¿Es El Final?

Capítulo 4

Hace mucho tiempo, en épocas de guerra, él había escuchado sobre un ángel caído que se resguardaba en el bosque más hermoso de todas las tierras del Sur. La belleza de aquel ángel, era incomparable con la de alguna otra criatura existente, con rasgos delicados y piel tan blanca como la porcelana.

Sesshomaru iba por ese ángel, él esperaba que pudiera salvarla y haría lo que fuera para lograr su objetivo.
Iría por aquel ser al que llamaban "Kiseki".

Ya estaba muy cerca del bosque y los recuerdos no dejaban de aparecer en su mente; desde el día en que la conoció, hasta el último momento en que la miró a los ojos. Pero había un recuerdo que resaltaba de los demás, uno realmente doloroso, uno que lo dañó lo suficiente para llorar y sentir tristeza por meses: el día en que perdió a su hijo.

Ese recuerdo lo hizo maldecir al aire, para darse cuenta de que había llegado.

Recorrió el lugar analizando cada movimiento; cada sonido; cada olor, no podía bajar la guardia estando en ese bosque.

Se encontraba muy cerca.

Su respiración estaba levemente agitada, podía escucharlo, el bosque lo guiaba hacia Kiseki.

No sabe cuanto tiempo pasó pero cuando divisó unas bellas plumas blancas...

Supo que estaba ahí, sobre el lago.

Supo que había llegado y no se iría hasta conseguir lo que vino a buscar.

— Estás muy lejos de casa, perrito– bromeó Kiseki con voz suave y divertida — Deberías estar con ella en sus últimos momentos de vida–.

— Estoy aquí precisamente por ella– contestó el peliplata — Quiero que la salves–.

Kiseki soltó una pequeña risa.

Esas bellas alas dejaron ver a una joven de cabellos azabeches y mirada azul.

Sesshomaru quedó sorprendido, no sabía si era un sueño o una simple pesadilla.

Era ella: Kagome.

—¿ Cómo es eso...–.

—¿ Posible?– la misma voz, no se había dado cuenta antes, pero era su voz — No te vayas a morder la lengua, cariño–.

Ella se estaba divirtiendo demasiado y eso molestaba aún más al demonio.

— Dejate de juegos, no te atrevas a tomar su apariencia, no tienes el privilegio de hacerlo– Su molestia creció aún más por la única diferencia que empezaba a divisarse en su piel: unas marcas rojas por todo el cuerpo.

—Yo soy quien tu quieres que sea, Sesshomaru– respondió ella con indiferencia — si tu deseas tanto verla, entonces te daré la oportunidad de hacerlo–.

— Aún si tomas su apariencia por toda la eternidad, no te quiero a ti–.

—Auch, eso si que duele– Kiseki fingió secarse una lágrima y sonrió — Bien, vamos en serio-.

—Primero cambia tu maldita apariencia... Y ponte ropa– Sesshomaru estaba levemente rojo, aquel ángel se había acercado a él completamente desnudo, y siendo la apariencia de Kagome, le daba cierto nerviosismo.

—¡Oh! Claro– rápidamente el ángel se había mostrado como un bellísimo niño de cabello un poco largo y pelirrojo; ojos azabeches, rasgos delicados y una piel blanca llena de las mismas marcas que aparecieron cuando se transformó en Kagome — ¿No es divertido? Te hizo sonrojar un niñito– sonrió burlón.

No es necesario mencionar que el niño ya no estaba desnudo.

—Regresemos a lo importante– Lo fulminó con la mirada.

— Bien, amargado–.

Ambos estaban frente a frente, dirigiéndose una mirada llena de curiosidad.

— Quieres que la salve, pero ¿Qué vas a darme a cambio?– habló primero el ángel — ¿Qué vale lo suficiente de ti, para salvar a tu bellísima esposa?–.

— Nada de mi vale lo suficiente– dijo Sesshomaru completamente seguro.

— ¿Qué?– preguntó Kiseki confundido.

— Nada de mi vale lo suficiente, de hecho, no hay nada en este mundo que valga lo suficiente para compararlo con ella– En ese momento el pelirrojo se dio cuenta: Sesshomaru estaba increíblemente enamorado de aquella joven y no pensaba perderla por nada del mundo — Pero daré lo que sea para hacer que la salves–.

— Bien, sé exactamente lo que puedes darme– los ojos de Kiseki brillaron de la emoción — Quiero que seas humano, Sesshomaru–.

— ¿Qué?– preguntó el demonio sorprendido.

— Quiero que seas humano; ella no será eterna, así que a cambio de tu poder y tu inmortalidad, ella vivirá lo suficiente para tener una historia juntos–.

— Una en la que yo no pueda protegerla por ser un simple humano, ¿Acaso estás loco?– Frunció el ceño Sesshomaru.

— Bien, entonces solo dame tu inmortalidad, no pido mucho ¿sabes? he pedido cosas peores a cambio–.

— Entonces ¿Seré mortal, pero tendré poderes? Eso no tiene sentido, a menos que sea...–.

— Un híbrido– interrumpió al demonio — no exactamente, simplemente vivirás los años que Kagome vaya a vivir. Tendrás la vida de un humano, pero tus poderes seguirán siendo los mismos–.

— ¿Voy a envejecer? –.

— !Bien! Parece que ya vas entendiendo– Sonrió complacido el ángel — Tienes esa opción o estar unidos hasta la eternidad; Nacen, crecen, se conocen, enamoran, viven juntos y mueren para volver a reunirse en su próxima vida–.

— Imagino que eso tiene un mensaje entre líneas–.

— Como cualquier trato; Si eliges éste, ambos no vivirían lo suficiente como para envejecer juntos y morirían asesinados por algún factor especial, depende de lo que decida el destino. Sin embargo, si eliges la opción que te mencioné primero, ambos podrían envejecer y morir juntos; probablemente se encuentren en otra vida y recuerden lo que pasaron juntos en las anteriores. Ella se quedará como la sacerdotisa más poderosa y tu como el demonio más temido para siempre, solo debes decidir–.

— Resumiendo: una opción me da la garantía de que podemos estar juntos en las próximas vidas, pero no tendré el tiempo suficiente para disfrutarla con ella; en cambio con la otra, no hay garantía de tener otra vida junto a ella, pero si disfrutaré lo suficiente para formar una gran historia a su lado–.

— Si, resumiendo, así es. ¿Qué piensas elegir? –.

(͡° ͜ʖ ͡°)(͡° ͜ʖ ͡°)(͡° ͜ʖ ͡°)

Aquí otro capítulo, si he tenido errores ortográficos, por favor, avisenme para corregirlo en seguida c:
Por otra parte, he decidido dejar un final abierto v: así que este es el último capitulo, gracias por leer n.n)/

Para todos aquellos que me apoyaron con esta historia, les doy las gracias :3