“AMOLAD no me pertenece, es propiedad de The Snipster”
Ver las heridas de esos dos, logró enojarme cuando supe porque estaban en mi presencia. Vida como siempre de idiota había retado al nuevo en una pelea, aparentemente ese par de imbéciles se hirió con un juego inocente para sacar el estrés. Les grite unos cuantos improperios, el día anterior había quedado cansada por su visita. Incluso al punto de dejar mi labor ha cuidado de mis sirvientes, Vida defendía encarecidamente a Muerte.
Alegaba que a pesar de tener las heridas más graves y sangrantes, me encargara primero del corte de cabeza de su contrario. Eso me puso furiosa, enserio… el bienestar de esa divinidad era más importante que la suya. ¿Todavía era un estúpido autodestructivo? Tomando una manta esterilizada se la arroje con fuerza en la cara. Causando sorpresa en ambos.
— ¡Te dije que no curo Idiotas que se rehúsan a aprender sus lecciones! — mi voz causo que Muerte se espantara y que Vida soltara un respingo al sentir su rostro ser impactado por aquel objeto, suspire al ver que estos dos no entendería. Era tan difícil para mí observar como a pesar de los esfuerzos de Ithis, el benefactor se seguía odiando. Tal vez la lección del tatuaje con había sido la mejor.
— Puedes dejar de ser tan severa — me reclamo.
— ¡Lo haré, cuando dejes de ser un pequeño imbécil autodestructivo! — exclame furiosa, Vida suspiro, y tomo el paño entre sus manos, poniéndolo a la herida. Mientras Muerte lo veía con dolor en sus ojos ámbar — ¡Cuida tu propio bienestar! ¿Quieres?
— Sabes que eso es difícil para mí — dándole la espalda intente ignorar ese comentario, sabía que Vida se odiaba, ¿por qué? era algo que no entendía —. No me quiero demasiado.
Esas palabras calaron hondo en mí, suspirando deje de buscar medicinas humanas, lo mejor sería usar mis poderes. Acercándome lentamente a él note su dulce rubor, la infección avanzaba lenta por su cuerpo. La herida le dolía como el carajo, eso era seguro.
— ¡Haz el paño a un lado! — Ordene en un susurro, Vida me obedeció con cautela ante la mirada atenta de Muerte quien se hizo a un lado para dejarme trabajar, mis ojos se clavaron en sus orbes verde esmeralda; hace cuantos años estos no tenían un brillo verdadero, me culpe, había intentado alejarlos y ahora parecían más unido. Usando mis poderes cerré la horrible herida de su cuerpo —. Vida…sabes que yo solo puedo arreglar lo que está roto en el exterior, no puedo arreglar lo que está roto aquí. — señalé su corazón.
Era la primera vez que admitía en forma de regaño que yo no era la indicada para ayudarlo, el problema que tenía Vida en su interior era un caos que solo su otra mitad podía arreglar, todos en Ithis teníamos un complemento; mi deber era cuidarlo sí… pero yo no podía arreglarlo, no era mi misión amarlo, al menos no de la manera que él necesitaba. Sus ojos se cerraban, el efecto de mis poderes siempre le provocaba sueño.
— Lo sé — susurro, en eso Muerte lo tomó, sus alargadas manos envolvían el brazo de Vida, la mirada que le dio era de completa devoción.
— Si no puedes quererte por tu propio bien, ¿puedes hacerlo por mí? — Vida clavó su mirada en él, las mejillas de ambos estaban sonrosadas —. Apenas he podido conocerte y odiaría no poder verte otro día, porque no cuidaste de ti mismo.
Vida le dio una sonrisa a Muerte, quien había dado justo en el clavo con sus palabras.
— Lo intentaré... —susurro ese Idiota, antes de caer dormido por completo, mientras mi mirada se ilumino un poco, Muerte calmaba a Vida, tal vez el aura oscura que me preocupaba solo era un excusa para justificar los enormes celos que sentía. Debía de ser más amable con el nuevo. Después de todo… él era el que cuidaría a ese enano.
Le ordene que levantara su rostro para curarlo, después de hacerlo su mirada era de infinito odio hacia mí… no lo culpaba, ayer había dañado su seguridad emocional y le había causado una cortada en el cuello; no podía pedir que ambos tomáramos té juntos después de nuestra pelea. Tal vez si le confesaba algo de mi relación con el imbécil de Vida, Muerte se tranquilizara.
— Lo conocí no mucho después de que fui creada…
El rostro de Muerte cambio, notó de inmediato que yo estaba nerviosa, era una experta en cubrir mi nerviosismo con sarcasmo, mi sonrisa se amplió al hurgar en mi memoria el momento en que lo vi, tan alegre poblando a la tierra. Yo había sido uno de los tantos que él creador fabricó para acompañarlo.
Le confesé como me irritaba su entusiasmo, como este me provocaba alejarme de él. Entendía que Vida no quería que ninguno pasara soledad. Que realizaba junto con Sabiduría las reuniones para convivir, pero que a pesar de todo, él se sentía apartado. Ninguno le tomó importancia, yo tarde miles de años en saber que sufría con las convivencias sociales.
