de ella, pero era su canción favorita. Lo que duró la canción en el camino Pat la cantó perfectamente sin olvidarse una sola palabra, me impresionó las notas que logró alcanzar con mucha facilidad, se mereció un aplauso por parte mía causando que se sonrojara, desde ahí empezó a explicarme un poco de su vida fuera de la escuela.

Desde pequeño ha tenido un gran talento para cantar, a los once años su padre lo ingresó a una escuela de técnica vocal en Kansas, donde nació, en su escuela estuvo en diferentes concursos de canto quedando en los primeros lugares. Hoy, a los 17 años, tiene una pequeña banda de música romántica que toca, a veces, en un bar cerca al centro, también busca una beca en Yale para profesionalizarse en el canto, y no tengo nada que pelearle, en realidad tiene una de las mejores voces que he escuchado, siendo incluso un poco adicta y tranquilizante (raro si viene de mi). Me contaba que cantar es más que un pasatiempo, más que una obligación, es un sueño, una pasión que podía liberar en cualquier momento sin que lo juzguen, es una forma muy eficaz de liberar estrés, de desahogarse, cantar es tu propio psiquiatra para liberar cualquier sentimiento reprimido. 

A lo largo del recorrido, que me parecía infinito, ponía muchas canciones románticas que cantaba sin equivocarse una sola nota, en el coro de "listen" de Beyoncé, me invitó a cantar con él, sentí vergüenza, en la vida había cantado y creo que ese no era el momento para descubrirlo, Patrick sabía que era tímido, estoy seguro que lo percibió cuando me vió por primera vez, aunque aún así no paraba de insistir, desafortunadamente su sonrisa me hizo suspirar, y entendió perfectamente que iba a ceder, así que le subió el volumen (supongo para que no escuchara mi propia voz y así cantar con confianza) con la letra en el celular me guiaba para poder cantar, porque no me la sabía, él con toda la fluidez del mundo la cantaba y no me cansaba de escucharlo. Por primera vez en años sentía la tranquilidad que con mi madre no vivía. 

 "Listen to the song here in my heart
A melody I start
But can't complete "


Diario De Un Gay AdolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora