Capítulo 5: Cuesta abajo

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AMOLAD no me pertenece, es propiedad de The Snipster”

A veces, necesitas caer en lo más profundo del abismo para continuar, valorar las cosas y aprovechar el tiempo al máximo. Cuando le di mi bendición a esos dos, su amistad floreció ante  nuestros ojos. Después de eso Muerte fue aceptado poco a poco en nuestro entorno.

Las horribles dudas de todos se esfumaron como caudal en un rio, las reuniones donde el benefactor y el juez convivían con el resto fueron cada día más comunes. ¿Quién lo diría? Hasta yo simpatice con esa divinidad. Incluso lo cure de un coma etílico.

Amor se había hecho amiga de Muerte, el resto parecía quererlo. Incluso Sabiduría hacia bromas a su mejor amigo, sobre lo bien que lucía juntos. Yo a lado bebía con Fortuna; siempre acaba ebria en esas reuniones. Era más sencillo fingir indiferencia, seguirles las bromas a los demás solo aumentaba mi sentir.

Vida lo protegía, no importaba cuanto tiempo pasara, ambos se procuraba de una manera asombrosa…hasta que ese día llegó. Vida desapareció como tanto temía Muerte. Ninguno nos preocupamos por él. Pero los meses pasaron  y las cosas se salieron de control.

Por primera vez en muchos años los dioses no sabíamos que hacer, el benefactor había desaparecido. Buscando y recorriendo el basto mundo mortal, el idiota verde no aparecía. Sabiduría junto a Locura fueron a buscar a Muerte, tal vez este era el único que sabía de su paradero. Yo por mi parte decidí buscar al dios que lo veía todo.

Entre a su hogar sin ser invitada, sus sirvientes me prohibieron el paso.

— El amo está ocupado, ¡su alteza tiene que esperar! — explicó uno de los meses.

— ¡Tiempo! — grite alterada, estaba a punto de apuñalar a esos insensatos, cuando mi grito lo atrajo, detrás suyo vi dos seres que no espere encontrarme junto a él.

Una figura alta e imponente caminaba con paso decidido, era una visión que solo tuve ante mi creación, agachando la mirada lo reverencie. El alto señor creador estaba a lado de Tiempo, quien me miraba intrigado con aire ssuperior, a espaldas de ellos, Vida caminaba vacilante. Su mirada verde y resplandeciente lucia opacada. Cuando lo escanee con mi  visión de médico pude percibir que algo en él había cambiado.

— ¡¿Qué le paso a Vida?! — pregunte alterada, Ithis no tenía rostro, sus cara era un cumuló de estrellas y constelaciones, pero aun así agacho su rostro hacia mí. Tiempo estaba con el disfraz de dios ante mí. Era bien sabido que podía cambiar de forma a su antojo.

— Medico, sabemos que ustedes y los otros no entenderían por que la ausencia de Vida en el mundo mortal. Pero él está aquí. Vida, Médico te volverá a tu hogar— explico Ithis, para después desaparecer ante nosotros. Tiempo soltó a Vida para ponerlo frente a mí. Este no me miraba, su visión estaba nublada. Como si su mente no estuviera en su cuerpo.

— Tiempo, ¿Qué demonios le pasa a Vida?— le dije a este, el cual suspiro. Al acercarme más a mi amigo pude notar las huellas de marcas sobre su cuello, para hacerlas menos notorias un collar fue puesto en él.

— Médico, sabes qué Vida está bien. No sufrió lo que él — murmuro ante mi mirada llena de más duda, entendía a quien se refería, Vanidad llevaba siglos llorando su partida; Para todos fue un duro golpe, aunque no era del agrado de todos; ese dios era importante para ella. Culpó a Muerte de lo acontecido.

— ¿Qué nos amenaza Tiempo? Vida no pudo haber sufrido el mismo ataque — exclame alterada — Confiesa algo… ¡Maldita sea!

— Mi silencio es justificado, el único que sabe lo ocurrido está a un más afectado que Vida. El cargara con todo ese peso solo…

—…Muerte — susurre al entender las cosas, lo acontecido con Vida fue por Muerte.

— Tal vez Vida si estaba lo suficientemente roto para no ser reparado por completo — me dijo Tiempo como burla. Después de todo él debía saber el pleito con Muerte.

Los sirvientes de Vida se encargaron del trabajo en la ausencia de este. Ithis les dio órdenes precisas mientras yo cuidaba a Vida. La memoria lucia bien, me reconocía, sabia mis funciones en el mundo humano, recordaba a los otros; pero al mencionar a Muerte, su mirada se tornaba sombría.

— Médico, ya te lo dije Muerte… — las palabras se entrecortaban al ser pronunciadas de su boca, ¿Qué demonios había pasado con Vida? Porque él parecía odiar al que una vez protegió.

—… Pensé que te importaba, lo has defendido por tanto tiempo Vida — murmure poniéndome de pie dejándolo recostado en la cama de espera.

— Lo sé, es  solo que…recordarlo duele — al decir eso su mano se extendió al pecho, justo sobre su corazón. Muerte y él no estaban juntos ya.

Muerte era un caos peor, Sabiduría y Locura lo buscaron, este se encontraba en el mundo humano haciendo su labor. Pero el juez estaba roto. Buscaba al benefactor y era constantemente rechazado, por él que una vez lo defendió.

Era un juego triste y cruel de ver. Vida parecía odiarlo, lo desechaba, ni siquiera lo miraba. Sin palabras y con simples y pequeñas acciones Muerte se sentía odiado. Los ojos ámbar opacados por la pena. El benefactor más emocional que de costumbre.

— ¡Vida! — exclame con furia, necesitaba una respuesta de que se traían estos dos.

— Médico, pensé que no te gustaba hablar con idiotas — me sonrió con tristeza.

— ¿Hasta cuándo dejaras este juego? — la pregunta salió más brusca de lo que imagine.

— Sabiduría habló conmigo, solo que no quiero ver a Muerte, su trabajo es destruir lo que creo. A veces mis emociones prevalecerán sobre mis acciones — después de esas palabras me dejo con la palabra en la boca. Y se marchó, dejando un objeto en su partida, era una florecilla, la cual intente recoger, pero una mano enguantada se me adelanto.

— Irónico, la primera vez que nos vimos él me regalo una flor igual que esta — susurro Muerte llevando aquella creación a su nariz para dar una calada profunda. Nuestras miradas se cruzaron.

— ¿Qué paso con Vida? — dije con dureza.

— Lo consumí por completo…amarme tuvo un precio demasiado alto, tenías razón Médico…lo destruí — al decir esto lagrimas corrieron por su rostro pálido, las manos cubriendo sus ojos ámbar, para que el llanto cesara. Pensé que en golpearlo, mutilarlo por dañar a Vida. Pero verlo dolido, destruido más que el mismo creador. Entendí las palabras de Tiempo.

— Tú estás pagando ya. Saber que no formas partes de sus recuerdos Muerte. Esa es tu penitencia…es una pena, en verdad lo siento — mis palabras salieron atropelladas de mi boca, sus  manos bajaron a su pecho, las lágrimas solo habían dejado unos ojos hinchados.

— No lo lamentas, deja de mentir Médico, la parte sádica de ti disfruta saber qué Vida y yo nos odiamos — la frase final de Muerte me caló, era verdad que no aprobé su cercanía.

— ¡Te equivocas! Vida conoció la felicidad contigo — grite, ese imbécil no me diría nada, sabía que esos dos se profesaban un buen amor—. Sin ti, ese vacío lo consumirá de nuevo. ¡Muerte, no lo dejes solo!

La frase final provoco una leve sonrisa de Muerte, me susurro un leve gracias antes de desaparecer frente a mí. Ser un médico no es fácil. Curar las heridas físicas era más fácil que hacerlo con las emocionales. Tan solo esperaba…que Muerte pudieran reparar las que aquejaban a Vida.

Fin

N.A. Gracias por llegar hasta aquí con mi fic random. Esta historia nació   de un reto de mi amiga Helena Contreras. Y pues no pensé que se extendiera tanto. Gracias a todos por seguirla. Y pues un comentario suyo me hace él día.

Saludos.

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