Nadie entendía a Vida, como podíamos ver a ese sujeto como una figura de antigüedad, los otros lo juzgaban, yo simplemente lo ignoraba, solamente Sabiduría parecía simpatizar sinceramente con la autoridad que mostraba este de vez en cuando.
La cara de Muerte reflejaba que tampoco se había tomado enserio la actitud infantil de Vida, era muy común, este podía ser calificado como una molestia, de líder no tenía finta cual ninguna.
— Él hizo su trabajo perfectamente, genuinamente amaba lo que hacía — confesé, entendía de sobra que a pesar de nuestras críticas y nuestro pleito, él jamás dejo de ser el benefactor. Los ojos de Muerte se abrieron de asombro al escuchar cuando fui cruel con Vida…como olvidar su rostro surcado por la pena, esa fue la primera vez que desee abrazarlo y ayudarlo. Pero ese trabajo no me correspondía; Como si Vida lo hiciera adrede se dejó caer en los hombros de Muerte, un ligero atisbo de celos me embargó. Provocando que los amenazara en el acto. Una cosa era que lo aceptara, más no me gustaba verlos restregándomelo en la cara; Muerte se cubrió el rostro avergonzado. Continuando mi relato le hable cuando me comporte cruel con él. Vida acepto mi crítica y me mostro una inseguridad que me extraño. Pero ahí estaba el dios de la Muerte, el juez de almas, la obligación de protegerlo estaba en él.
— Si puedes ser una buena influencia para él, entonces no podía pedir más — la mirada de Muerte quedo fija en mí, ahí frente a un extraño había cedido la responsabilidad que yo pensé que me correspondía — No lo dejes estar solo…
—…yo, Médico, tengo poco de conocerlo ¿Por qué piensas que debo protegerlo? — preguntó apenado.
— Por la misma razón que no lo dejaste morir de fiebre, por la cual limpiabas sus heridas y te preocupaste por su estado emocional…Vida te importa, y lo aprecias a pesar de no conocerlo. En poco tiempo te has ganado su confianza, Muerte. Recuerda mi amenaza, a pesar de que los acepte juntos no quiero ver muestras de amor entre ustedes.
La cara de Muerte era un poema ante esas palabras, le dije que me iría a buscarle una camisa a Vida, no admitiría que tenía todavía una guardaba entre mis cosas*. Fingí tardarme un poco, pude ordenarles a mis sirvientes llevar todo. Pero al ver que esos dos tenían una charla escuche como una chismosa.
Entendía la curiosidad de Muerte hacía Vida. El porqué este se odiaba, y como explicaba la soledad en la que había vivido todo ese tiempo, como vagar por la tierra solo lo llenó de autodestrucción y crítica hacia él mismo. Cada palabra dicha por Vida era un puñal a mi sentir, ¿Como pudimos ser tan ciegos con él? Nadie le pregunto jamás como se sentía; Justo en ese momento el otro lo abrazo, ese canalla, me había desobedecido.
Cogiendo un frasco de medicinas le di con un certero golpe a Muerte, el cual solo quedo en shock mientras Vida gritaba al verlos descubiertos, la furia brotaba de mi cuerpo.
— ¡¿No te dije específicamente que No lo acurrucaras!? — la cara de esos dos era de un pánico total, saque uno de mis bisturís, lo que ocasiono que Vida gritara como nena. Lo guarde al recordar las palabras de Tiempo, esos bastardos tenían suerte.
— Médico…no es lo que parece — murmuro Vida.
Le arrojé en la cara a Vida su ropa limpia, para después darme una vuelta indignada.
— ¿Dónde sacaste una camisa mía? — pregunto sorprendido, Muerte me miraba intrigado.
— Tú la dejaste aquí, ¿No recuerdas el tatuaje en tu espalda? — murmure con sorna, las mejillas de ambos se encendieron, la de Muerte de lujuria, la de Vida de pena y miedo —. Me iré a tomar algo a casa de Fortuna. No usen mi ala médica “para otros fines”.
Azotando la puerta note como mis palabras habían causado que Muerte se sonrojara. Esperaba que admirara el tatuaje, esa mancha se veía bien sobre esa espalda, además mis sirvientes tenían órdenes de irrumpir si esos dos se pasaban de listo. Un trago elegante era lo que mi alma necesitaba.
N.A. Dios cada día me cuesta más hacerle personalidad a esta mujer. Bueno solo falta un capítulo más para cerrar este fic. Mil gracias a todos por sus votos y comentarios. Los adoro. Saludos desde México.
*Recuerden que Vida dejo su playera tirada en el primer capítulo.
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Visión de Médico-AMOLAD
FanfictionMédico era la diosa de la Salud, su deber es proteger al dios Vida, pero su perturbada mente le impide realizar correctamente esa labor, ¿como tomara la llegada del dios de la Muerte? Fic basado en la personalidad de Médico. Contiene Occ